Conservando los restos
ENTE Y SER
Vea y Lea
Buenos Aires, 12 de octubre de 1963
La Editorial Gredos, de Madrid, ha publicado en edición discreta y cuidada, un libro de Nimio de Anquín, Ente y Ser, el primero del filósofo cordobés, o el segundo, si se cuenta el precioso opúsculo Mito y Política, hoy agotado; mucho menos conocidos de lo que merecen.
Este libro, cuyo subtítulo es: Perspectivas para una filosofía del ser naciente, está incluido en una ponderada Biblioteca Hispánica de Filosofía, que incluye muchas traducciones.
Su publicación es un acontecimiento para el pensamiento argentino: no conocemos otro libro de filosofía en la Argentina más digno de una presentación internacional, si algún otro hay.
Este libro es una colección de profundos ensayos escritos en diferentes tiempos y ocasiones; que tiene empero la unidad de una ontología; o si se quiere, de una preontología.
Justamente, advierte el autor en su frase primera que “es el primer sorprendido de la continuidad y maduración de su pensamiento” a través de las contingencias que presidieron a su fragmentada expresión escrita.
En efecto, hay un hilo sólido que liga a los distintos temas; y estos temas, como es propio de un genuino metafísico, son pocos y fundamentales.
No conocemos en español ninguna mejor introducción a la ontología (parte de la metafísica que trata del ser en general); entendiendo esa ciencia en toda su extensión, sin restricciones como la ontología escolástica o la ontología moderna.
Todas las conoce De Anquín y él medita o investiga por sí mismo, no “por compromiso o por imitación”.
Naturalmente, la lectura de este libro presupone una iniciación filosófica, y no trivial como la que posee patentemente el prologuista, el “joven y fino pensador” Arturo García Astrada. Dar a leer este libro a un “bachiller” argentino sería como darle a descifrar el Álgebra de Euler; y aun peor: nada produciría sino confusión o aburrimiento. Podría quizá producir un efecto saludable, enseñarle que no sabe filosofía, y que la filosofía es difícil —en nuestra opinión, la filosofía debería suprimirse de los programas del actual bachillerato argentino, mientras él no sea reforzado; o mejor, cambiado a fondo. Tal como ahora allí se ensena la “filosofía”, es una burla. De Anquín la ha ensenado, y seguramente, bien; pero es una excepción—.
Su libro constituye una piedra fundamental: es filosofía desde América, pero tan seria y robusta como la mejor europea actual.
Nimio de Anquín posee todo el pertrecho instrumental del filósofo: lengua, lingüística, crítica, información, erudición, conocimiento directo de los textos de los grandes filósofos.
No seguiríamos sin discusión a De Anquín en todas sus conclusiones; pero hemos de reconocer son hallazgos, a veces felices descubrimientos; o como él escribiría, des-cubrimientos; pues una idea puede ser antigua y estar cubierta; y ser reencontrada, como dicen sucedió a Colón.
No acaba de convencernos, por ejemplo, su planteo del problema de la nada ontológica; aunque no podemos ahora destruir la vigorosa argumentación del filósofo.
Creemos que no hay oposición dicotómica ineludible entre el ser de Parménides, y el ser limitado y dependiente de la creación divina.
El famoso fragmento parmenídeo es una teología incompleta, continuada y completada más tarde; de modo que la teología de la Creatura de Santo Tomas puede contener también una filosofía del Ser; no desde el ángulo de la mera cognición, sino desde la recognición o conocimientos, para hacer uso de una distinción de De Anquín.
Resta decir algo del otro libro, Mito y Política. Entre nosotros, este folleto, que no excede las 80 páginas, es una verdadera creación: el autor se pone delante el cuadro real y concreto de la política en la Argentina y lo trata filosóficamente; en una serie numerada de proposiciones escuetas, primero generales, después aplicadas, con su prueba adjunta; o el guiño hacia la prueba.
El resultado es una exposición de verdadero rigor filosófico y al mismo tiempo legible, comprensible y aplicable para todos.
El librito condecora a De Anquín con la insignia de genuino filósofo.
La presencia de De Anquín es una afirmación rotunda de la posibilidad de la filosofía en y desde la Argentina.
Bien dice él que estamos aquí en la etapa presocrática, dejando a un lado los libros que son meras imitaciones o vulgarizaciones de sistemas antiguos o sistemas a la moda.
Que haya un solo filósofo y un solo libro de original genuina filosofía en nuestro país, poco importa: basta para semilla y piedra de toque.
Hay más de uno; aunque no muchos, ni muy voceados.
Nimio de Anquín vive en su casita de Córdoba, lee y medita. Enseña en la Universidad Católica de Santa Fe, para lo cual viaja 30 horas en tren cada semana, aberración manifiesta, existiendo Facultades de Filosofía en Córdoba.
Sus otros ensayos o notas no incluidos en este volumen (como Nota sobre filosofía medieval, Génesis interna de las tres escolásticas, dos comentarios filosóficos a sendos poemas de Goethe y Hölderlin, y algunas recensiones de obras) darían otro volumen provechoso y delectable.
Vaya al recogido y laborioso solitario de Córdoba, al pensador a la vez tradicional y actual, este homenaje periodístico; no sólo empero del periodismo sano, sino también en nombre de otra entidad invisible y trascendente, que —llámesela como se quiera— los lectores conocen y yo también.
La hora de una mediana justicia ha llegado para De Anquín.