Misterios de iniquidad
LA RUEDA DE LA VIDA
(Del Tiempo)
Este pasado viernes 19 de noviembre se estrenó en la plataforma de Amazon la nueva serie “La rueda del tiempo”, la esperada adaptación al “cine” por televisión, basada en la famosa saga de novelas de Robert Jordan.
En el estudio o análisis del pseudoconcierto de Astroworld, pudimos ver qué es lo que en realidad está detrás de estos rituales (llámense conciertos, películas, libros o series) como en “La Rueda del Tiempo”: un satanismo posmoderno que se enfoca sobre dos cuestiones principales fuertemente entrelazadas:
a) la Wicca, eje en el que se apoya y se centraliza con las religiones neo-paganas, sobre todo, con la espiritualidad New Age.
b) la praxis ritual, su significado e implicación para los wiccanos, así como el relieve que la creencia y práctica de la magia, especialmente femenina, entendida ésta como un poder ritual orientado a la transformación social e individual, que tiene en el desarrollo de la misma toda la “filosofía” croweliana.
Antes de continuar quiero contar una anécdota: ayer me visitó un amigo y me contaba del concierto de Travis Scott (sin saber que yo había hecho un artículo sobre el tema) y me pasó unos datos que yo no sabía por no haber entrado muy a fondo en el tema, porque no me parecía de mucha relevancia, con lo que había visto creí que era suficiente.
Primero una fotografía de Bad Bunny, que actuaría después de Travis Scott, donde su vestuario en anteriores presentaciones es un homenaje a Baphomet, con la faldita y las patas de pesuña, como habíamos ya acotado en el artículo, este ya no pudo actuar debido a la cancelación del evento. Una captura de pantalla donde se ve como una sombra (en realidad un demonio) al parecer de Scott que estaba enfrente, cae sobre los asistentes y por último un testimonio de un asistente que subió un video de tik tok, donde se puede leer: “Todo sobre esto está mal”, ya que al mismo tiempo en que las ambulancias se abrían paso para llegar con los que estaban desmayados, en lo más alto de la montaña (que era el escenario) pasaban de un portal a otro seres humanos o almas, que no es otra cosa que el paso de la tierra al infierno.
Todo sobre esto está mal
Así pues, mi intención en este trabajo es centrar la atención en el proceso de construcción de la propia identidad wiccana a través de su corpus religioso, pero, sobre todo, a través de la estrecha relación entre religión, magia y ritual existente en la misma, en base a las siguientes premisas:
1-La cuestión de la magia es piedra angular de la idiosincrasia, imaginario y praxis ritual tanto de la Wicca, como de algunos de los movimientos del Paganismo Actual o “Paganismo Contemporáneo” o “Neopaganismo”. (Estos conceptos o términos son denominaciones académicas de una misma realidad, pudiendo ser utilizados, por tanto, como sinónimos).
2-La práctica mágica wiccano-pagana se apoya en una cosmovisión Teosófica, hermética, metafísica y psicológica que impregna, no sólo sus creencias y ritos más importantes, sino que es prueba de que estas nuevas “religiones” son herederas indiscutibles de la Tradición Esotérica Occidental.
3-Tanto el concepto de magia (como su utilización en las ceremonias rituales), encierran un componente social y psicológico que es vital para entender el boom que está teniendo esta nueva religión en la sociedad de este mundo actual.
Con todo esto en mente, surgen varias preguntas: ¿Es la “religión” wiccana, o las que integran el fenómeno del Paganismo Actual (new age, teosofía, esoterismo, astrología, extraterrestres etc.) o se enmarcan dentro de los sistemas mágicos actuales, como una manera de encontrar una pisca de identidad y un sentimiento de pertenencia a la sociedad que nos rodea?
Dada la abrumadora cantidad de literatura o de una nueva “cultura” alternativa, principalmente new age y satanista que hay en el mercado, Sí.
¿Responde este revival de lo esotérico Anticrístico a una estrategia de marketing, o existe realmente una necesidad de vivir un tipo de espiritualidad específicamente Anticristiana que ofrezca respuesta a muchos de los problemas de hoy en día y que satisfaga necesidades vitales propias de la sociedad y las circunstancias actuales?
De acuerdo con Albert Pike, sí.
“Después los ciudadanos serán forzados, se defenderán contra la mayoría de los revolucionarios, y exterminarán estos destructores de la civilización, a la mayoría de la gente que todavía cree en Dios, la gente estará decepcionada sobre el cristianismo. Y por lo tanto ella estará sin un compás y dirección. Y ella comenzará ansiosamente a mirar hacia fuera para un ideal nuevo, sin saber, sin embargo, qué o a quién debe adorarse… Entonces la humanidad estará madura, para recibir la luz pura por la predicación mundial de las enseñanzas de Lucifer que se pueden finalmente traer al público. Seguirá después del movimiento reaccionario general, que aparecerá de la destrucción simultánea del cristianismo y del ateísmo”. (Albert Pike).
La “religión wiccana” se presenta como un culto a la Naturaleza, que pretende recuperar la religión medieval de la brujería descrita por Margaret Murray en sus trabajos, especialmente quien hablaba de dicha religión como un culto a lo natural y a la fertilidad que se correspondía, en realidad, a una religión pagana y paneuropea que había existido desde el Neolítico y sobrevivido a pesar de las persecuciones cristianas.
Pero, la realidad es que el movimiento wiccano y sus orígenes son el “caldo de cultivo” o vehículo para todo lo que nos presenta el Nuevo Orden Mundial.
La agenda 20-30 de la ONU, con su ideología de género, el homosexualismo, el placer sexual incluyendo la pornografía, aborto, eutanasia, feminismo, ecologismo, religión de la calentología, nudismo, veganismo, religión extraterrestre, “energías limpias”, la extinción de los recursos naturales y las especies vivientes etc. etc. etc. igualmente la filosofía de World Economic Forum, con la bandera de la Inteligencia Artificial, con todo lo que abarca incluso el satanismo. Todo esto está implícita y explícitamente en la enseñanza wiccana, que es teosofía disfrazada.
