PADRE CERIANI: RESPUESTA A UN INFIEL

Misterios de iniquidad

 

RESPUESTA AL PADRE DAVIDE PAGLIARANI

Juan Donnet, corresponsal de Adoración y Liberación en Argentina, presenta en estos términos la conferencia del Padre Davide Pagliarani en el Priorato de la neo-F$$PX de la ciudad de Buenos Aires, el pasado viernes 23 de agosto:

Después de celebrar la Misa, escuchamos una amena pero punzante exposición -con su característico acento italiano, porque es italiano- y contestación de algunas preguntas afiladas por parte del Padre Pagliarani. Un chabón macanudo, diríamos en argentino; un sacerdote afable, muy accesible, muy equilibrado y sabio. Un verdadero gusto y privilegio haberlo tenido aquí, haber asistido a su Misa, haber hablado brevemente con él y haber escuchado su exposición.

Ver aquí. Audio completo

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Juan Donnet junto al Padre David Pagliarani, el 23 de agosto de 2019, en Buenos Aires

Una de las afiladas preguntas llamó nuestra atención (audio aquí):

Pregunta: ¿Hay alguna posibilidad de volver a reunir algunos grupos que se han separado de la Fraternidad?

He aquí la punzante contestación del macanudo chabón:

Respuesta: Buena pregunta. En general, no hablamos de lo que puede ser una excepción, en general, pienso que no.

Pero no a causa de una actitud de la Fraternidad. Más bien ellos se pusieron en una situación…, tomaron decisiones con consecuencias, decisiones que los traban, los traban en sus posturas.

Y una vez que esas decisiones están tomadas, hay que justificarse.

Y, lamentablemente, me parece que es lo que pasa prácticamente en todos ellos. Tienen que buscar elementos para justificarse…: “Porque en la Fraternidad no se habla como antes” … “El combate no es el mismo” … “Monseñor Huonder”…

Pero, si no hay Monseñor Huonder, hay otra cosa … Hay, no sé “Un cura que dijo, no sé dónde, en las Filipinas, y, tal vez, bueno, es demasiado blando, ¿no?”.

Entonces, la Fraternidad ha traicionado.

Lamentablemente, vean, es como, disculpen la comparación, cuando dos personas están para divorciarse, llega un punto en el cual no se hablan más, no logran más hablarse. Y cuando se divorcian, la perspectiva cambia por dos razones: por un lado, una de las dos personas siente la libertad: “Ahh, finalmente estoy seguro/a que logré lo que esperaba, lo que buscaba”.

Y, por supuesto, lee de vuelta todo su pasado y el presente en función de la situación en la cual se encuentra ahora.

Disculpen la comparación…, pero se entiende.

Hay algo parecido. Inevitablemente hay un rechazo de la Fraternidad que no es puramente racional, hay un rechazo que se hace un poco visceral, para justificarse; y también porque sufrieron no sé qué… Se mezclan otros elementos, más humanos.

Muchas veces son personas que pueden ser un poco heridas, se sienten decepcionadas…, hay muchos elementos que pueden contribuir en estas cosas.

Aun la explicación es siempre de carácter doctrinal.

Otra vez, es difícil contestar, porque cada persona es distinta, entonces, no quiero…, mi respuesta es muy general.

Pienso que es difícil. La puerta está abierta…

Y ustedes saben, volviendo a la comparación de antes, cuando un sacerdote saborea la libertad, volver a una estructura, con un Prior, con un Superior, con la vida común, con algunas restricciones, no es fácil, no es fácil… ehhh, son los hombres…

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I.-: Algunas apostillas a la respuesta

1ª) Tres veces dice el Padre que su respuesta es general.

Y, en realidad, es demasiado general, y no debería haberla expresado de ese modo, pues esto da a entender que la mayoría de los desvinculados de la neo-F$$PX se identifican con sus dichos.

No es inteligente ni conveniente contestar en forma generalizada, ya que siempre quedan excluidos los casos particulares, que no caben en su descripción general.

