Misterios de iniquidad
A DIEZ AÑOS DE LA TRAICIÓN DE LA NEO F$$PX (V)
AUDIO
***
Hoy se cumplen diez años de la aceptación y agradecimiento del levantamiento de la excomunión por parte de las autoridades de la Neo Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
El sábado 17 de enero de 2009, Monseñor Bernard Fellay partía de Roma con el Decreto en el bolsillo, con firma del miércoles 21 de enero y para ser publicado el lunes 26 de ese mes.
La traición estaba consumada, tras diez años de tratativas, idas y venidas.
Luego de cuatro entregas preparatorias, llegamos hoy al triste día aniversario de la felonía…
Recordamos, pues, los siguientes documentos que, al igual de los ya publicados, deben quedar bien a mano:
— Decreto del 21 de enero de 2009.
— Extracto de la Nota de la Secretaría de Estado, del 4 de febrero de 2009.
— Carta de Monseñor Fellay a los fieles, del 24 de enero de 2009.
— Carta de los cuatro Obispos a Benedicto XVI, del 29 de enero de 2009.
— Carta del actual Obispo de Kent al cardenal Castrillón Hoyos.
— Extracto de la entrevista a Monseñor Fellay por Le Temps, el 26 de enero de 2009.
— Extracto de la entrevista a Monseñor Fellay por El Libero, el 28 de enero de 2009.
— Extractos de las entrevistas a Monseñor Fellay del 31 de enero del semanario Monde et Vie y del diario Présent (en realidad la misma, realizada por el mismo periodista, pero publicada en dos medios distintos).
DECRETO DE LA CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS
21 de enero de 2009
Prot. N. 12612009
Card. Giovanni Battista Re
Prefecto de la Congregación para los Obispos
Por medio de la carta del 15 de diciembre de 2008 enviada a Su Eminencia el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, Mons. Bernard Fellay, en su nombre y en el de los otros Obispos consagrados el 30 de junio de 1988, volvía a solicitar el levantamiento de la excomunión latae sententiae formalmente declarada por Decreto del Prefecto de esta misma Sagrada Congregación para los Obispos con fecha del 1º de julio de 1988.
En la mencionada carta, entre otras cosas, Mons. Fellay afirma:
“Asimismo, seguimos teniendo la firme voluntad de permanecer católicos y de poner nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos filialmente su enseñanza. Creemos firmemente en el Primado de Pedro y en sus prerrogativas; es por eso que la situación actual nos hace sufrir tanto más”.
Su Santidad Benedicto XVI, paternalmente sensible al malestar espiritual manifestado por los interesados a causa de la sanción de excomunión, y confiando en el compromiso expresado por ellos en la citada carta de no ahorrar esfuerzo alguno para profundizar las cuestiones aún abiertas en necesarias conversaciones con las Autoridades de la Santa Sede, y poder así llegar rápidamente a una plena y satisfactoria solución del problema existente en un principio, ha decidido reconsiderar la situación canónica de los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta relativa a su consagración episcopal.
Con este acto se expresa el deseo de consolidar las relaciones recíprocas de confianza, intensificar y hacer más estables las relaciones de la Fraternidad San Pío X con la Sede Apostólica. Este don de paz, al término de las celebraciones de Navidad, aspira también a ser un signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal, y por su medio, quitar el escándalo de la división.
Deseando que este paso sea seguido sin tardanza de la plena comunión con la Iglesia de toda la Fraternidad San Pío X, en testimonio de una verdadera fidelidad y de un verdadero reconocimiento del Magisterio y de la autoridad del Papa a través de la prueba de la unidad visible.
Conforme a las facultades que me han sido expresamente concedidas por el Santo Padre, Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunión latae sententiae declarada por esta Congregación el 1º de julio de 1988 y declaro privado de efectos jurídicos a partir del día de hoy el Decreto entonces publicado.
Todo sonrisas…
NOTA DE LA SECRETARÍA DE ESTADO
Miércoles 4 de febrero de 2009
A raíz de las reacciones suscitadas por el reciente Decreto de la Congregación para los Obispos, con el que se levanta la excomunión a los cuatro prelados de la Fraternidad San Pío X, y en relación a las declaraciones negacionistas o reduccionistas de la Shoá por parte del obispo Williamson de dicha Fraternidad, se considera oportuno aclarar algunos aspectos de la cuestión.
1-Remisión de la excomunión.
Como ya ha sido publicado con precedencia, el Decreto de la Congregación para los Obispos, dado el 21 de enero de 2009, ha sido un acto con el que el Santo Padre salía benignamente al encuentro de las reiteradas peticiones por parte del Superior General de la Fraternidad San Pío X.