Monseñor Straubinger se ve que tenía presente esto poniendo el dedo en la llaga: “…¿No es esto poner aún más a prueba la fe de los creyentes sinceros ante visiones de suyo oscuras y misteriosas por voluntad de Dios y que han sido además objeto de interpretaciones tan diversas, históricas y escatológicas, literales y alegóricas pero cuya lectura es una bienaventuranza (1, 3) y cuyo sentido, no cerrado en lo principal (10, 3 y nota), se aclarará del todo cuando lo quiera el Dios que revela a los pequeños lo que oculta a los sabios? (Lc. 10, 21). Para el alma “cuya fe es también esperanza” (1 Pe. 1, 21), tales dificultades, lejos de ser un motivo de desaliento en el estudio de las profecías bíblicas, muestran al contrario que, como dice Pío XII, deben redoblarse tanto más los esfuerzos cuanto más intrincadas aparezcan las cuestiones y especialmente en tiempos como los actuales, que los Sumos Pontífices han comparado tantas veces con los anuncios apocalípticos (cf. 3, 15 s. y nota) y en que las almas, necesitadas más que nunca de la Palabra de Dios (cf. Am. 8, 11 y nota), sienten el ansia del misterio y buscan como por instinto refugiarse en los consuelos espirituales de las profecías divinas (cf. Si. 39, 1 y nota), a falta de las cuales están expuestas a caer en las fáciles seducciones del espiritismo, de las sectas, la teosofía y toda clase de magia y ocultismo diabólico”.
En la actualidad, la Wicca se ha desarrollado y evolucionado enormemente, surgiendo una plétora de tradiciones wiccanas que muestran características y percepciones propias. Es decir, la Wicca actual no es una, en singular, sino una pluralidad de corrientes que se asemejan en mayor o en menor medida a la Wicca de Gardner, que sigue siendo la base principal de todas ellas.
En cuanto a la cuestión de la magia, es importante tener presente que el complejo sistema mágico que compone la praxis ritual de muchas comunidades wiccanas y paganas actuales, hunde sus raíces en las prácticas mágico-rituales de la época victoriana, las cuales, a su vez, presentan sus orígenes más claros en la tradición cabalista de la alta judería, los trabajos de los renacentistas Marsilio Ficino y Cornelio Agrippa, o las prácticas de las fraternidades místicas de los masones y rosacruces, con sus expositores como Eliphas Leví y Aleister Crowley entre otros.
En sus sistemas mágicos, las grandes sociedades ocultistas decimonónicas, como la Golden Dawn y el Ordo Templi Orientis, mezclaron también las tradiciones que empezaban a llegar de Oriente (hinduismo, budismo, Tantra, etc.). Por último, buena parte de la praxis mágica wiccana y pagana está fuertemente influida por los trabajos de algunos psicoanalistas “modernos” como Carl Jung y Wilhelm Reich, por ejemplo, quien defendía que sólo se puede lograr un cambio en el panorama socio-político e individual mediante la liberación sexual.
La literatura de fantasía y su relación simbiótica con la Wicca
La Rueda del Tiempo es “Fantasía épica”, tipo “Las Crónicas de Narnia”, “Game of Thrones”. Un poco de mitología e historia y un toque de realismo, además de conceptos y elementos mágicos predominantes en las series, ya sea en forma de dragones, gigantes, espectros, cadáveres reanimados, control telepático de personas y animales, y profecías, es lo que nutre la Rueda del Tiempo y toda la fantasía y ficción que se les ocurra.
La Rueda del Tiempo es una saga de 14 libros escritos por Robert Jordan, y adaptados a la pantalla por Amazon. A diferencia de Harry Potter, y su secuela animales fantásticos, donde se expone abiertamente la brujería, el satanismo y el homosexualismo.
Esta imagen hubiesen puesto para dar su noticia
Hace más de veinte años que en la Tradición se condenó a Harry Potter y a su creadora, que se hace pasar por “cristiana”, hoy “criticada” y “amenazada de muerte” por de la comunidad transgénero, por sus declaraciones “discriminatorias”. Rowiling dijo que las «mujeres» transgénero no son mujeres reales. Atacada violentamente, respondió que tener una opinión sobre el tema, contraria a lo políticamente correcto, no la convierte en una estúpida.
Esta noticia la levanta el blog de la Neo y no la que confirma la misma J.K. Rowiling que Dumbledore y Grindelwald tuvieron una relación «sexual y apasionada» en la secuela de Harry Potter “Animales fantásticos” (El secreto de Dumbledore). Rowiling ha dicho que las brujas y los magos de Hogwarts (escuela donde estudió H.P”). “no pueden coexistir” con los Wiccanos.
El 21 de septiembre es la fecha elegida por los Wiccanos de todo el mundo para celebrar el Día Mundial del Orgullo Pagano. La “religión pagana” (Wicca) aglutina todas las religiones, judeo-cristianas, orientales e hinduistas porque no le rinden culto a un solo Dios, sino que también en su altar está presente la figura femenina de la diosa.
La característica mezcla de fuentes del Paganismo Contemporáneo se hace todavía más patente en la Wicca. Más allá de entender la misma como una tradición espiritual que reinventa divinidades paganas y rituales, además de combinar magia popular con magia ceremonial, hay que verla como un medio para un fin. Para muchos de sus seguidores, la Wicca es más que una religión. Es una forma de romper con los rígidos dogmas y rituales litúrgicos establecidos por la religión Católica y encontrar, no sólo un tipo de espiritualidad más creativa, sino un tipo de espiritualidad que ofrece independencia, autonomía, contacto directo con la deidad y la conexión con la naturaleza, a la que ya nos hemos referido con anterioridad.
Por tanto, es en esta función social de desarrollo de la persona en lo individual y en lo comunitario, donde se observa la faceta de “tótum revolútum” de la Wicca. En la Wicca “todo se vale”. Tal como se ha señalado, Wiccanos y paganos, no temen, con el objeto de “rellenar los huecos” que evidentemente existen en la narrativa académica y encontrar el discurso que encaje con sus necesidades e idiosincrasia, mezclar las fuentes arqueológicas, literarias, históricas y mitológicas (dichas anteriormente) con literatura fantástica o de ciencia ficción.
