
DIVINIDAD
Torturado por clavos, latigazos, espinas, bajo un cielo enlutado, con los brazos en cruz, entre humanas angustias y verdades divinas, con paciencia infinita, desfallece la Luz. *** Por el tosco madero fluye un hilo a la tierra vuelto un místico arroyo de sublime perdón, revelando detalles de un arcano que encierra como meta sublime, la humana redención. **** Tullido por calambres e insufribles dolores, sobrellevando afrentas, vejaciones y sed, el sacrosanto culmen de todos los amores derrama en cada gota de sangre su merced. *** Y tras desolaciones que claman por el Padre –y una vez consumada su obra– el Salvador cae en los mustios brazos de Su doliente madre como una flor marchita privada de color. *** Envuelto en lino, yerto, sobre una losa fría, –en lúgubre reposo y en sacra oscuridad– aguardará yaciente Jesús. Y al tercer día, dará la mayor prueba de su divinidad.