Su Santidad ha querido quitar un impedimento que perjudicaba la apertura de una puerta al diálogo. Ahora espera que la misma disponibilidad sea expresada por los cuatro obispos en total adhesión a la doctrina y a la disciplina de la Iglesia.
La gravísima pena de la excomunión latæ sententiæ, en la que dichos obispos habían incurrido el 30 de junio de 1988, declarada después formalmente el 1º de julio del mismo año, era una consecuencia de su ordenación ilegítima por parte de monseñor Marcel Lefebvre.
El levantamiento de la excomunión ha liberado a los cuatro obispos de una pena canónica gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X, que por el momento no goza de reconocimiento alguno en la Iglesia católica. Tampoco los cuatro obispos, aunque liberados de la excomunión, tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella.
2-Tradición, doctrina y Concilio Vaticano II.
Para un futuro reconocimiento de la Fraternidad San Pío X es condición indispensable el reconocimiento pleno del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y del propio Benedicto XVI.
Como ya se ha afirmado en el Decreto del 21 de enero de 2009, la Santa Sede no dejará, en los modos que juzgue oportunos, de profundizar con los interesados en las cuestiones aún abiertas, de modo que se pueda llegar a una plena y satisfactoria solución de los problemas que han dado origen a esta dolorosa fractura.
CARTA DE MONSEÑOR FELLAY A LOS FIELES
Menzingen, 24 de enero de 2009
Queridos fieles,
Como lo anuncié, “la excomunión de los obispos consagrados por Su Exc. Marcel Lefebvre el 30 de junio de 1988, que fue declarada por la Congregación para los Obispos por un decreto del 1º de julio de 1988 y que siempre hemos impugnado, fue retirada por otro decreto de la misma Congregación con fecha del 21 de enero de 2009, bajo mandato del Papa Benedicto XVI”.
Esta era la intención de la oración que os confié en Lourdes, en la fiesta de Cristo Rey de 2008. Habéis respondido más allá de nuestras expectativas, ya que se recitó un millón setecientos tres mil rosarios para obtener de la intercesión de Nuestra Señora el fin de este oprobio que pesaba, a través de la persona de los obispos de la Fraternidad, sobre todos aquellos que estaban vinculados de cerca o de lejos a la Tradición. Agradezcamos a la Santísima Virgen que inspiró al Santo Padre este acto unilateral, benévolo y valiente. Asegurémosle nuestra ferviente oración.
Gracias a este gesto, los católicos de todo el mundo apegados a la Tradición ya no serán estigmatizados y condenados injustamente por mantener la fe de sus padres. La Tradición católica ya no está excomulgada. Aunque nunca lo ha sido en sí misma, lo ha sido muy frecuente y cruelmente de hecho. Al igual que la Misa tridentina nunca había sido abrogada en sí misma, como el Santo Padre lo recordó felizmente con el Motu Proprio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007.
El decreto del 21 de enero cita la carta del 15 de diciembre último al Cardenal Castrillón Hoyos en la que expresé nuestro apego «a la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia Católica», y reafirmando nuestra aceptación de sus dos mil años de enseñanza y nuestra fe en el Primado de Pedro. Recordé cuánto sufrimos con la situación actual de la Iglesia donde se violan esta enseñanza y esta primacía, y agregué: «Estamos listos para escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento antimodernista, la profesión de fe de Pío IV, aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta el Concilio Vaticano II sobre el cual expresamos reservas”. En todo esto, tenemos la convicción de mantendremos fieles a la línea de conducta establecida por nuestro fundador, Monseñor Marcel Lefebvre, a quien esperamos que se rehabilite con prontitud.
Así que queremos abordar esas entrevistas, que el decreto reconoce «necesarias», sobre las cuestiones doctrinales que se oponen al magisterio de siempre. No podemos más que comprobar la crisis sin precedentes que está sacudiendo a la Iglesia hoy: crisis de vocaciones, crisis de la práctica religiosa, del catecismo y de la asistencia a los sacramentos…
Antes que nosotros, Pablo VI incluso habló de una infiltración de los «humos de Satanás» y de la «autodemolición» de la Iglesia. Juan Pablo II no dudó en decir que el catolicismo en Europa estaba en un estado de «apostasía silenciosa». Poco antes de su elección al Soberano Pontificado, el mismo Benedicto XVI comparó a la Iglesia con una «barca que hace agua por todos lados». Por lo tanto, en esas conversaciones con las autoridades romanas, queremos examinar las causas fundamentales de la situación actual y, al proporcionar el remedio apropiado, lograr una restauración sólida de la Iglesia.
