Es una lamentable noticia la que nos viene por intermedio de Radio Cristiandad. Que los propios hijos de Mons. Lefevbre coincidan en presentar a Monseñor como un «gran hombre» de la Iglesia «universal». No como un gran «religioso», de la Iglesia Católica. Será que como ya el Padre Schmidberger no dice nada políticamente incorrecto sobre la iglesia oficial, la iglesia oficial ya puede decir algo políticamente correcto de Mons. Lefevbre. En esta ida y venida de «gestos» políticamente correctos según el mundo publican tan humillante elogio mundano a Monseñor en la página oficial, llamada «pius.news» («Che, Pío», podría ser…)
Por otro lado, la carta del P Schmidberger no parece la de un religioso que pertenece a una parcela privilegiada de Cristo rescatada de la hecatombe conciliar, sino la de un gerente de una empresa de fertilizantes que está a punto de perder mercado. Está ansioso por mezclar el buen fertilizante con el guano de otras empresas que hace más de 40 años le han ganado la mano haciendo del deshecho de la Fe el principal abono de la iglesia oficial. ¿Qué crecerá con esta mezcla? Ciertamente, lombrices.
Habla de «nuestra» fraternidad, como si olvidara que la Providencia suscitó a la Fraternidad para preservar la verdadera Fe y las almas rescatadas por la Sangre de Cristo. Así que no es «nuestra», sino de Dios, Monseñor fue instrumento de Dios para preservar aquellas; por lo cual, quien negocia con quienes pisotean perlas y almas, negocia a Dios y la Sangre de Cristo. Si estuviéramos en la época normal de la Iglesia, le harían un proceso para saber, primero, si està en su sano juicio, y después, si no es peligroso para su comunidad religiosa.
Veronica Abad