¿Qué eso no es inteligente ni conveniente…? Pero es precisamente lo que intenta…, excluir los casos particulares…; es decir, todos…

Recuerda la oración del fariseo: Dios, gracias te doy porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, así como este publicano…

Simplemente podría haber respondido: La Fraternidad está dispuesta a reincorporar a aquellos sacerdotes que lo soliciten. Se estudiará cada caso en particular, y se resolverá si se admite o no su pedido.

Pero su intención no era resolver esta duda…

2ª) La comparación con el divorcio es desafortunada. Y de hecho pide dos veces disculpas por emplearla…, y, sin embargo, la utiliza…

Yo la retomo y no pido disculpas…, porque, si bien el estado matrimonial obliga a la vida en común, sin embargo, tanto el Código de Derecho Canónico como la Teología Moral contemplan justas causas de separación, entre las cuales se pueden señalar las siguientes:

El canon 1129 dice que “por el adulterio de uno de los cónyuges puede el otro, permaneciendo el vínculo, romper, aun para siempre, la vida común”.

La única causa de separación total y perpetua es el adulterio cometido por uno de los cónyuges.

El cónyuge inocente puede separarse para siempre del adúltero por decisión propia o por sentencia del juez.

Y el canon 1130 expresa que “el cónyuge inocente, una vez que se ha separado legítimamente, jamás tiene obligación alguna de admitir de nuevo al cónyuge adúltero al consorcio de vida; pero puede admitirlo o llamarlo, a no ser que, consintiéndolo él, haya abrazado un estado contrario al matrimonio”.

Ahora bien, sabemos que en la Sagrada Escritura se emplea la figura de la fornicación y del adulterio para señalar la infidelidad doctrinal.

Pues bien, la neo-F$$PX con sus relaciones con la Roma apóstata y anticristo ha fornicado y adulterado.

Por lo tanto, los sacerdotes que se han separado (o han sido separados) por oponerse a tal concubinato y a sus bastardos frutos han obrado legítimamente.

¿Se ha olvidado el Padre Pagliarani de las palabras de su Fundador: todo sacerdote que quiere permanecer católico tiene el estricto deber de separarse de esta Iglesia conciliar, mientras ella no recupere la tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica?

Esto en cuanto al adulterio y concubinato espirituales con los modernistas…

Pero hay más; pues el canon 1131 dice que “si uno de los cónyuges da su nombre a una secta acatólica; si educa acatólicamente a los hijos; si lleva una vida de vituperio o de ignominia; si es causa de grave peligro para el alma o para el cuerpo del otro; si con sus sevicias hace la vida en común demasiado difícil, estas y otras cosas semejantes son causas legítimas para que el otro cónyuge pueda separarse con autorización del ordinario local, y hasta por autoridad propia, si le consta con certeza y hay peligro en la tardanza”.

La enumeración de causas contenida en este canon no es exhaustiva; así es que, además de ellas, pueden existir otras para la separación temporal de los cónyuges, siempre que tengan alguna semejanza con las que el canon enumera.

Todas y cada una de las causas deben ser suficientemente graves y proporcionadas a la obligación grave que tienen los cónyuges de hacer vida en común.

Ahora bien, todos los Superiores de la FSSPX, en julio de 1988, declararon: “Jamás quisimos pertenecer a ese sistema que se califica a sí mismo de Iglesia Conciliar y se define por el Novus Ordo Missæ, el ecumenismo indiferentista y la laicización de toda la sociedad. Sí, nosotros no tenemos ninguna parte, nullam partem habemus, con el panteón de las religiones de Asís; nuestra propia excomunión por un decreto de Vuestra Eminencia o de otro dicasterio no sería más que la prueba irrefutable. No pedimos nada mejor que el ser declarados ex communione del espíritu adúltero que sopla en la Iglesia desde hace veinticinco años; excluidos de la comunión impía con los infieles”.

Pues bien, contra esta declaración clara y firme, la neo-F$$PX se ha integrado a la secta conciliar, educa acatólicamente en ella a sus fieles; lleva una vida de vituperio y de ignominia con los conciliares; es causa de grave peligro para el alma de sus sacerdotes y fieles; con sus sevicias contra los “refractarios” hace la vida en común demasiado difícil…

Estas y otras cosas semejantes son causas legítimas para que los sacerdotes fieles se hayan separado de la neo-F$$PX pues había peligro en la tardanza.

