JOSÉ MARÍA MORCILLO: VARIOS SOBRE UN MISMO TEMA…

Misterios de iniquidad

Continuación…

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Tercera Parte: Ver AQUÍ

Cuarta Parte: Ver AQUÍ

¡PENITENCIA, PENITENCIA, PENITENCIA!…

PERO PARA REPARAR LAS OFENSAS AL PUEBLO ELEGIDO…

Como se ha señalado, desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av se observan días de duelo y recogimiento en conmemoración de lo acontecido en relación con el templo de Jerusalén, conexión divina del pueblo elegido y símbolo de la divina presencia.

Ahora, sin embargo, son fechas de alborozo y júbilo en Sión puesto que el triunfo sobre la Cruz parece casi absoluto y, por tanto, dándole a todo la vuelta como en Purim, somos los cristianos quienes tenemos que vestirnos de saco, ayunar y privarnos del bienestar material pero, no por la vida eterna que nos promete Nuestro Salvador ni para reparar los ultrajes contra Él, sino por las ofensas inferidas en el pasado a los que confiesan la ley mosaica y son herederos de las promesas y partícipes del pacto no abrogado, como manda acatar la nueva iglesia de los pseudosantos de los últimos días, remedo de la Iglesia Católica.

Envuelto en supersticiones sobre un supuesto cambio climático o una crisis provocada por una guerra, de las muchas que tienen lugar en el planeta, se aprovecha nuestra ignorancia teológica para imponernos esta penitencia, que no es más que la sumisión definitiva al orden judío y que las naciones aceptan gustosamente.

Según la sentencia talmúdica, “cuando el mes de Av comienza, reducimos nuestra alegría”. Las leyes del 9 de Av no toleran el baño por placer sino sólo en tanto sea absolutamente necesario para salvaguardar la higiene por el mal olor y exclusivamente con agua fría. Únicamente se autoriza a lavar aquellas partes que se han ensuciado. Por ejemplo, se permite usar una toalla húmeda y pasarla por el rostro, las manos y los pies, a condición de que las manos no queden húmedas y puedan luego mojar otros objetos. Otras restricciones del nueve de Av incluyen la prohibición de comer carne y tomar vino y, en cuanto a las relaciones sociales, abstenerse de saludar a otros para participar del distanciamiento de la divina presencia y acordarse de la dispersión que supuso la destrucción del templo. Asimismo, está prohibido el trabajo pues supone una distracción del duelo.

La guerra en Ucrania nos ha traído una penitencia para castigar al malvado Putin. Es una penitencia que las naciones aceptan gustosamente hasta el punto de hacer el ridículo.

El distanciamiento social es parte de las leyes de duelo por el 9 de Av.

La venganza está servida…

……….

“Envíales el día señalado,
para que sean como yo.
Póngase de manifiesto
delante de Ti toda su maldad,
trátalos como me has tratado a mí
por todos mis pecados;
porque son muchos mis suspiros,
y mi corazón desfallece”. (Lamentaciones 1: 21-22)

El “intelectual y teólogo tradicionalista” Ratzinger nos invita a colaborar en nuestro propio exterminio y condenación…