Esta heterogeneidad de fuentes, así como la inclusión, en un mismo discurso, de narrativas literarias, históricas y pseudo-históricas, quedan justificadas, entre otros motivos, por la adopción, por parte de paganos y wiccanos, de la teoría del “monomito” de Joseph Campbell, la cual defiende que todas esas narrativas siguen una pauta fija que muestra el viaje del héroe a la auto-realización y el auto-conocimiento, lo que conecta, a su vez, con la teoría de los arquetipos de Jung, claramente imbuida en la idiosincrasia wiccana.
El obscuro vive en la montaña, su ejército ya viene: La rueda del tiempo. Vive en la montaña de la utopía: Astroworld
Dentro del Paganismo en general y la Wicca en particular, la magia rompe las barreras de la mera práctica y se convierte en un valor importante de lo singular, así como del proceso alquímico y/o terapéutico que el practicante debe seguir no sólo para congraciarse con su “auténtico yo”, sino también para armonizarse con el cosmos: “Es un elemento importante de crecimiento espiritual hacia el logro místico de la gnosis, con cualquier corto plazo. Los objetivos pragmáticos son secundarios a este resultado final.” (“Magic in Paganism”, p. 95).
Es en este marco donde los paganos entran en el terreno de la literatura fantástica para cimentar su imaginario mágico y sobrenatural. La magia no es tanto un rasgo significativo del género fantástico, como un medio para un fin. A través del recurso de la magia, los autores exploran el mundo real, introduciendo problemas contemporáneos, aspectos y hechos de la realidad, diluyendo así la frontera entre ambos mundos, el real y el fantástico: “La fantasía recombina e invierte lo real, pero no escapa a él: existe en una relación parasitaria o simbiótica con lo real”.
En otras palabras, la mayoría de los escritores de fantasía fundamentan sus historias y narrativas en la magia e influencias del mundo real para poder visualizar el “interior de esta realidad. “…lo fantástico es la vacilación experimentada por una persona que sólo conoce las leyes de lo natural, cuando se enfrenta a un evento aparentemente sobrenatural. Es decir, lo fantástico ocupa el lugar de la incertidumbre cuando, en el mundo que conocemos y que opera bajo las leyes que nos son familiares, ocurre algo que no puede ser explicado por estas mismas leyes. En estos casos, la persona debe optar por dos soluciones: bien es víctima de su propia imaginación, bien lo que ha ocurrido es parte de su misma realidad, pero está controlado por leyes desconocidas. En cualquiera de los casos, lo fantástico acaba encuadrándose en el género de lo extraño, lo maravilloso”.
En el Paganismo, así como en la Wicca, el estudio y la práctica de la magia son, en sí mismos, una reivindicación de la voluntad humana y del empoderamiento personal. En lo que respecta a la voluntad, ésta es vista por los paganos como una manera más o menos coherente de entender un mundo en el que algo dentro de cada persona, dicha voluntad, puede ser usado para efectuar un cambio o influir en otros más allá de uno mismo. Una percepción que encuentra eco en libros contemporáneos de fantasía como, por ejemplo, “The Name of the Wind” de Patrick Rothfuss. “Alar es la piedra angular de la simpatía. Si vas a imponer tu voluntad al mundo, debes tener control sobre lo que tú crees” (Rothfuss, 2007, p. 71); o las sagas de “The Death Gate Cycle” (New York: Bantam Books, 1990-1994) y “Darksword” (New York: Bantam Spectra, 1988, 1998) de Margaret Weis y Tracy Hickman: “Estas pruebas pueden indicar, por ejemplo, que el niño domina el Misterio del Aire … El hijo de una familia noble que domine este arte será ascendido, con toda seguridad, a la categoría de supermago y se le nombrará Sif-Hanar, quienes entre sus innumerables responsabilidades tienen la del control del tiempo climatológico. Son los Sif-Hanar quienes hacen que el aire de las ciudades sea suave y esté impregnado de deliciosas fragancias un día, y al siguiente blanquean los tejados de las casas con una decorativa nevada. En las tierras de labranza, es deber de los Sif-Hanar ocuparse de que la lluvia caiga y el sol brille cuando así sea necesario y de que ninguno de los dos haga su aparición cuando no se los necesite” (Weis & Hickman, 1988, p. 37).
Dicho esto, dentro de las obras de fantasía más utilizadas por los paganos destacan, sin duda alguna, los trabajos de Terry Pratchett.
En el caso de autores como Pratchett y Gaiman se da una curiosa retro-alimentación. Ambos autores utilizan elementos reconocibles de la Wicca para la creación y caracterización de sus personajes relacionados con la brujería. En el caso de Pratchett esto se puede ver en la poco conocida “Lords and Ladies y Witches Abroad”, mientras que en Gaiman, se encuentran ejemplos bastante ilustrativos en su novela “American God’s”.
Y, J. R. Tolkien, de quien sus seguidores, no wiccanos, andan convencidos de que cualquier intento de meter las novelas de Rowling en el mismo saco que “Las Crónicas de Narnia” o “El Señor de los Anillos” (novelas consideradas por muchos cristianos, incluso tradicionalistas, como “correctamente inspiradas por las enseñanzas de Jesucristo”) es un error, cuando no un intento de sabotear las mentes de sus jóvenes televidentes.
El interés que wiccanos y paganos muestran por Tolkien puede entenderse por varios motivos: a) su rica taxonomía —lenguas; razas; costumbres—; b) su innegable capacidad para crear mundos complejos, colmados de historias y tramas interconectadas, que son la base de una mitología “propia” —muy en consonancia con la práctica de los primeros de construir narrativas altamente heterogéneas. Tolkien documentó en The Book of Lost Tales, el proceso de “creación” de una mitología “inglesa” propia; y c) su construcción de realidades distópicas y utópicas, en las que desplegar toda una serie de ejemplos morales —en el Señor de los Anillos destacan las figuras de Frodo, Sam, Aragorn y Eowyn—, que ayudan a calibrar la brújula moral del mundo real, así como inspiran al lector a desarrollar “la mejor versión de sí mismo”.