Queridos fieles, la Iglesia está en manos de su Madre, la Santísima Virgen María. En ella, confiamos. Le hemos pedido la libertad de la Misa de siempre, en todas partes y para todos. Le pedimos el retiro del decreto de excomuniones. Le pedimos en nuestras oraciones, a ella, que es la Sede de la Sabiduría, estas necesarias aclaraciones doctrinales que tanto necesitan las almas perturbadas.
CARTA DE AGRADECIMIENTO DE LOS OBISPOS DE LA NEO F$$PX
Menzingen, 29 de enero de 2009
FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X
A Su Santidad el Papa Benedicto XVI
Santo Padre,
Es por medio de la acción de gracias que nosotros deseamos expresar a Vuestra Santidad nuestro profundo reconocimiento por el acto de Su paternal bondad y de Su coraje apostólico por el cual Ella ha hecho inoperante la medida que nos afectó hace ya veinte años en seguida de nuestra consagración episcopal. Su decreto del 21 de Enero de 2009 rehabilita de alguna manera el venerado fundador de nuestra Fraternidad sacerdotal, Su Exc. Monseñor Marcel Lefebvre. Ello proporciona también un gran bien a la Iglesia, nos parece, hace justicia a los sacerdotes y a los fieles del mundo entero que, unidos a la Tradición de la Iglesia, no serán más estigmatizados por haber mantenido la fe de sus padres.
Es en razón de este combate de la fe que aseguramos a vuestra Santidad, como Ella espera, “no ahorrar ningún esfuerzo para profundizar en las conversaciones necesarias con la Autoridad de la Santa Sede las cuestiones abiertas”. Deseamos en efecto, comenzar lo más rápido posible con los representantes de Vuestra Santidad los intercambios concernientes a las doctrinas en oposición al Magisterio de siempre.
Por este camino necesario que evoca Vuestra Santidad, esperamos ayudar a la Santa Sede a poner el remedio apropiado a la perdida de la fe al interior de la Iglesia.
La Virgen María Inmaculada visiblemente ha guiado los pasos de Vuestra Santidad a nuestro reencuentro, ella le mantendrá su graciosa intercesión. Es con esta seguridad que nosotros pedimos fielmente al Pastor Universal que bendiga a cuatro de sus hijos más unidos al Sucesor de Pedro y a su encargo de pastorear los corderos y las ovejas del Señor.
+Bernard Fellay
+Bernard Tissier de Mallerais
+Richard Williamson
+Alfonso de Galarreta
Vergonzosa salida de la Argentina
CARTA DEL OBISPO DE KENT AL CARDENAL CASTRILLÓN HOYOS
A Su Eminencia el Cardenal Castrillón Hoyos
Su Eminencia
En medio de esta tremenda tormenta de los medios de comunicación causada por imprudentes comentarios míos en la televisión sueca, le ruego que acepte, con el debido respeto, mi sincera manifestación de pena por haber causado a Usted y al Santo Padre tan innecesarias angustias y problemas.
Para mí, lo que realmente tiene importancia es la Verdad Encarnada, y los intereses de Su única verdadera Iglesia, a través de la cual solamente es posible salvar nuestras almas y dar eterna gloria, en nuestro modesto modo, al Dios Todopoderoso. Por tanto, sólo hago un comentario, tomado del profeta Jonás, I, 12:
“Agarradme y tiradme al mar, así el mar se calmará para ustedes, pues sé que es por mi culpa por lo que os ha sobrevenido esta gran tempestad.”
Por favor, acepte también, y transmita al Santo Padre, mi sincero personal agradecimiento por el documento firmado el pasado miércoles y hecho público el sábado. Muy humildemente ofrezco una Misa por los dos.
Sinceramente suyo en Cristo
+Richard Williamson
ENTREVISTA CONCEDIDA POR MONSEÑOR FELLAY AL DIARIO «LE TEMPS»
Patricia Briel – 26 de enero de 2009
Pregunta: Según los observadores, la decisión del Papa podría crear divisiones dentro de la Fraternidad. Todos los fieles y los sacerdotes no estarían listos para la unidad.
Respuesta: No temo nada. Siempre puede haber una voz discordante aquí o allá. Pero el celo que los fieles han puesto para rezar el rosario para pedir el levantamiento de las excomuniones dice mucho sobre nuestra unión. Se rezaron 1.700.000 rosarios en dos meses y medio.
ENTREVISTA CONCEDIDA POR MONSEÑOR FELLAY A «LIBERO”
Raffaella – 28 de enero de 2009
Gracias al Papa, él levantó mi excomunión
Pregunta: ¿Dónde y cuándo tuvo conocimiento del Decreto?
