RADIO CRISTIANDAD: EL FARO

Conservando los restos

EN DONDE ÉL PUEDA RECLINAR LA CABEZA

Narrado por Fabián Vázquez (doce minutos)

UBI CAPUT RECLINET

Las raposas tienen sus madrigueras,
y las aves del cielo nidos;
mas el Hijo del Hombre no tiene
EN DONDE RECLINAR LA CABEZA.
(San Mateo, VIII, 20)

El Señor busca un lugar donde recostarse al abrigo de un amor fuerte…

Busca un alma que le acoja y se sienta feliz en su compañía, aun cuando Él se calle…

La busca y no la encuentra…

Busca un alma sin asperezas ni rigidez, y, sin embargo, firme y estable…

Para que Él repose en mí, debería yo evitar los sobresaltos y las sacudidas…

¿Acaso podría encontrar en semejante alma un asilo seguro y delicado?

Señor, concédeme el modo de ser que has escogido para mí; no quiero nada sin que Tú primero lo hayas querido, trataré de conformarme en todo a tus divinas disposiciones.

No puedo dejarle afuera, a la intemperie, a merced del polvo de los caminos o del rocío de las noches; no puedo permitir que repose sobre las piedras su pobre cabeza divina, toda empapada del relente de la noche, antes de estar bañada por el sudor de sangre.

Mi alma debe ser para Él una mansión de recogimiento…

Y, ¿por qué me es tan difícil si no es porque mi alma se halla todavía llena de cuidados extraños y ensordecedores, de afectos clandestinos y exigentes, de sentimientos vulgares y groseros?

Al recogerte nos encontramos a nosotros mismos, y el reposo que te otorgamos penetra en nosotros como por contagio…

Cuando puedes dormir en paz dentro de nosotros, hasta nuestra misma pobre cabeza puede también calmarse, y dejar que huyan sus desconfianzas…

Concédeme el suficiente espíritu de fe para aceptar tu modo de obrar, y para amarle como un favor especial, y para alegrarme de él hasta que llegue el día de la eternidad.

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