
SUBLIME PETICIÓN
Señor, unge mi vida con Tu gracia y baña mi sendero con Tu luz ya que no puede haber mayor desgracia que subsistir de espaldas a Tu cruz. Mi corazón extático y contrito, se rinde a Tu presencia y Te reclama con un ardor profundo e infinito: ¡Quiero ser el pabilo de Tu llama! En Ti lo encuentro todo. No escasea nada al que Tu bondad vive aferrado. El alma que Te busque y que en Ti crea podrá resucitar de su pasado. Condúceme, Señor, a Tus praderas, al agua viva de Tus manantiales. ¡No desprecies las súplicas sinceras de quien huye de inmundos lodazales! ¡Ven, que aspiro a Tu sombra por consuelo o al roce de Tu túnica sagrada que bastarán para volver mi anhelo una pura y bendita llamarada! ¡Señor, pasa! Mi mesa está dispuesta y a pesar de que mi ojo no Te ve sé que Tú eres la única respuesta a todos los misterios de la fe. ...