Respuesta: Lo supe hace unos días en Roma, en la oficina de un cardenal, del cardenal Castrillón Hoyos, el presidente de la Comisión Ecclesia Dei. Nos abrazamos el uno al otro. Luego, en primer lugar, agradecí a la Santísima Virgen, es su regalo. Para obtener su intercesión, se recogieron más de un millón setecientos mil rosarios, recitados por los fieles que deseaban revocación la excomunión.
Pregunta: La revocación de la excomunión, ¿es el resultado de una negociación y de un acuerdo, o es un acto unilateral de la Santa Sede?
Respuesta: Pedimos varias veces la libertad en la celebración de la antigua Misa y la revocación de la excomunión. Pero lo que ha sucedido ahora no es el resultado de una negociación o de un acuerdo. Es un acto gratuito y unilateral que demuestra que Roma realmente nos quiere bien. Un bien real. Durante mucho tiempo, tuvimos la impresión de que Roma no quería entrar en discusión. Luego, todo cambió, y esto se lo debemos al Papa.
ENTREVISTA CONCEDIDA POR MONSEÑOR FELLAY A «MONDE ET VIE”
Número 806, del 31 de enero de 2009 – página 17
Entrevistado por Olivier Figueras
Pregunta: ¿Esperaba, Monseñor, este levantamiento de la excomunión que les concierne?
Respuesta: Lo esperaba desde 2005, desde la primera carta de solicitud de levantamiento de la excomunión que envié a la solicitud de Roma. Porque está claro que Roma no solicitaba esta carta para negarse a levantar la excomunión. En cuanto a cuándo sucedió, no lo esperaba. En los últimos meses, después del asunto del ultimátum, incluso después de que fue reabsorbido, estábamos bastante fríos. Luego escribí la carta del 15 de diciembre, que se menciona en el decreto y en mi carta a los fieles.
ENTREVISTA CONCEDIDA POR MONSEÑOR FELLAY A «PRÉSENT”
31 de enero de 2009
Tras el levantamiento de la excomunión
Pregunta: Vamos al levantamiento de la excomunión. ¿Fue una sorpresa para usted?
Respuesta: Esperaba este levantamiento desde noviembre de 2005, desde que el cardenal Castrillón Hoyos me pidió que escribiera al Papa para pedirle el levantamiento de la excomunión. Porque está claro que Roma no iba a pedirme que escribiera una carta para no conceder después el levantamiento de la excomunión solicitado. Sin embargo, puedo asegurarles que no esperaba que eso sucediera ahora. En los últimos meses, desde el mes de junio, la situación, después del asunto del ultimátum, e incluso después de haber sido reabsorbida, no fue favorable. Finalmente, decidí escribir una carta fechada el 15 de diciembre, que estaba realmente destinada, después del ultimátum que había llevado a un callejón sin salida, a romper el punto muerto.
NUESTRAS CONCLUSIONES
El Decreto vaticanezco expresa que:
Mons. Bernard Fellay, en su nombre y en el de los otros Obispos consagrados el 30 de junio de 1988, volvía a solicitar el levantamiento de la excomunión latae sententiae.
Conforme a las facultades que me han sido expresamente concedidas por el Santo Padre, Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunión latae sententiae declarada por esta Congregación el 1º de julio de 1988 y declaro privado de efectos jurídicos a partir del día de hoy el Decreto entonces publicado.
Por su parte, en la Carta de agradecimiento, los cuatro felones escribieron:
Es por medio de la acción de gracias que nosotros deseamos expresar a Vuestra Santidad nuestro profundo reconocimiento por el acto de Su paternal bondad y de Su coraje apostólico por el cual Ella ha hecho inoperante la medida que nos afectó hace ya veinte años en seguida de nuestra consagración episcopal.
Finalmente, el kentiano le dijo a Castrillón Hoyos:
Por favor, acepte también, y transmita al Santo Padre, mi sincero personal agradecimiento por el documento firmado el pasado miércoles y hecho público el sábado.
¡Qué lejos estaban de aquellos conceptos de julio de 1988!:
En cambio, nosotros jamás quisimos pertenecer a ese sistema que se califica a sí mismo de Iglesia Conciliar y se define por el Novus Ordo Missæ, el ecumenismo indiferentista y la laicización de toda la sociedad. Sí, nosotros no tenemos ninguna parte, nullam partem habemus, con el panteón de las religiones de Asís; nuestra propia excomunión por un decreto de Vuestra Eminencia o de otro dicasterio no sería más que la prueba irrefutable. No pedimos nada mejor que el ser declarados ex communione del espíritu adúltero que sopla en la Iglesia desde hace veinticinco años; excluidos de la comunión impía con los infieles.
