Comenzamos un nuevo año

Es el deseo de todo el equipo de Radio Cristiandad que nuestros lectores y amigos tengan un Santo Año 2022.

SANTO AÑO 2022

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: “He aquí el tabernáculo de Dios entre los hombres, y erigirá su tabernáculo entre ellos, y ellos serán su pueblo y el mismo Dios será con ellos. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado”. Entonces dijo el que está sentado en el trono: “Mira que hago un mundo nuevo”. (Apocalipsis, XXI, 1-5).

Como sabemos, la Liturgia no celebra expresamente el comienzo del Año Nuevo Civil. Sin embargo, es conveniente que no lo pasemos por alto; al contrario, debemos ponderar con toda atención su gran importancia moral. Reflexionemos seriamente en el Programa que para él nos proporciona la Santa Iglesia en la Epístola de la Fiesta de la Circuncisión, tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a su discípulo San Tito, II, 11-15:

Carísimo, la gracia de Dios, Nuestro Salvador, se ha aparecido a todos los hombres para enseñarnos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, debemos vivir sobria, justa y piadosamente en este siglo, aguardando la bienaventurada esperanza y el glorioso advenimiento del gran Dios y Salvador Nuestro, Jesucristo.

Lo temporal pasa; no es más que un puente para lo estable, para lo permanente. Solamente lo eterno es bastante grande para nosotros. No nos contentemos con menos. Por eso, ahora debemos vivir siempre con la vista fija en aquel definitivo y glorioso día que nos abrirá las puertas de la eternidad, es decir, en el día de la Segunda Venida del Señor.

Vivamos siempre con una fe viva en la gloriosa eternidad. Vivamos hondamente convencidos de que Cristo volverá otra vez a nosotros, al fin de los tiempos, para reunir definitivamente, con nuestra alma gloriosa, si se ha salvado, nuestro cuerpo resucitado del sepulcro y transfigurado en claridad.

Esperemos confiadamente la victoria final del Señor y de su Santa Iglesia y la de todos los que, como Ella, permanecieron fieles a Cristo.

Con mis oraciones y mi bendición

Padre Juan Carlos Ceriani