JOSÉ MARÍA MORCILLO: VARIOS SOBRE UN MISMO TEMA…

Misterios de iniquidad

Continuación…

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SOLVE ET COAGULA

Los creadores de la vacuna mesiánica, entre los cuales no es difícil establecer vínculos con el mosaísmo.

El día de la destrucción del templo, del exilio de la divina presencia, es también el día del nacimiento del mesías.

La destrucción trae la redención a la manera del “solve et coagula” que preconizan los ocultistas.

Pero los gentiles no nos beneficiaremos de esa penitencia, duelo y restricción que suponen los ayunos que practica el pueblo judío en preparación a estos días porque, como proclama Isaías: “Yo no daré más tu trigo para sustento de tus enemigos, ni beberán en adelante extraños tu vino, fruto de tus fatigas”.

Se cuenta que el coliseo de Tito fue construido con el oro del templo y la mano de obra de esclavos judíos. Ahora seremos nosotros quienes paguemos con nuestras vidas la diversión y el reposo de los elegidos despojando a nuestros templos de toda la riqueza material y espiritual.

La aplicación del principio del “solve et coagula” es, por otra parte, la confirmación de eso de lo cual se precian tanto los judíos, a saber, tener la habilidad para aprovechar cada desgracia en beneficio propio y, a partir de la descomposición y destrucción de lo anterior, construir y consolidar su obra, que les acerca cada vez más y más a la llegada de los tiempos mesiánicos.

Cuando el templo fue destruido en tiempos de Tito y, posteriormente, la ciudad destruida y arada bajo el imperio de Adriano, esa tragedia de destrucción y fuego fue convertida por los hebreos en la oportunidad para desperdigarse por el mundo gentil incipientemente cristianizado dentro del cual irían promoviendo herejías e instigando persecuciones.

La epidemia de peste negra, que precedió al cambio de paradigma humanista del renacimiento y propio de la modernidad, también fue una crisis de la que el pueblo judío pudo sacar provecho para emanciparse. Ellos mismos dicen que gracias a su mayor higiene y, en concreto, al lavado frecuente de manos, así como a su dominio de la medicina, padecieron menos las consecuencias, que sí diezmaron la iglesia y, junto con el cisma de occidente, propiciaron una situación de debilidad que fue aprovechada por heresiarcas influidos por las ideas judaizantes.

La expulsión de su amada Sefarad supuso un gran trauma para la comunidad judía. No obstante, en su desgracia hallaron una vía de escape hacia tierras americanas y, en el momento en el que más apurada era su situación, se hicieron con el control del oro y los recursos de los nuevos dominios hispanos.

Ya en época más reciente, la destrucción de los imperios en la primera guerra mundial, con la consiguiente declaración Balfour, y la devastación mundial de la segunda guerra con el así llamado “Holocausto” dio paso a la creación del estado de Israel, umbral de los tiempos mesiánicos, cuando ellos clamaban estar al borde de la extinción.

Y así hasta llegar al coronavirus, todo lo cual ha fortalecido los propósitos sionistas en virtud de esa, valga la expresión tan en boga, resiliencia.

Continuará…