Pero hay más para destacar. El Decreto manifiesta que: Con este acto se expresa el deseo de consolidar las relaciones recíprocas de confianza, intensificar y hacer más estables las relaciones de la Fraternidad San Pío X con la Sede Apostólica.
Pero ya vimos, según los documentos presentados el día 17:
Como Roma ha perdido la fe, como Roma está en la apostasía…; estando la cátedra de Pedro y los puestos de autoridad de Roma ocupados por anticristos…; nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron.
La única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma.
Por esa razón, Eminencia, vea, incluso si ustedes nos dan un obispo, incluso si ustedes nos dan una cierta autonomía respecto de los obispos, incluso si ustedes nos dan la liturgia de 1962, si nos conceden continuar con los seminarios y la Fraternidad, como lo hacemos ahora, no podemos colaborar…
Dando un paso más, comprobamos que la lectura atenta del Decreto, de la Nota de la Secretaría de Estado y de las propias entrevistas concedidas por Monseñor Fellay pone en evidencia que ha sido la Neo F$$PX la que ha solicitado el levantamiento de la excomunión, reconociendo con ello su validez:
En efecto, el Decreto dice:
“Mons. Bernard Fellay, en su nombre y en el de los otros Obispos consagrados el 30 de junio de 1988, volvía a solicitar el levantamiento de la excomunión latae sententiae.”
La Nota de la Secretaría de Estado dice:
“Como ya ha sido publicado con precedencia, el Decreto de la Congregación para los Obispos, dado el 21 de enero de 2009, ha sido un acto con el que el Santo Padre salía benignamente al encuentro de las reiteradas peticiones por parte del Superior General de la Fraternidad San Pío X”.
En las entrevistas, Monseñor Fellay lo reconoce:
“El celo que los fieles han puesto para rezar el rosario para pedir el levantamiento de las excomuniones dice mucho sobre nuestra unión”.
“Pedimos varias veces la revocación de la excomunión”.
“Esperaba este levantamiento de la excomunión desde 2005, desde la primera carta de solicitud de levantamiento de la excomunión que envié a la solicitud de Roma. Porque está claro que Roma no solicitaba esta carta para negarse a levantar la excomunión”.
Por último, en la Carta enviada al Vaticano el 15 de diciembre 2008, citada en la Carta a los fieles, Monseñor Fellay escribió:
«Estamos listos para escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento antimodernista, la profesión de fe de Pío IV, aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta el Concilio Vaticano II sobre el cual expresamos reservas”.
¡Hacemos nuestros todos los concilios hasta el Concilio Vaticano II!
Usted ha leído bien…; y así se leyó desde el púlpito en todas las Misas de la Fraternidad el domingo 25 de enero de 2009, salvo honrosas excepciones, como pasó en Martinica y Guadalupe.
Monseñor Fellay dijo después que se trató de un error en la Carta a los fieles. En los sitios oficiales de la Neo F$$PX figura de la siguiente manera:
«Estamos listos para escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento antimodernista, la profesión de fe de Pío IV, aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta el Concilio Vaticano I. Pero sólo podemos hacer reservas respecto del Concilio Vaticano II, que ha querido ser un Concilio «diferente de los demás» (cfr. Discursos de los Papas Juan XXIII y Pablo VI)”.
Pero la Roma modernista sabe bien que la Carta dice “Hacemos nuestros todos los concilios hasta el Concilio Vaticano II”.
Para concluir, en la Carta de agradecimiento, los cuatro felones escribieron: “… aseguramos a vuestra Santidad, como Ella espera, “no ahorrar ningún esfuerzo para profundizar en las conversaciones necesarias con la Autoridad de la Santa Sede las cuestiones abiertas”. Deseamos en efecto, comenzar lo más rápido posible con los representantes de Vuestra Santidad los intercambios concernientes a las doctrinas en oposición al Magisterio de siempre.”
Insistimos, parece que los sacerdotes y fieles de la Fraternidad no han comprendido… Y, sin embargo, las palabras de Monseñor Lefebvre fueron bien claras:
“Si no aceptan la doctrina de sus antecesores, es inútil hablar. Mientras no hayan aceptado reformar el Concilio considerando la doctrina de estos Papas que los precedieron, no hay diálogo posible. Es inútil”.
“Todo sacerdote que quiere permanecer católico tiene el estricto deber de separarse de esta Iglesia conciliar, mientras ella no recupere la tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica”.
Por eso hablamos de una Neo F$$PX…