3ª) La comparación con el divorcio es infame.

Dijimos que la comparación es desafortunada, y probamos que se vuelve contra quien la presentó.

Pero, además, ella es infame, porque habiendo tantos otros ejemplos que utilizar, éste pretende hacer aparecer a los sacerdotes que se han desvinculado de la neo-F$$PX como:

a) Rebeldes, desobedientes e indisciplinados (una de las dos personas siente la libertad: “Ahh, finalmente estoy seguro/a que logré lo que esperaba, lo que buscaba” …/… cuando un sacerdote saborea la libertad, volver a una estructura, con un Prior, con un Superior, con la vida común, con algunas restricciones, no es fácil, no es fácil… ehhh, son los hombres…).

b) Irreflexivos e instintivos (Inevitablemente hay un rechazo de la Fraternidad que no es puramente racional, hay un rechazo que se hace un poco visceral, para justificarse; y también porque sufrieron no sé qué… Se mezclan otros elementos, más humanos)

c) Pedantes o soberbios (Aun la explicación es siempre de carácter doctrinal)

En lo personal, me remito a la parte final de mi Carta de Dimisión:

Soy perfectamente consciente de la trascendencia de la responsabilidad que asumo y de que, de ahora en más, se me considerará como “clericus vagus”, sin reconocimiento alguno, ni de parte de la Iglesia oficial (hace 30 años que he renunciado a él), ni de parte de la Obra de la Tradición que adhiere al nominalismo y al voluntarismo de las actuales autoridades de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, que les impiden continuar el combate por la Iglesia Católica contra la Iglesia Oficial, conquistada por el Conciliarismo.

Este motivo, sumado al ultraje a la Santísima Virgen y a la tentación contra Dios, constituye la razón última de mi partida.

Si es necesario, repito una vez más que contesto y tengo por nulos y sin valor, tanto de derecho como de hecho:

el Motu proprio Summorum pontificum, del 7 de julio de 2007, que pretende asimilar el Sacrosanto Rito Romano de la Santa Misa al “rito bastardo montiniano”,

las pretendidas excomuniones de 1988, el Decreto que procura declararlas y el Decreto del 21 de enero de 2009 que intenta levantarlas, dejando creer que eran válidas.

Dicha impugnación y sus consecuencias las considero una distinción de honor y un signo de ortodoxia delante de los fieles. Estos, en efecto, tienen absoluto derecho de saber que el sacerdote al cual se dirigen no está en comunión con una iglesia falsificada, evolutiva, pentecostal y sincretista.

La Providencia divina ha querido que Monseñor Lefebvre, 21 días antes de fallecer, escribiese estas palabras tan consoladoras como proféticas, a ellas apelo:

El restaurador de la cristiandad es el sacerdote por la ofrenda del verdadero sacrificio, por la distribución de los verdaderos sacramentos, por la enseñanza del verdadero catecismo, por su papel de Pastor vigilante para la salvación de las almas.

Es alrededor de estos verdaderos sacerdotes fieles que los cristianos deben agruparse y organizar toda la vida cristiana.

Todo espíritu de desconfianza hacia los sacerdotes que merecen la confianza disminuye la solidez y la firmeza de la resistencia contra los destructores de la Fe”. (Prefacio al Nº 1 de la Documentación sobre la Revolución en la Iglesia, Ecône, 4 de marzo de 1991).

Para terminar este punto, el Padre Pagliarani da por supuesto que, en general, todos los que se han ido, están más cómodos sin una estructura….

Pues bien, esto no les sucede a los sacerdotes que se han ido con nada y tienen que buscar la caridad ajena para poder vivir Dios sabe dónde… Muchas veces es precisamente esto lo que retiene a otros, que no deciden alejarse a pesar de…, bueno, ya sabemos… ¡Jauja no es para todos…!

