Conservando los restos
HOMILÍA KIRKEGORDIANA
(De Kirkegord a Tomás de Aquino – 23)
II
¿Qué es lo que hace el Singular ante lo General corrompido? Una de dos cosas: o reacciona bien o reacciona mal. Como Cristo o como Coriolano. Como todo hombre; puesto que elegir libremente su camino es lo propio del Hombre.
¿Qué es el Singular y qué es lo General?
Lo General es toda esta maquinaria de la Sociedad, las leyes, las costumbres, las convenciones, las instituciones, ‘’las altas autoridades eclesiásticas civiles y militares”, como dicen los diarios; y también la moral exterior y la religión exterior. Todas estas cosas deben ser respetadas siempre; también pueden pudrirse; es decir, albergar dentro de sí el error o la iniquidad.
¿Qué es el Singular? El hombre Singular (o Particular, o Excepcional, o Individuo) contrapuesto al hombre masa, es el que tiene personalidad, o sea, es la Persona; no la persona incoada o virtual, que eso somos todos, sino la persona completa.
Es la vocación de todo hombre: el mayor servicio que a un hombre puede hacerse es sacarlo de la masa y hacerlo Individuo; es decir diferente; es decir, hacer que llegue a ser lo que ES.
El Singular respeta todas esas cosas de lo Común (cuando no se rebela contra ellas como Coriolano) pero está, en cierto modo, por encima dellas; porque los Singulares son quienes las crean y deben dirigirlas.
Ellos son los Creadores, loa Reformadores, los Restauradores, los verdaderos Conservadores. En una sociedad sana (es decir, jerárquica) los Singulares son los que dirigen; y dirigiendo, conservan.
Cristo se encontró delante de lo General podrido (aquí recuerdo la conclusión de uno de mis oyentes en La Plata: «¡Cierto —dijo— aquí lo importante sería encontrar un General que no esté podrido!»).
También Kirkegord, respecto de la Iglesia Danesa. También muchos otros. Es una situación que se repite en la Historia, aunque con diferentes grados: en la muerte de Sócrates, en la muerte de Inocencio el Grande, de María Estuardo, de García Moreno, en el envenenamiento de Huerta el mejicano. En el caso de Rosas, quizás: aunque lo General argentino no estaba del todo podrido (al menos no tanto como ahora), ni Rosas parece haber sido una personalidad completa; algo le faltó, sea lo que fuere. De todos modos, es la personalidad más eminente que hay en nuestra historia.
¿Qué pasa cuando lo General se pudre?
El Singular, o sea el hombre del remedio, es puesto al margen de la Sociedad y perseguido; y si no pueden acallarlo lo matan.
Es el caso de Cristo: Cristo acusa a los judíos de haber dado muerte a los Profetas.
A un amigo mío le adujeron el proverbio español: “En tierra de ciegos el tuerto es rey”; y él dijo: “¿Sí? En tierra de ciegos al tuerto lo matan”.
¿Qué hace el Particular cuando lo General está podrido? Cristo hizo cuatro cosas:
1ª) se resigna a ser perseguido;
2ª) convierte a cuantos individuos separados puede;
3ª) funda una nueva sociedad sana;
4ª) predice la ruina de lo General podrido.
Kirkegord hizo lo mismo.
En las cuatro terribles parábolas que están en el capítulo 25° de San Mateo, Cristo dice paladinamente a sus enemigos que “el Reino les será quitado y dado a una sociedad más sana”.
Su muerte estaba ya decretada, y Él sabe y se lo echa en cara. Pero sabe también que ha puesto los cimientos de su Iglesia por debajo de la Sinagoga podrida: ha fundado una sociedad religiosa monárquica con una nueva Ley.
Podría haberse sustraído a su suerte, pero no se sustrae a su suerte: prosigue su misión con una audacia y una fuerza heroicas.
Y bien: creo que en la Argentina actual, lo General está podrido. No lo sé con certeza. Me parece a mí. Le parece a Carlos Disandro, a Nimio de Anquín, a muchísimos otros. Ojalá nos equivoquemos.
Cuando lo General está podrido, entonces no hay nada que conservar, y no sirven los conservadores; nada que restaurar y no sirven los restauradores, nada que reformar y no sirven los reformadores: hay que crear. “La Guardia Restauradora Nacionalista»…, no hay nada que guardar, no hay nada que restaurar y no hay nación.
No digo que estén mal esos muchachos, porque la juventud es el tiempo de las ilusiones (y también a veces de las fatales desilusiones), y con esas ilusiones ellos se van formando —a fuerza de golpes.
¿Cómo se crea?
Les dije que no les daría recetas. Pero, en fin, fundamentalmente se crea, NO haciendo una Nueva Constitución, ni haciendo nuevas leyes para un ambiente desmoralizado; fundamentalmente se crea convirtiendo a muchos a la Verdad (aunque sea a esa verdad relativa que es la verdad política); y entonces esos muchos echan la base de una sociedad nueva; y lo podrido se va donde tiene que ir; no sin muchos sacudimientos, convulsiones y dolores.
Por eso en estos Institutos donde se aprende algo y se abren los ojos de muchos, hay una cosa importante, y es que se prepara la aparición de Singulares; es decir, de Personas, de Patriotas, de Hombres Éticos: de hombre enteros y personalidades completas…