Las numerosas razas de la Tierra Media —elfos, enanos, humanos, hobbits, orcos, magos, dragones, etc. —, así como varias de las novelas de Discworld, como por ejemplo “Lords and Ladies”, sirven a los paganos para construir su cosmología del Otherworld: “Un lugar a la vez aparte y parte del mundo […] El Otro Mundo es otra dimensión, normalmente invisible” (G. Harvey, 2007, p. 62), como del Greenwood. Como explica este mismo autor, la fantasía no sólo ayuda a “encantar” la realidad cotidiana, sino que también alienta a la persona a contemplar diferentes formas de relacionarse con el mundo, así como de entender o percibir los “usos y abusos de poder” —expresados habitualmente a través de la magia—, y las cuestiones de etnia género y sexualidad (ibíd. p. 176).
Una voluntad que, por otra parte, paganos y wiccanos exhortan a controlar, pues defienden que la magia no sólo requiere una gran responsabilidad por parte del practicante en el uso de la misma, sino también una importante preparación previa. Una defensa que queda recogida en el adagio wiccano Harm no one and do what you Will (No hagas daño a nadie y haz lo que quieras) versión “positiva” de la ley de Thelema de Crowley: Do what thou wilt shall be the whole of the Law (Haz lo que quieras será la totalidad de la ley). En relación con esto, D. Ashcroft-Nowicki dijo: “En el área de lo oculto, la ética es de suma importancia. Agregue a esta autodisciplina del más alto tipo y un conjunto de principios para actuar como una lámpara en este el más difícil de los caminos, y todos estos deben ser pensados aceptados antes de que alguien deba colocar un solo pie en el camino a la Adepthood”.
Ambos escritores muestran a lo largo de sus historias la lucha continua que sus protagonistas deben llevar a cabo para lograr un conocimiento auténtico y profundo que va más allá de la mera intelectualidad (la cual no deja de ser importante, pues les permite controlar el poder que se puede invocar sin llegar a destruir la armonía que mantiene el mundo). Se trata, realmente, de un conocimiento del ser, de la naturaleza humana. En estas obras, el viaje por el estudio de la magia y su conexión con el mundo lleva a Ged y a la sacerdotisa de Babalon a enfrentarse con sus propios límites y las consecuencias de sus ambiciones. Finalmente, acaban aprendiendo que la verdadera sabiduría se encuentra tanto en el entendimiento de uno mismo, del mundo natural y de la relación entre ambos; como en el desarrollo de un marco moral que no sólo les permita resistir la tentación del poder, sino desplegar todo su potencial a través del contacto con grandes poderes y otros seres.
La Rueda del Tiempo está cimentada sobre el feminismo y la brujería feminista, y buena parte de la historia gira justamente en torno a eso, desde feminismos radicales hasta matriarcados.
Ambientada en un extenso y épico mundo en el que existe la magia y únicamente algunas mujeres pueden acceder a ella, la historia sigue a Moiraine, miembro de una organización femenina increíblemente poderosa llamada “Aes Sedai”, cuando llega a la pequeña ciudad de Two Rivers. Allí se embarca en un peligroso viaje por todo el mundo con cinco jóvenes, uno de los cuales ha sido profetizado como «el dragón renacido», que salvará o destruirá a la humanidad.
La primera escena trata básicamente de una manera vaga de como este mundo llegó hasta su estado actual; dice Moiraine: “El mundo está destrozado, hace muchos años hombres nacidos con gran poder se creyeron capaces de encerrar la oscuridad misma, al fracasar, los mares hirvieron, las montañas se derrumbaron las ciudades ardieron y las mujeres Aes Sedai tuvieron que recoger los pedazos”.
Después aparece un paisaje de unas montañas que asemejan ciudades modernas con sus rascacielos.
La Rueda del tiempo se ambienta en un futuro de nuestro planeta, miles y miles de años en el futuro donde la humanidad ha descubierto una fuente de poder que le llaman “El Poder Único”, que básicamente es magia, que procede del creador de todo el universo. Gracias a este poder único la humanidad ha ido desarrollándose de una forma espectacular. El avance de la humanidad llega a tal punto que la gente más inteligente de la época descubre que pueden “perforar la realidad” y deciden perforarla para descubrir que hay más allá de la realidad, al hacerlo sin darse cuenta perforaron la “prisión” (el infierno) donde el creador había encerrado a una deidad maligna que se le llama el Oscuro.
Esta deidad empieza a corromper a los humanos, empieza a ganar adeptos y su objetivo final es gobernar la creación del creador. Esta deidad maligna provee a la humanidad de su magia propia que el hombre le llama el poder verdadero, los que siguen a este ser oscuro se les llama los elegidos. Entonces existen el poder único del creador y el poder verdadero del maligno. En los momentos finales en uno de los movimientos ya desesperados de la humanidad es donde aparece la Bestia, un individuo llamado “Luzferin”, liderando la gente que puede encausar magia hacia una batalla contra el oscuro para tratar de cerrar el agujero que se perforó en la realidad y con ello volver a aprisionar al oscuro, Luzferin lo logra, logra tapar el agujero en la realidad poniendo un sello temporal aprisionando nuevamente al oscuro junto con sus seguidores, sin embargo esta deidad oscura antes de volverlo a encerrar manchó el lado masculino de la magia del poder único, por consiguiente todos los hombres que podían encausar magia se vuelven medio locos, progresivamente, incluyendo a Luzferin, que a pesar de ser tan poderoso, él solo causó mucha destrucción en el mundo, en realidad aunque salvó al mundo termino destruyéndolo, usando su misma magia.
Aquí es donde entran las mujeres de este universo; las cuales se dedicaron los próximos miles y miles de años en capturar a los hombres y amansarlos, lo cual significa que les cortan su conexión con el poder único para que no puedan hacer magia; en teoría esto les ayudaría a ya no volverse locos, aunque muchas veces los hombres caen en depresión, se quitan la vida etc. etc.
Este grupo de mujeres son referidas como las “Aes Sedai”, son las que pueden encausar magia, por lo tanto son la facción más poderosa de todo el mundo, y su función es mantener la paz del mundo o más bien llevar las riendas del mundo, además de dedicarse a buscar hombres para amansarlos para que no causen destrucción.
