EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO

Para convertirse y salvarse

PRIMERA DECENA

EXCELENCIA DEL ROSARIO

MANIFESTADA POR SU ORIGEN Y SU NOMBRE

Sexta Rosa

El Salterio de María

22) Desde que Santo Domingo estableció esta devoción hasta el año 1460, en que el Beato Alano de la Roche la renovó por orden del cielo, se le llama el Salterio de Jesús y de la Santísima Virgen, porque contiene tantas Salutaciones Angélicas como Salmos contiene el Salterio de David, y los sencillos e ignorantes, que no pueden rezar el Salterio de David, encuentran en el Rosario un fruto igual y aun mayor que el que se consigue con el rezo de los salmos de David:

1) Porque el Salterio Evangélico tiene un fruto más noble, a saber: el Verbo Encarnado, mientras que el Salterio de David no hace más que predecirle;

2) Como la verdad sobrepasa a la figura y el cuerpo a la sombra, del mismo modo el Salterio de la Santísima Virgen sobrepasa al Salterio de David, que sólo fue sombra de Aquél;

3) Porque la Santísima Trinidad es la que ha compuesto el Salterio de la Santísima Virgen o Rosario, que se integra de Padrenuestros y Avemarías.

El sabio Cartagena refiere al respecto:

El sapientísimo J. Bessel de Aquisgrán, en su libro sobre la Corona de Rosas, escrito al Emperador Maximiliano, dice: “No puede afirmarse que la Salutación Mariana sea una invención reciente. Se extendió con la Iglesia misma. Efectivamente, desde los orígenes de la Iglesia, los fieles más instruidos celebraban las alabanzas divinas con la triple cincuentena de Salmos Davídicos. Entre los más humildes, que encontraban diversas dificultades en el rezo del oficio divino, surgió una santa emulación… Pensaron, y con razón, que en el celestial elogio –el Rosario– se incluyen todos los secretos divinos de los Salmos. Sobre todo, porque los Salmos cantaban al que debía venir, mientras que esta fórmula de plegaria se dirige al que ha venido ya. Por eso comenzaron a llamar «Salterio mariano» a las tres series de cincuenta oraciones, anteponiendo a cada decena la Oración Dominical como habían visto hacer a quienes recitaban los salmos”.

23) El Salterio o Rosario de la Santísima Virgen está dividido en tres Rosarios de cinco decenas cada uno:

1) Para honrar a las tres personas de la Santísima Trinidad;

2) Para honrar la vida, muerte y gloria de Jesucristo;

3) Para imitar a la Iglesia Triunfante, ayudar a la militante y aliviar a la purgante;

4) Para imitar las tres partes de los Salmos, cuya primera parte es para la vía purgativa, la segunda para la vía iluminativa y la tercera para la unitiva;

5) Para colmarnos de gracia durante la vida, de paz en la muerte y de gloria en la eternidad.