Es más, lo que insinúa el Padre Davide ni siquiera le sucede a un divorciado varón; pues el alejamiento de la “estructura” no le conviene ni económicamente (pago de cuota alimentaria, alquiler de una casa…), ni sentimentalmente (alejarse de los hijos, amigos de la familia…), a menos que lo único que lo mueva sea su espíritu de libertad y sus pasiones por cosas que no puede hacer estando “ligado”, o bien que otra «estructura» lo esté esperando por ahí…

¡Vamos, Padre!…, al menos un poco de sentido común, ya que no tiene respeto por sus colegas…

4ª) Se podría preguntar al Padre Pagliarani: si las virtudes de un sacerdote deben ser, entre otras, la prudencia, la docilidad, la disciplina, ser razonables, humildes, etc., ¿qué clase de sacerdotes prepararon, educaron y ordenaron Monseñor Lefebvre, los dos Superiores Generales que le sucedieron entre 1982 y 2018 y los diversos Directores de los Seminarios de la Fraternidad?

Preguntamos esto, porque no son uno o dos los sacerdotes que se separaron desde el nefasto 21 de enero de 2009…

5ª) Pero lo más irritante de la respuesta del Padre Pagliarani es que ella manifiesta la tergiversación de la lógica, expresando que quienes se han ido lo han hecho por un motivo emocional, y luego, una vez concretada la separación, intentan justificarse con motivos doctrinales, cuando es claro que existieron y existen motivos graves para la desvinculación, y ellos son del orden puramente doctrinal.

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El macanudo chabón pone la carreta delante de los bueyes…

Pero no tiene nada de boncha

Al tratar la desafortunada comparación hicimos notar que tanto el Código de Derecho Canónico como la Teología Moral contemplan justas causas de separación de la vida conyugal.

Si el Padre Pagliarani es realmente muy equilibrado y sabio, como afirma Juan Donnet, es de suponer que, cuando un feligrés o una feligresa se presenta para pedir la ruptura de la vida común, exigirá y comprobará si realmente existen causas graves y proporcionadas que la justifiquen; y, en ese caso, permitirá la separación.. ¿O es que sólo les dice: esos son elementos para justificarse…: “Que su cónyuge ya no habla como antes” … “El combate familiar ya no es el mismo” … “La secretaria”… “Hay otra cosa…, un señor que, después del trabajo, la lleva no sé dónde…”?

En efecto, Padre, no son esos sacerdotes lo que han cambiado, sino la neo-F$$PX la que ha traicionado…

No hacen falta elementos para justificarse; con las razones doctrinales, basta; y se pueden enumerar muchas.

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II.-: Algunos datos

Padre Davide Pagliarani, si usted no ha leído mi Apelación del 3 de febrero de 2009, lo invito a hacerlo. Le paso el enlace: Ver aquí

Por haberla publicado recibí por mandato de su antecesor, Monseñor Fellay, la Primera Admonición en orden a expulsarme de la Fraternidad.

Padre Davide Pagliarani, si usted no ha leído mi Carta de Dimisión, lo invito a hacerlo. La encuentra en una estaña, en lo alto de este blog de Radio Cristiandad.

De ella cito los 18 puntos esenciales, que desarrollo a lo largo de la extensa carta:

1) Visto que no he obtenido respuesta del Superior General a mis correos o estudios con fechas: 2 de septiembre de 2004, 14 de marzo de 2005, 26 de mayo de 2005, 28 de junio de 2005, 2 de agosto de 2005, Apelación del 31 de enero de 2009, 17 de febrero de 2009, 24 de febrero de 2009, 10 de marzo de 2009, y que el Superior General pretende demostrar, falsamente, que sí ha respondido,

2) Visto que en estos distintos correos le había pedido al Superior General no hacer más uso de “imprecisiones de lenguaje” porque favorecían la aceptación de lo inaceptable: el levantamiento de las excomuniones; lo cual, desafortunadamente, ha sucedido,

3) Visto que los dos preliminares no alcanzaron su objetivo y que se mostraron ineficaces,

4) Visto que no se recibió lo que se pidió por medio de los ramilletes de Rosarios,

5) Visto que el Superior General afirma, sin embargo, haber obtenido lo que se pidió, lo cual no corresponde a la realidad,