A grosso modo es un resumen de La Rueda del Tiempo.
Es evidente que la veneración que los wiccanos sienten por la figura de la mujer diosa, no empezó con la aparición de esta religión. De hecho, se puede rastrear su origen a los siglos XVIII-XIX. Durante este tiempo, se desarrolló un interés por el estudio de la Teosofía, la cual se vio favorecida por la aparición de la ciencia moderna y el gusto por las ciencias ocultas que generaban las grandes sociedades ocultistas del momento (como la Sociedad Teosófica, Hermetic Order of the Golden Dawn y la OTO).
La teoría del matriarcado de Marija Gimbutas
Sin duda alguna fue la arqueóloga lituana Marija Gimbutas (1921-1994) la gran teórica acerca de la existencia de una religión centrada en la mujer diosa, así como de una sociedad matriarcal —mito que, indudablemente, representa el proceso de reinterpretación y re-mitologización típica del Paganismo Contemporáneo y la Wicca—, en la Europa prehistórica, las cuales desaparecieron con la llegada de la cultura patriarcal indoeuropea.
Unas teorías que se encuentran perfectamente plasmadas en sus libros “The Goddesses and Gods of Old Europe” 1974., “The Language of the Goddess”, 1989: o “The Living Goddesses” (University of California Press, 1999) “La pregunta que ahora se perfila es sobre lo que le ocurrió a la diosa prehistórica después del tercer milenio a.C. ¿Desapareció después del advenimiento del mundo Indoeuropeo patriarcal o sobrevivió al dramático cambio […]? En Grecia, así como en la India, la Gran Diosa sobrevivió al sobreimpuesto horizonte cultural Indoeuropeo. Como su predecesora anatolia y griega Hécate-Artemis, vivió durante la Edad del Bronce, luego durante la Grecia Clásica e incluso a lo largo de la historia a pesar de la transformación de su forma externa y de los numerosos nombres diferentes que se la aplicaron.” Marija Gimbutas.
Elizabeth Gould Davis Cuyo libro más significativo es (The First Sex, 1971), trata sobre la existencia de sociedades humanas “primitivas” dominadas por “queendoms” matriarcales que adoraban a la Gran Diosa.
De acuerdo con Gimbutas, las principales pruebas de que las sociedades prehistóricas del Paleolítico y el Neolítico se organizaban en torno a comunidades matrilineales, se hallaban tanto en su simbolismo religioso colmado de figuras de divinidades femeninas, cuyas formas reflejan su capacidad para crear vida, y de imágenes de madre e hija, repartidas por toda la Europa antigua, como en sus costumbres de enterramiento analizadas a través de los yacimientos arqueológicos de las necrópolis ubicadas dentro de las casas. Interpretó el hecho de que buena parte de los restos pertenecían a mujeres de avanzada como una prueba irrefutable del carácter matriarcal de estas sociedades.
Según esta autora, dichas mujeres debían ser las “cabeza de familia” o las “jefas de las tribus”: «La mujer mayor era el antepasado cuya bendición se buscaba para asegurar la continuidad de la familia que había comenzado, y que fue honrada con el entierro debajo de una de sus casas o templos”. Marija Gimbutas.
Las teorías de Gimbutas han generado mucha controversia y debate dentro de la comunidad académica. Gimbutas clasificó y explicó tanto las figuras femeninas paleolíticas, como el significado de los símbolos geométricos prehistóricos, siguiendo criterios personales basados en su propio gusto y en una interpretación selectiva y arbitraria, pensada, sobre todo, para ajustarse a su retrato de una civilización neolítica pacífica centrada en la mujer y en el culto a una diosa, que fue más tarde destruida por invasores patriarcales. Con todo, las ideas de Gimbutas tuvieron una gran influencia entre la comunidad feminista americana de la década de los 60-70 del siglo XX, dentro de la cual destacó, entre otras, Mónica Sjöö, quien, en su libro The Great Cosmic Mother: Rediscovering the Religion of the Earth (HarperCollins Publishers Inc., 1987), se centra en la naturaleza y atributos de la Diosa, así como en las cualidades asociadas a su culto. En este libro, este culto a la Gran Diosa Madre es descrito como una religión dominante en la Prehistoria durante 300.000 años y sus rituales son identificados con misterios que involucran a la luna, la fecundidad y la agricultura una actividad esta última que, según Sjöö, fue invención femenina: “la invención de las mujeres de la agricultura y la domesticación de los animales, junto con la vida asentada de pueblo, creo una abundancia de alimentos constantes que redujo la caza (actividad masculina) a algo más o menos obsoleto” (Sjöö & Mor, 1987, p. 238).
Para esta autora, esta diosa creatrix es una divinidad lunar cuyas funciones se extienden también al agua y la fertilidad: “su fertilidad envuelve la creación cósmica entera y toda la vida, así como también el renacimiento psíquico, la energía de la mente, la imaginación”; una diosa que, por otra parte, representaba una cultura en donde la idiosincrasia de las mujeres “obstaculizaba el establecimiento del order social patriarcal” (Sjöö & Mor, 1987, p. 248). Finalmente, según Sjöö, las creencias religiosas y los rituales desarrollados por las mujeres de la Antigüedad “…surgieron a partir del papel supremo de las mujeres como productoras culturales, madres y principales comunicadoras con el mundo del espíritu. Los misterios de la creación, transformación y finalmente el retorno… emergieron de las experiencias directas, físicas y psíquicas, de las mujeres de estos misterios: en el sangrado, en el crecimiento de los niños, en la enfermería, en el trabajo con el fuego…”.
En los movimientos de la Wicca y el Paganismo Contemporáneo, la arqueología cobra valor en cuanto a la utilización del pasado “verdadero” del matriarcado como una forma de reivindicar la construcción de una espiritualidad femenina a través de la figura de diosas empoderadas como, por ejemplo, Inanna; la cual se convirtió en un símbolo de empoderamiento y crecimiento., el mito del descenso voluntario de Innana al Inframundo —entendido como una experiencia “oscura”—, y su posterior retorno al mundo y ascensión a los cielos, se lee esencialmente como un proceso psicoterapéutico que “ayuda a unificar todos aquellos aspectos de lo femenino cuya expresión no está permitida en la sociedad patriarcal”.
