PARA SANTIFICAR EL DOMINGO-DOMINGO XX DESPÚES DE PENTECOSTÉS

PARA AQUELLOS QUE NO TIENEN LA POSIBILIDAD DE ASISTIR A LA SANTA MISA

Recordamos a nuestros queridos lectores la posibilidad santificar el día Domingo a través de Nuestro Blog.

En la parte superior del mismo se encuentra una pestaña o página donde están los diferentes medios para realizar la Santificación del Día Domingo o Fiestas de Precepto, además de contar con los Sermones de los Queridos Padres: Juan Carlos Ceriani y  Basilio Méramo.

A continuación, los propios del:

DOMINGO XX DESPÚES DE PENTECOSTÉS

Jesús y el centurión

Introito

Todo cuanto nos habéis hecho, Señor, justísimamente lo habéis hecho; porque pecamos contra Vos sin querer observar vuestros preceptos; pero, Señor, por gloria de vuestro nombre tratadnos según la multitud de vuestra misericordia. Bienaventurados los que proceden sin mancilla, los que siguen la ley del Señor. Gloria al Padre…

Colecta

Os rogamos, Señor, concedáis benigno a vuestros fieles el perdón y la paz, a fin de que a la vez se purifiquen de todas sus manchas, y os sirvan con tranquilidad de espíritu. Por N.S.J.C.

Epístola.

(Del Apóstol San Pablo a los Efesios V, 15-21)

Hermanos. Procurad andar con gran circunspección, no como necios, sino como prudentes; recobrando en cierto modo el tiempo perdido, porque los días de nuestra vida son malos. Por tanto, no seáis indiscretos o inconsiderados, sino atentos sobre cuál es la voluntad de Dios. Ni os entreguéis con exceso al vino, fomento de lujuria, sino llenaos del Espíritu Santo, hablando entre vosotros y entreteniéndoos con salmos, himnos y cánticos espirituales, y loando al Señor en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo a Dios Padre, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, subordinados unos a otros por reverencia a Cristo.

Gradual

Fijan en Vos sus ojos, oh Señor, las criaturas todas; y Vos les dais a su tiempo su alimento. Abrís vuestra mano y colmáis de bienes a los vivientes.

Aleluya.

Aleluya, aleluya. Dispuesto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré y entonaré salmos a Vos que sois mi gloria. Aleluya.

Evangelio

(San Juan, IV, 46-53)

En aquel tiempo: Había en Cafarnaúm un señor de la corte, que tenía un hijo enfermo. Este tal, habiendo oído decir que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a encontrarle, suplicándole que bajase desde Caná a Cafarnaúm a curar a su hijo que estaba muriéndose. Pero Jesús le respondió: Vosotros si no veis milagros y prodigios no creéis. Le instaba el de la corte: Ven, Señor, antes que muera mi hijo. Le dice Jesús: Anda, que tu hijo está bueno. Creyó aquel hombre a la palabra que Jesús le dijo, y se marchó. Yendo ya hacia su casa, le salieron al encuentro los criados, notificándole que su hijo estaba ya bueno. Les preguntó a qué hora había sentido mejoría. Y le respondieron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. Reflexionó el padre que aquélla era la hora misma en que Jesús le dijo: Tu hijo está bueno; y así creyó él y toda su familia.

Ofertorio.

Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos, y llorábamos al recuerdo de Sión

Secreta.

Os rogamos, Señor, que estos misterios nos sean remedio celestial, y purifiquen de toda suerte de vicios nuestros corazones. Por Nuestro Señor Jesucristo… Por N.S.J.C.

Prefacio

Prefacio de la Santísima Trinidad:

 Latín

Vere dignum et justum est, æquum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, æterne Deus. Qui cum unigenito Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personæ, sed in unius Trinitate substantiæ. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione veræ, sempiternæque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur æqualitas. Quam laudant Angeli atque Archangeli, Cherubim quoque ac Seraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes

Sanctus Sanctus Sanctus…

 
Castellano

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar, oh Señor santo, Padre todopoderoso y eterno Dios. Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tú revelado, acerca de tu gloria, lo creemos igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro

Sanctus Sanctus Sanctus…

Comunión.

Acordaos, Señor, de la promesa que hicisteis a vuestro siervo, con que me disteis esperanza; ella me ha consolado en mi humillación.

Poscomunión. 

Para que seamos dignos, oh Señor, de vuestros sagrados dones, os rogamos nos hagáis obedecer siempre a vuestros mandamientos. Por N.S.J.C.