6) Visto que la publicación de los dos documentos romanos tuvo por consecuencia un mal aún mayor, puesto que esos actos legislativos humillaron la Obra de la Tradición, tanto respecto de la Santa Misa como respecto de la “Operación Supervivencia”,

7) Visto que la reunión de los puntos 5) y 6) constituye una utilización indebida de la Mediación de la Santísima Virgen María y un ultraje a la Madre de Dios,

8) Visto que en la Carta a los Amigos y Bienhechores nº 74 el Superior General no ha reconocido las ambigüedades publicadas, ni las ha clarificado, todo lo contrario,

9) Visto que el Superior General no exige a la Roma anticristo y modernista la supresión de la distinción entre “forma ordinaria” y “forma extraordinaria” de un mismo rito,

10) Visto que el Superior General no exige a la Roma anticristo y modernista la declaración formal y pública de que la FSSPX no pidió “el levantamiento de las excomuniones”,

11) Visto que el hecho de no desmentir y de no contestar el Decreto vaticano implica el reconocimiento de la validez de las excomuniones,

12) Visto que el Superior General no exige a la Roma anticristo y modernista la rehabilitación sin ambigüedades ni condiciones de Monseñor Lefebvre y de Monseñor de Castro Mayer,

13) Visto que en estas condiciones no puede pretenderse haber recuperado la confianza en Roma, sino todo lo contrario,

14) Visto que el Superior General acepta, sin embargo, entablar discusiones doctrinales en esta situación de desconfianza y engaño,

15) Visto que, si se entablan disputas doctrinales en este clima de desconfianza crecida, resultará lo afirmado por Monseñor Lefebvre en su sermón de las consagraciones episcopales: “si hubiera proseguido con Roma, al seguir los acuerdos que firmamos y prosiguiendo la puesta en práctica de estos acuerdos, hubiese hecho “la operación suicidio””,

16) Visto que entrar voluntariamente en esta operación suicida implica tentar a Dios, que ya salvó la Obra de Tradición en 1988… “Tú no tentarás al Señor, tu Dios”

17) Visto que ningún católico, sea sacerdote, sea simple feligrés, puede aceptar tentar a Dios u ofender a su Santísima Madre,

18) Visto que el Superior General no ha clarificado su pensamiento respecto a la idea insólita y desconcertante según la cual la “Iglesia Oficial” no se identifica con la “Iglesia Modernista”,

Yo, padre Juan Carlos Ceriani, presento mi dimisión como miembro de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X

Padre Juan Carlos Ceriani

Fort de France, 1 de agosto de 2009

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De tal palo, tal astilla

Padre Davide Pagliarani, si todavía no se convence de que no se trata de justificaciones, sino de justas causas de separación, puede leer y escuchar los seis Especiales que publiqué en enero de este año, que llevan por título A diez años de la traición de la neo F$$PX.

Le dejo los enlaces:

Primera Entrega

Segunda Entrega

Tercera Entrega

Cuarta Entrega

Quinta Entrega

Sexta Entrega

Como puede comprobarse, en estos último diez años sucedieron cosas muy graves que, sumadas al levantamiento de las excomuniones, constituyeron justas causas de separación (y no meras justificaciones) que rebalsaron el vaso de algunos sacerdotes que se han ido con posterioridad a 2009.

Y no son dichos o hechos de algún sacerdote aislado (de estos habría para llenar cientos de páginas), sino de las más altas autoridades de la neo-F$$PX, por ejemplo:

Monseñor Fellay nombrado Juez de Primera Instancia (ya lo es de Segunda Instancia), jurisdicción para el Sacramento de la Penitencia, jurisdicción para el Sacramento del Matrimonio, autorización para las Ordenaciones Sacerdotales…, y pronto llegará la autorización para la Consagración de Obispos (usted mismo lo dice en la respuesta anterior a la que estamos analizando, ignorando u olvidando la verdadera historia de las consagraciones episcopales de 1988)…

Todo esto, ¡¡claro está!!, conforme al nuevo derecho canónico (modernista), publicado en enero de 1983…

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¡Basta!

Bueno, Padre.