El discurso sobre la brujería, su práctica, historia y percepción de lo que significa e implica el término bruja, no sólo es uno de los elementos más representativos de la Wicca, siendo, de hecho, uno de los aspectos definitorios de la identidad wiccana, sino que es, también, uno de los elementos transversales de los tres grupos de Wicca. De hecho, la definición más sencilla que se puede hacer de la Wicca es que ésta es la práctica de la brujería, siendo, otra manera de referirse a la Wicca: la Brujería Moderna.
Esta asimilación queda patente en prácticamente todos los manuales wiccanos —o Libros de Sombras—, en donde no es extraño que se haga referencia a la brujería en sí misma o a conceptos que se suelen relacionar con la misma, como, por ejemplo, “conjuros” o “pócimas”.
Para las feministas de los años 60 y 70, el mito de la bruja (mujer sabia, conocedora de los secretos de la Naturaleza, especialista en el uso de hierbas medicinales, eje central de la comunidad gracias a su papel como matrona y curandera, y, en última instancia, víctima de las persecuciones llevadas a cabo no solo por las autoridades cristianas, sino por sus mismos coterráneos), fue una herramienta imprescindible en su lucha por la afirmación femenina, pues mostraba lo perfectas y autosuficientes que podían haber sido las mujeres de no haber surgido el patriarcado.
Este mito subraya la esencia de la corriente feminista de los años 60 y 70, una corriente política dedicada a la eliminación del sistema clasista de sexos, que se opuso a la supremacía masculina y que consiguió desarrollar un movimiento de concienciación. Las feministas de las décadas de los 60 y los 70 se acabaron convirtiendo en una de las fuerzas más vitales del movimiento de liberación de la mujer, al defender, no sólo que las mujeres constituían una clase de sexo, sino también que las relaciones entre hombres y mujeres necesitaban ser reestructuradas en términos políticos, cosa que lograron gracias a los gobiernos anticristianos y a la ONU.
La organización de las W.I.T.C.H. Conspiración Internacional de Mujeres terroristas del infierno.
Esta organización fue fundada en Nueva York en 1968, fue la primera que recuperó la iconografía de la “bruja perseguida”, insistiendo en la idea de que las mujeres deberían abrazar su antiguo pasado si querían llegar a liberarse del “yugo patriarcal”, así como elevarse como individuos completamente empoderados: “Somos BRUJAS. Somos MUJERES. Somos LIBERACIÓN. SOMOS nosotras. La historia oculta de la liberación de las mujeres comenzó con brujas y gitanas, porque son las más antiguas guerrilleras y luchadoras de la resistencia…” (El libro W.I.T.C.H., 2007, p. 53).
W.I.T.C.H. utilizaban las connotaciones negativas que tiene la imagen, así como llevaban a cabo rituales públicos cargados de teatralidad como medio para transmitir sus protestas políticas. Es decir, aunque las W.I.T.C.H. realizaban rituales públicos en los que llevaban a cabo hechizos y maldiciones, no creían estar canalizando realmente ningún tipo de energía que pudiese lograr el cambio deseado. Sobre este aspecto, la líder de la organización, la antigua hippie Robin Morgan, escribió: “En W.I.T.C.H. siempre quisimos hacer una investigación real, leer los estudios antropológicos, religiosos y mitográficos sobre la materia, pero nunca lo hicimos. Estábamos demasiado ocupadas actuando” (Morgan, 1978, p. 72).
Las escritoras feministas defienden la teoría de que las mujeres que fueron perseguidas como brujas eran las tradicionales curanderas y matronas de sus comunidades, y que su destrucción había sido, por tanto, no sólo un golpe para el poder femenino, sino también un golpe contra la medicina y terapias naturales, siendo dichos juicios a las brujas, por ende, una victoria para el patriarcado y para la ciencia moderna, dominantemente masculina. No obstante, es importante señalar el hecho de que, al igual que ocurría con las W.I.T.C.H., estas autoras enfocaban su interés en la brujería más como un obstáculo para el patriarcado, que como un sistema religioso. Esto sucederá con la aparición y el desarrollo de la Wicca Dianética y el movimiento de la Espiritualidad de la Diosa, de los cuales la “iglesia” de la Cienciología será su desarrolladora.
¿En qué creen wiccanos y paganos? Cosmovisiones, panteones divinos y magia
Aunque pueda parecer una afirmación algo obvia, para poder entender cómo funcionan tanto los sistemas mágicos actuales, especialmente los practicados por wiccanos, paganos y seguidores del movimiento New Age, como sus praxis rituales, es necesario entender el corpus de creencias y la cosmovisión que vertebran los mismos, puesto que, como se verá, la magia es, en estos tres grupos concretos, un elemento más del ritual, inseparable del aspecto más metafísico del mismo.
Cosmovisión: la confluencia entre los planos. A lo largo del artículo se ha ido insistiendo en la idea de que wiccanos, paganos y, en este caso, también, practicantes new age, han heredado la creencia hermético-teosófica, fuertemente influenciada por la cosmovisión neoplatónica, de que existe una especie de relación inmanente entre los elementos constitutivos del mundo natural y la divinidad, la cual puede ser, según la propia mitología wiccano-pagana, masculina y/o femenina, así como manifestarse en dichos elementos o formar parte de los mismos (como ya se ha mencionado varias veces, esta última idea es parte integral de las tradiciones wiccanas “más sociales” como la Wicca Dianética). Una creencia que se ha entrelazado con la visión orgánica del mundo como un todo “vivo” conectado e interrelacionado: “afinidad de la naturaleza” resultó en la unión de todas las cosas a través de la atracción mutua o el amor. Todas las partes de la naturaleza fueron mutuamente interdependientes y cada uno refleja cambios en el resto del cosmos”, que se desarrolló en el Renacimiento sobre la base de la síntesis entre las tradiciones griegas del platonismo, estoicismo y aristotelismo, el hermetismo, gnosticismo y cristianismo” (Greenwood, pp. 171).
