PARA SANTIFICAR EL DOMINGO-NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

PARA AQUELLOS QUE NO TIENEN LA POSIBILIDAD DE ASISTIR A LA SANTA MISA

Recordamos a nuestros queridos lectores la posibilidad santificar el día Domingo a través de Nuestro Blog.

En la parte superior del mismo se encuentra una pestaña o página donde están los diferentes medios para realizar la Santificación del Día Domingo o Fiestas de Precepto, además de contar con los Sermones de los Queridos Padres: Juan Carlos Ceriani y  Basilio Méramo.

A continuación, los propios de la:

FIESTA DE
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

Reina de México y Emperatriz de América

Con conmemoración del Tercer Domingo de Adviento

Introito

Salve, santa Madre, que diste a luz al Rey que rige los cielos y la tierra por toda la eternidad. Brotaron de mi corazón sublimes pensamientos; al Rey digo yo mi canción. ℣. Gloria al Padre.

Colecta

Oh, Dios, que quisiste colmarnos de perpetuos beneficios a los que estamos constituidos bajo el patrocinio singular de la Santísima Virgen María; concede a los que Te suplican que, alegrándonos de su conmemoración en la tierra, gocemos de su presencia en los Cielos. Por N.S.J.C….

Conmemoración del Tercer Domingo de Adviento

Os rogamos, Señor, que inclinéis vuestro oído a nuestras humildes súplicas, y disipéis las tinieblas de nuestra alma con la gracia de vuestra visitación. Vos que vivís y reináis en unidad del Espíritu Santo…

Epístola

(Libro del Eclesiástico, XXIV, 23-31): Como la vid di pimpollos de suave olor, y mis flores dan frutos de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del bello amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad; en mí toda esperanza de vida y de virtud. Venid a mí todos los que os halláis presos de mi amor, y saciaos de mis frutos; porque mi espíritu es más dulce que la miel, y más suave que el panal de miel mi herencia. Se hará memoria de mí en toda la serie de los siglos. Los que de mí comen, tienen siempre hambre de mí, y tienen siempre sed los que de mí beben. El que me escucha, jamás tendrá de qué avergonzarse; y los que se guían por mí, no pecarán. Los que me esclarecen, obtendrán la vida eterna.

Gradual

¿Quién es esta que avanza como la aurora, hermosa como la luna, pura como el sol? Cual arco iris refulgente y entre nubes de gloria, y cual flor de rosa en los días de primavera.

Aleluya

Aleluya. Aleluya. Las flores han aparecido en nuestra tierra, el tiempo de la poda ha llegado. Aleluya.

Evangelio

(San Lucas, I, 39-47): En aquellos días, María se levantó y fue apresuradamente a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió cuando Isabel oyó el saludo de María, que el niño dio saltos en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz y dijo: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno! ¿Y de dónde me viene que la madre de mi Señor venga a mí? Pues, desde el mismo instante en que tu saludo sonó en mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Y dichosa la que creyó, porque tendrá cumplimiento lo que se le dijo de parte del Señor.”  Y María dijo: “Glorifica mi alma al Señor, y mi espíritu se goza en Dios mi Salvador”.

Credo

Ofertorio

He elegido y santificado este lugar, para que esté en él mi nombre, y permanezcan mis ojos y mi corazón allí todos los días.

Secreta

Aprovéchenos, Señor, esta oblación, para que, por tu gracia y la intercesión de la Santísima siempre Virgen María, logremos la paz y prosperidad presente y perpetua. Por N.S.J.C….

Conmemoración del Tercer Domingo de Adviento

Haced, Señor, que os inmolemos siempre esta hostia con devoción, para que cumplida así la institución del sagrado misterio, obre admirablemente en nosotros vuestra salud. Por Nuestro Señor Jesucristo…

Prefacio de la Santísima Virgen

Latín

Vere dignum et iustum est, æquum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere, Domine sancte, Pater omnipotens, æterne Deus. Et te in festivitate beatæ Mariæ semper Virginis collaudare, benedicere et prædicare. Quæ et Unigenitum tuum sancti Spiritus obumbratione concepit, et virginitatis gloria permanente, lumen æternum mundo effudit, Iesum Christum Dominum nostrum. Per quem maiestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Cæli, cælorumque Virtutes, ac beata Seraphim, socia exsultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti iubeas, deprecamur, supplici confessione dicentes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus

Castellano

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que en todo tiempo y lugar te demos gracias, Señor santo, Padre todopoderoso, Dios eterno. Y el alabarte, bendecirte y glorificarte en la festividad de la bienaventurada siempre Virgen María, que, habiendo concebido a tu único Hijo por virtud del Espíritu Santo, dio a luz, conservando siempre la gloria de su virginidad, a la Luz eterna, Jesucristo Nuestro Señor. Por Quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, tiemblan las Potestades; los Cielos y la Virtudes de los cielos y los bienaventurados Serafines la celebran con recíproca alegría. Te rogamos que, con sus alabanzas, recibas también las nuestras, cuando te decimos con humilde confesión:

Santo, Santo, Santo

Comunión

No ha hecho otro tanto con las demás naciones, ni ha manifestado a ellas sus juicios.

Poscomunión

Habiendo recibido la prenda de nuestra salvación, haz, Señor, que merezcamos ser amparados en todo lugar y tiempo con la protección de la Santísima siempre Virgen María, en cuya veneración hemos ofrecido este sacrificio a tu Majestad. Por N.S.J.C….

Conmemoración del Tercer Domingo de Adviento

Señor: imploramos vuestra clemencia, para que estos divinos auxilios, al purificarnos de los vicios, nos dispongan para las fiestas venideras. Por Nuestro Señor Jesucristo…

Evangelio del Tercer Domingo de Adviento

(San Juan I, 19-28): En aquel tiempo: Enviaron los judíos desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan para preguntarle: ¿Tú quién eres? Él confesó la verdad, y no la negó; antes protestó claramente: Yo no soy el Cristo. ¿Pues quién eres? Le dijeron: ¿Eres tú Elías? Y dijo: No lo soy. ¿Eres tú el Profeta? Respondió: No. ¿Pues quién eres tú, le dijeron, para que podamos dar alguna respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? Yo soy, dijo entonces, la voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como lo tiene dicho el profeta Isaías. Es de saber que los enviados eran de la secta de los fariseos. Y le preguntaron de nuevo, diciendo: ¿Pues, cómo bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis. Él es el que ha de venir después de mí, el cual ha sido preferido a mí, y a quien yo no soy digno de desatar la correa de su zapato. Todo esto sucedió en Betania, la que está a la otra parte del Jordán, donde Juan estaba bautizando.