Para terminar, ¿sabría decir, usted, a quienes pertenecen los siguientes dichos?

Como ayudita, le adelanto de que no son ni de Monseñor Huonder, ni de un sacerdote en Filipinas…

Si el Papa me llama, voy. Rápidamente. Más aún, corro.

Un católico no puede poner condiciones a Roma.

En nombre de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, Monseñor Bernard Fellay, Superior General, saluda el acceso del Cardenal Joseph Ratzinger al Supremo Pontificado. Él ve allí un halo de esperanza de salir de la profunda crisis que sacude a la Iglesia Católica.

Es cierto que la elección de un nuevo papa en 2005 dio nacimiento a una nueva esperanza y quizá incluso a una gran esperanza entre los sacerdotes y los fieles.

Benedicto XVI es una persona íntegra, que toma muy seriamente la situación y la vida de la Iglesia.

Con Benedicto XVI la barca de la Iglesia navega en adelante sobre aguas más tranquilas.

Todo indica que desde hace algún tiempo, más o menos desde el ascenso al pontificado del Papa Benedicto XVI, ha aparecido una nueva ola (…) que contra todo pronóstico aparenta ir en sentido opuesto a la primera. Los indicios son suficientemente variados y numerosos como para poder afirmar, que este nuevo movimiento de reforma o de restauración es efectivamente real.

Hay que saber que el Papa presente, Benedicto XVI, es una mezcla de bueno y de malo. Yo digo así: su cabeza es moderna, su corazón es conservador.

Lo que podemos decir es lo siguiente: hasta este Papa, la Iglesia estaba totalmente en manos de los modernistas.

El Papa vuelve a las ideas tradicionales. El ve muy bien que hay una desviación y que hay que corregirla.

Puede ser que estemos mucho más cerca del Papa de lo que parece.

Deseamos que Roma nos reconozca como verdaderos obispos.

Esta actitud de duplicidad implícita se convirtió como en la norma de la nueva situación en la que se encuentran: han subrayado los puntos del actual pontificado que parecen ser favorables, se pasa bajo un silencio reverencial lo que no va…

Cuando Monseñor dice: “Adherimos a la Roma católica, eso quiere decir la Roma católica de hoy.

Algunos, para facilitar las cosas, hacen una identificación entre la Iglesia Oficial y la Iglesia Modernista. Pero es un error, porque hablamos de una realidad concreta.

Pareciera que desechamos todo Vaticano II. Sin embargo adherimos al 95%.

En nuestras conversaciones, Monseñor Fellay ha reconocido el Concilio Vaticano II, lo ha reconocido teológicamente. Restando sólo alguna dificultad.

Estamos prestos a escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento anti-modernista y la profesión de fe de Pío IV; aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta Vaticano II, respecto del cual emitimos reservas.

Lejos de querer detener la Tradición en 1962, deseamos considerar el Concilio Vaticano II y el Magisterio post-conciliar a la luz de esta Tradición que san Vicente de Lérins ha definido como “lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos” (Commonitorium), sin ruptura y en un desarrollo perfectamente homogéneo.

Se afirma la adhesión al Magisterio tanto del pasado como del presente… Es evidente que se ha hecho una elección: se citan pasajes tradicionales, no se dice una palabra de los otros, de los que introducen perspectivas completamente diferentes sobre la cuestión.

El simple hecho de haber iniciado tratativas jugará en favor de Roma y contra la Fraternidad.

Roma al menos habrá divido, si no ha vencido.

Se sigue el protocolo firmado por el Card. Ratzinger y S.E. Mons. Marcel Lefebvre.

La Misa nueva es considerada la ley general de la Iglesia. Para evitar cualquier aislamiento y cualquier división, pedimos que la Misa antigua sea también la ley general.

Se podría esperar encontrar una igualdad de derecho entre la antigua y nueva misa. Obviamente no es suficiente. Pero es un primer paso. Y probablemente, humanamente hablando, un paso necesario.

Si se lee el texto del Cardenal Castrillón, afirma apenas – pero no es poco – una igualdad de ritos.

Hemos pedido el retiro del Decreto de excomunión, su anulación; pero incluso decir «anular» significa ya que se reconoce algo.