Lo interesante de esta cuestión es el hecho de que tanto dicha creencia hermético-renacentista, como el pensamiento orgánico referido, se acabaron fusionando en la cosmovisión de la religiosidad natural que caracteriza a la Wicca y a las corrientes neopaganas, como se ha ido desgranando a lo largo del discurso, la cual se define por no separar lo material de lo espiritual, integrando todo en una naturaleza holística, cuya esencia se puede describir como lo que Decimejorge denominó “ecologismo social”.
Es decir, una forma de conocimiento de acuerdo con la que lo natural está integrado por seres vivos que son agentes activos, responsables directos, de la evolución orgánica y el desarrollo de la naturaleza: “hay potencialidad y autodirección en la evolución orgánica hacia una mayor subjetividad, conciencia, autorreflexividad […] es responsabilidad de la más consciente de las formas de vida -la humanidad- ser la «voz» de una naturaleza muda y actuar fomentar inteligentemente la evolución orgánica” (Greenwood).
Esto último es importante, es el espíritu de la Carta de la Tierra, pues pone de manifiesto varios elementos fundamentales de dicha religiosidad natural que, sin duda alguna, identifican y establecen las condiciones necesarias que facilitan el desarrollo de estos sistemas mágicos:
a) la creencia de que la naturaleza es una emanación de la divinidad;
b) la idea de que la interacción humana sobre la naturaleza, que actúa, a su vez, sobre los seres humanos, se lleva a cabo a través de una “pantalla de creencias, propósitos y conocimientos” que da forma al modo de participación con la misma. En esta última línea de pensamiento se pueden observar diferencias entre los movimientos wiccano-pagano y New Age. Mientras los primeros entienden dicha participación a través de la relación directa y activa con el “otro mundo” y las entidades “que en él habitan y que pasan a habitar la tierra”. Como las heréticas y estúpidas teorías de Damián Galerón. Es decir, entienden la naturaleza como “un lugar inmanente de la deidad”, los practicantes new age buscan conectar con una “realidad metafísica supremo-trascendente” a través de un vínculo con la misma más pasivo y espiritual. No obstante, ninguna de estas afirmaciones se puede generalizar para todo el fenómeno wiccano-pagano y New Age, en tanto hay wiccanos, sobre todo, que describen su relación con dicho “otro mundo” desde una óptica más psicológica y espiritual, y practicantes new age, como la comunidad Findhorn por ejemplo, que han descrito su relación con estas entidades con un tono activo, directo y personal; pero también hay wiccanos materialistas, exactamente lo que dijo Pablo VI en la Clausura del conciliábulo V.II.
c) la noción de que, al ser el universo un ente vivo, es posible la comunicación entre los seres humanos y varios aspectos, o espíritus del otro mundo, del mundo natural en una relación que se distingue por la interconexión y el animismo: ““Soy un pagano. Soy parte de toda la naturaleza. Las rocas, los animales, las plantas, los elementos son mis parientes […] soy parte de esta gran familia de la naturaleza, no el amo de ella”.
El panteón divino
La Wicca, al igual que lo que ocurre con el Paganismo Contemporáneo, es una religión occidental, natural y politeísta (como se ha ido insistiendo a lo largo del artículo), cuyos practicantes recrean, o llevan a cabo, un revival moderno de prácticas basadas en técnicas chamánicas, así como de tradiciones religiosas paganas de la Europa pre-cristiana. La Wicca, y en particular la wicca esotérica se caracterizan por su énfasis en los procesos iniciáticos, los cuales, algunos autores han comparado con las religiones mistéricas de la Antigua Grecia, destacando, en este último caso, la tradición celtíbera de la Wicca.
Pues bien, en lo que concierne, en concreto, al panteón wiccano, éste está conformado por numerosos panteones mitológicos (indoeuropeos, célticos y próximo-orientales), los cuales convergen en las dos figuras divinas claves de la Wicca: la diosa y el dios Astado. Estas figuras son constructos de innegable complejidad en su definición y delimitación, pues en ambas confluye toda una abundancia de aspectos, facetas y funciones que simbolizan las diversas deidades que constituyen los panteones mencionados.
Asimismo, es importante tener presente el hecho de que, aunque existen tradiciones wiccanas que se centran en la Brujería Femenina, en un culto casi exclusivo de las imágenes deístas femeninas, los wiccanos, en general, adoran tanto a los dioses como a las diosas con énfasis en el plural, en tanto entienden que todos ellos son la representación de la fuerza divina que, pese a no presentar un género como tal, se manifiesta en el cosmos a través de la polaridad reflejada en los distintos aspectos de los principios masculino y femenino. Una concepción que puede ser susceptible de ser asimilada, por ejemplo, a la percepción de los “avatares” hindúes, un término que proviene del sánscrito avatara y que significa “aquel que ha descendido al reino terrenal”, haciendo habitualmente referencia a las encarnaciones del dios Vishnú.
El panteísmo ecológico: La religión del nuevo milenio
Unos aspectos o dimensiones, éstos, que los wiccanos creen que están conectados a la Rueda de la Vida, siendo por ello que suelen adorar a los mismos en el contexto de los ciclos estacionales de la naturaleza, donde los invocan como catalizadores de las transformaciones necesarias para el cambio y el crecimiento del individuo. En este sentido, las divinidades masculinas son percibidas por los wiccanos en términos de aspectos duales —verano/invierno, crecimiento/decadencia, actividad/descanso, etc.
Dicho esto, lo interesante de la Wicca en el marco del panteón divino es, sin duda alguna, los distintos modos en los que las diversas tradiciones, covens y grupos wiccanos entienden tanto la naturaleza de la divinidad, como la relación que los seres humanos establecen con la misma. Esto es, al igual que lo que ocurre, como ya se ha expuesto con anterioridad, con avatares, heathens, ásatrus, druidas y chamanes, los wiccanos combinan una doble visión de lo divino: por un lado, su experiencia de los dioses como “miembros reales” de la comunidad espiritual, entidades “presentes y vivas” en el mundo; y, por otro, su percepción de los mismos como un conjunto de metáforas y arquetipos de la psique humana y la vida cotidiana, siendo, por tanto, todo un conjunto de construcciones mentales que funcionan en un nivel simbólico y abstracto.
