PARA SANTIFICAR EL DOMINGO-DOMINGO XXIV DESPÚES DE PENTECOSTÉS

PARA AQUELLOS QUE NO TIENEN LA POSIBILIDAD DE ASISTIR A LA SANTA MISA

Recordamos a nuestros queridos lectores la posibilidad santificar el día Domingo a través de Nuestro Blog.

En la parte superior del mismo se encuentra una pestaña o página donde están los diferentes medios para realizar la Santificación del Día Domingo o Fiestas de Precepto, además de contar con los Sermones de los Queridos Padres: Juan Carlos Ceriani y  Basilio Méramo.

A continuación, los propios del:

DOMINGO XXIV DESPÚES DE PENTECOSTÉS

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Introito

Yo tengo sobre vosotros, dice el Señor, designios de paz, y no de cólera; me invocaréis, y yo os oiré benigno; y os haré volver de todos los lugares a donde os había desterrado. Oh Señor, Vos habéis derramado la bendición sobre vuestra tierra; repatriasteis a los cautivos de Jacob. Gloria al Padre…

Colecta

Te suplicamos, Señor, que excites las voluntades de tus fieles para que, anhelando con más avidez el fruto de esta obra divina, reciban de tu misericordia remedios más eficaces. Por N.S.J.C.

Epístola.

(Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses, I, 9-14)

Hermanos: Por esto también nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de rogar por vosotros y de pedir que seáis llenados del conocimiento de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis de una manera digna del Señor, a fin de serle gratos en todo, dando frutos en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios, confortados con toda fortaleza, según el poder de su gloria, para practicar con gozo toda paciencia y longanimidad, dando gracias al Padre, que os capacitó para participar de la herencia de los santos en la luz. Él nos ha arrebatado de la potestad de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención, la remisión de los pecados.

Gradual

Nos librasteis, Señor, de aquellos que nos afligían, y confundisteis a los que nos odiaban. En Dios nos gloriaremos todo el día, y en vuestro nombre os alabaremos para siempre.

Aleluya.

Aleluya, aleluya. Desde lo más profundo clamé a Vos, oh Señor; escuchad, Señor, benignamente mi oración. Aleluya.

Evangelio

(San Mateo, XXIV, 15-35)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo —el que lee, entiéndalo—, entonces los que estén en Judea, huyan a las montañas; quien se encuentre en la terraza, no baje a recoger las cosas de la casa; quien se encuentre en el campo, no vuelva atrás para tomar su manto. ¡Ay de las que estén encintas y de las que críen en aquel tiempo! Rogad, pues, para que vuestra huida no acontezca en invierno ni en día de sábado. Porque habrá entonces grande tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá más. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; mas por razón de los elegidos serán acortados esos días. Si entonces os dicen: “Ved, el Cristo está aquí o allá”, no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto de desviar, si fuera posible, aun a los elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho! Por tanto, si os dicen.: “Está en el desierto”, no salgáis; “está en las bodegas”, no lo creáis. Porque, así como el relámpago sale del Oriente y brilla hasta el Poniente, así será la Parusía del Hijo del Hombre. Allí donde esté el cuerpo, allí se juntarán las águilas. Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá, y la luna no dará más su fulgor, los astros caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gloria grande. Y enviará sus ángeles con trompeta de sonido grande, y juntarán a los elegidos de Él de los cuatro vientos, de una extremidad del cielo hasta la otra. De la higuera aprended esta semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas, y sus hojas brotan, conocéis que está cerca el verano. Así también vosotros cuando veáis todo esto, sabed que está cerca, a las puertas. En verdad, os digo, que no pasará la generación ésta hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasaran, pero las palabras mías no pasarán ciertamente.

Credo.

Ofertorio.

Desde lo profundo clamé a Vos, oh Señor; oíd, Señor, benignamente mi oración. Desde lo profundo clamé a Vos, oh Señor.

Secreta.

Sé propicio a nuestras súplicas, oh Señor, y habiendo recibido las ofrendas y oraciones de tu pueblo, vuelve nuestros corazones hacia Ti, a fin de que, libres de las afecciones terrenas, pasemos a los deseos celestiales. Por N.S.J.C.

Prefacio

Prefacio de la Santísima Trinidad:

 Latín

Vere dignum et justum est, æquum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, æterne Deus. Qui cum unigenito Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personæ, sed in unius Trinitate substantiæ. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione veræ, sempiternæque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur æqualitas. Quam laudant Angeli atque Archangeli, Cherubim quoque ac Seraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes

Sanctus Sanctus Sanctus…

 
Castellano

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar, oh Señor santo, Padre todopoderoso y eterno Dios. Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tú revelado, acerca de tu gloria, lo creemos igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro

Sanctus Sanctus Sanctus…

Comunión.

En verdad os digo que todas cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de conseguirlas, y os sucederá conforme a vuestro deseo.

Poscomunión.

Te rogamos, Señor, nos concedas que por el don medicinal de estos sacramentos que hemos recibido, sea curado todo cuanto hay de vicioso en nuestra alma. Por N.S.J.C.

INTROITO

GRADUAL

ALELUYA

OFERTORIO

COMUNION