El retiro del Decreto de excomunión de los cuatro obispos de la Fraternidad.

Mons. Bernard Fellay, volvía a solicitar el levantamiento de la excomunión latae sententiae.

Vuestra Santidad ha hecho inoperante la medida que nos afectó hace ya veinte años en seguida de nuestra consagración episcopal.

Hoy, y esto es lo esencial, en la línea de lo que pedíamos, aunque de manera imperfecta, el Papa ha levantado la excomunión y anuló los efectos del Decreto de 1988.

El fervor que han puesto los fieles para rezar el Rosario por el levantamiento de las excomuniones…

Di las gracias a la Santísima Virgen, es su regalo. Es para obtener su intercesión que se han recopilado más de un millón setecientos mil Rosarios, recitados por fieles que deseaban la revocación de la excomunión

Lo esperaba desde 2005, después de la primera carta de pedido del levantamiento de la excomunión que había dirigido a pedido mismo de Roma.

No hubo un reconocimiento unilateral (…) por Roma, como afirman algunos, sino una contrapartida: la complicidad del silencio.

Todas estas consideraciones políticas, yo diría incluso todos estos cálculos políticos son ajenos al espíritu de las conversaciones que ha tenido la Fraternidad con Roma desde que Monseñor Lefebvre las emprendió.

Compréndalo bien, Padre, todo esto es sólo política.

Benedicto XVI parece estar pidiendo a los obispos y sacerdotes de la Fraternidad que le permitan aparentar tener esta “pelea” pública con ellos a fin de ayudarlo a manejar un puñado colegial inmanejable de obispos.

La afirmación de la existencia de un único rito bajo dos formas -ordinaria y extraordinaria- iguales en derecho, y especialmente el rechazo de una celebración exclusiva de la liturgia tradicional, pueden ciertamente interpretarse como la expresión de una voluntad política de no irritar a las conferencias episcopales.

El rumor desde Roma consiste precisamente en que él está pensando en un “Motu Proprio” que aceptaría a la FSSPX “de regreso en la Iglesia”, de una vez por todas.

La preciada regularización que solamente Roma tiene la autoridad de otorgar.

Creo que lo que vivimos se parece más a una de esas incursiones de los exploradores que entrevén la tierra prometida, sin que las circunstancias les permitan entrar.

El Papa dijo que hay solamente un problema de orden canónico. Es suficiente un acto de Roma para decir que se ha terminado y nosotros reentramos en la Iglesia.

Nuestro Papa dice que no se trata de un cisma.

No pienso que se pueda decir que haya una evolución en el pensamiento de nuestros interlocutores después de nuestras exposiciones.

Se ve que algunos fieles se hicieron ilusiones, pero los últimos acontecimientos se encargaron de disiparlos.

Encuentro complejo interpretar cómo actuaría Monseñor Lefebvre hoy.

Por el momento, todo está bien y todo va sin problemas de acuerdo al plan.

Sin duda, para no reconocer la gravedad de estos dichos, se dirá que están sacados de contexto. Pues bien, un texto de 58 páginas los contiene bien en su trama. Vale la pena recorrerlas. Ver aquí

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Juramento como Superior General

Entonces, ¿hay alguna posibilidad de volver a reunir algunos grupos (o sacerdotes aislados) que se han separado de la Fraternidad?

No, y, precisamente, a causa de la actitud de la neo-Fraternidad.

Recordemos que la única causa de separación total y perpetua es el adulterio cometido por uno de los cónyuges, y que el cónyuge inocente, una vez que se ha separado legítimamente, jamás tiene obligación alguna de admitir de nuevo al cónyuge adúltero al consorcio de vida.

Pues bien, la neo-F$$PX, con sus relaciones con la Roma apóstata y anticristo, ha fornicado y adulterado…, y sigue, día a día, profundizando el amancebamiento…

También continúan las causales enumeradas por el canon 1131, particularmente las sevicias que hacen la vida en común demasiado difícil, como lo prueba la respuesta del chabón macanudo, cuya natural afabilidad lo hace más peligroso…

Padre Juan Carlos Ceriani