En este último sentido es interesante recordar que, ambos, paganos y wiccanos no son sólo conocidos por su ya mencionado panteísmo naturalista, sino también por su aparente no necesidad de no creer en lo sobrenatural, en tanto lo importante se encuentra en la experimentación de la realidad empírica: “La creencia nunca ha parecido muy relevante para el movimiento neopagano. En mis quince años de contacto con estos grupos nunca me pidieron que creyera en nada […] sacerdotes y sacerdotisas que dicen que son agnósticas filosóficas y que esto nunca ha inhibido su participación o liderazgo en grupos neopaganos y artesanales. Otros te dirán que el los dioses y diosas son «seres etéreos». Incluso otros los han llamado símbolos, poderes, arquetipos, o algo profundo y fuerte dentro del yo para ser contactado”. Leonora James.
La Magia
La Federación Pagana fue refundada con una estructura más grande y formal; cinco funcionarios ejecutivos, una tesorería y un marco extendido para tratar la correspondencia y para la producción de la Wicca. La presidenta era Leonora James, la secretaria otra alta sacerdotisa, Vivianne Crowley, que había sido entrenada en Wicca alejandrina y gardneriana en la década de 1970 y llegó a la prominencia en la década de 1980, algunos dicen que tiene un lazo sanguíneo con Sir Aleister Crowley, aunque esto no se ha comprobado.
Vivianne Crowley lleva más allá la idea del panteón cuando escribió que “la creencia en la fuerza vital, así como en los poderes de la psique humana” conforma la esencia del marco simbólico-ritual dentro del que la Wicca opera, pues dicha creencia contiene “verdades ancestrales que no son literales, sino ocultas, y cuya verdad se revela a lo largo de los años a medida que las integramos en nuestras vidas diarias”. Es precisamente por esta línea de pensamiento: el foco de la creencia en lo divino situado, no obstante, en el ser humano, que York llama a las religiones como la Wicca tanto una “forma de humanismo devocional”, en la medida en que la humanidad es uno de los puntos centrales de su corpus religioso, como “un modo de humanismo integral natural”, en tanto que colocan sobre dicha humanidad misma la responsabilidad de la consecución de su propio bienestar y crecimiento: “La tierra es nuestra madre, y nosotros los humanos somos sus hijos y personificaciones. Y, en consecuencia, al igual que hacemos con nuestros padres, honramos, protegemos y preservamos nuestra fuente viva y nutridora: la tierra” Vivianne Crowley.
Vivianne Crowley es profesora universitaria, psicóloga y Suma Sacerdotisa y maestra de la religión Wicca. Fue iniciada en el aquelarre londinense de Alex Sanders a la edad de dieciocho años.
Vivianne Crowley ha publicado muchos libros, todos los cuales han recibido una posición de renombre. Ella es quizás mejor conocida por comenzar un curso de brujería con sede en Londres a finales de los años ochenta, que explicaba los conceptos básicos de la Wicca. Este curso sigue funcionando hoy en día y ha acogido a un grandísimo número de profesores y estudiantes a lo largo del camino, lo que la ha llevado a que el número de estudiantes haya tenido que restringirse y tengan que reservar las plazas para cada ejecución del curso.
Por eso no nos debe extrañar el auge que ha tenido la brujería y el satanismo en todo el mundo, valiéndose de la tv., y el internet y la gente ignorante aplaudiendo el satanismo, ya que, desde luego para el público satán no existe.
El talento de Got Talent: Brujería y satanismo
El paganismo está hechizando cada vez a más personas, ahora más que nunca en la era moderna. Se dice que en Inglaterra hay un millón de paganos practicantes en este país, el doble que hace una década. Eso los haría más numerosos que los budistas (de los cuales hay 144.000, según el censo de 2001) y casi tan numerosos como permite la creciente tribu de paganos instintivos no oficiales, que planeaba celebrar el solsticio de verano «saliendo al jardín al amanecer y simplemente sintonizando».
En Stonehenge al menos 30.000 personas llegan a ver salir el sol en compañía de los druidas que se ven a sí mismos como practicantes de la antigua fe de la Gran Bretaña precristiana. Para ellos, el sol simboliza un aspecto de la «fuerza universal que fluye a través del mundo y que se puede animar a fluir a través de nosotros», según Philip Carr-Gomm, fundador de la Orden de los Bardos, Ovates and Druids y autor del nuevo Libro de Magia Inglesa. Los druidas son solo una pequeña parte del paganismo moderno, que abarca un número asombroso de tradiciones o «caminos», pero en el centro de todos ellos es esta idea de una fuerza divina inherente a la naturaleza. Es una fe individualista que anima a cada persona a responder a su manera, por lo que no tienes que ser druida, ni pertenecer a ningún tipo de religión o de orden.
Lejos de Stonehenge, grupos mucho más pequeños de personas celebran el solsticio de verano reuniéndose antes del amanecer en jardines o bosques, en playas o colinas en todo el país, algunos para rituales organizados, y otros simplemente respondiendo a su propia comprensión de una espiritualidad que parece funcionar mejor al aire libre. En México asisten a las pirámides y los que no, hasta en las azoteas de su casa.
«Lo que creemos está repentinamente en todas partes», dice Bantu, un joven de 29 años con rastas que planeaba estar en una colina en Gales cuando llegara el momento. Comenzó a adorar a Gaia, la diosa de la tierra, después de ir a un taller en un campamento climático. «Todo el mundo es pagano ahora» dijo.
Es en la cultura pop donde la brujería se encuentra con la otra fuerza principal detrás del aumento del paganismo: el ambientalismo. James Lovelock hizo explícito el vínculo en su influyente descripción de 1979 de la tierra como un organismo vivo único, al que nombró en honor a la diosa griega Gaia.
Cada vez más wiccanos y no wiccanos toman esto de manera más teológica, pero sigue siendo el ejemplo más vivo de cómo el deseo de estilos de vida alternativos, que comenzó a florecer en la década de los 60, ha llevado tanto a cuestionar nuestra actitud hacia el medio ambiente natural como a apartarnos de lo establecido.
Por supuesto, no tienes que ser wiccano-pagano para ser verde. Lejos de ahí los dos movimientos se han dado energía mutuamente.