PARA SANTIFICAR EL DOMINGO- FIESTA DE LOS APÓSTOLES SANTIAGO Y SAN FELIPE

PARA AQUELLOS QUE NO TIENEN LA POSIBILIDAD DE ASISTIR A LA SANTA MISA

Recordamos a nuestros queridos lectores la posibilidad santificar el día Domingo a través de Nuestro Blog.

En la parte superior del mismo se encuentra una pestaña o página donde están los diferentes medios para realizar la Santificación del Día Domingo o Fiestas de Precepto, además de contar con los Sermones de los Queridos Padres: Juan Carlos Ceriani y  Basilio Méramo.

A continuación, los propios de la:

FIESTA DE LOS APÓSTOLES SANTIAGO Y SAN FELIPE

Con la Conmemoración del II Domingo después de Pascua

INTROITO

En el tiempo de su tribulación clamaron a Ti, oh Señor, y Tú los oíste desde el cielo, aleluya, aleluya. Alegraos, justos, en el Señor; la alabanza conviene a los rectos de corazón. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…

COLECTA

Oh Dios, que nos alegras cada año con la solemnidad de tus Santos Apóstoles Felipe y Santiago, concédenos que, mientras nos regocijamos de sus méritos, podamos ser instruidos por su ejemplo. Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoración del II Domingo después de Pascua

Oh Dios, que por la humillación de tu Hijo levantaste al mundo abatido, concede perpetua alegría a tus fieles; para que aquellos a quienes has arrancado de los peligros de la muerte eterna, hagas que se regocijen de una felicidad sin fin. Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén

EPÍSTOLA

(Del libro de la Sabiduría, 5:1-5): Los justos se presentarán con gran seguridad ante sus opresores que menosprecian sus trabajos. Al ver esto, éstos se estremecerán con un temor espantoso y se asombrarán de lo repentino de la salvación inesperada. Dirán entre sí, arrepentidos y gimiendo por la angustia del espíritu: ¡Éstos son los que una vez tuvimos por hazmerreír y por modelo de burla, necios que éramos! Su vida la tuvimos por locura, y su muerte deshonrada. Mirad cómo son contados entre los hijos de Dios. ¡Cómo es su suerte con los santos!

ALELUYA

Aleluya, aleluya. Los cielos proclaman tus maravillas, oh Señor; y tu fidelidad, en la asamblea de los santos. Aleluya. Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y no me conocéis? Felipe, el que me ve, ve también a mi Padre. Aleluya.

EVANGELIO

(Según San Juan, 14:1-13): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No se turbe vuestro corazón: creed en Dios, creed también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; y si no, os lo habría dicho, puesto que voy a preparar un lugar para vosotros. Y cuando me haya ido y os haya preparado el lugar, vendré otra vez y os tomaré junto a Mí, a fin de que donde Yo estoy, estéis vosotros también. Y del lugar adonde Yo voy, vosotros sabéis el camino.” Le dijo Tomas: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo, pues, sabremos el camino?” Jesús le replicó: “Soy Yo el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí. Si vosotros me conocéis, conoceréis también a mi Padre. Más aun, desde ahora lo conocéis y lo habéis visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre, y esto nos basta”. Le respondió Jesús: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y tú no me has conocido? Felipe, el que me ha visto, ha visto a mi Padre. ¿Cómo puedes decir: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mí? Las palabras que Yo os digo, no las digo de Mí mismo; sino que el Padre, que mora en Mí, hace Él mismo sus obras. Creedme: Yo soy en el Padre, y el Padre en Mí; al menos, creed a causa de las obras mismas. En verdad, en verdad os digo, quien cree en Mí, hará él también las obras que Yo hago, y aun mayores, porque Yo voy al Padre, y haré todo lo que pidiereis en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

CREDO

OFERTORIO

Los cielos proclaman tus maravillas, oh Señor; y tu fidelidad, en la asamblea de los santos, aleluya, aleluya.

SECRETA

Acepta bondadosamente, Señor, las ofrendas que te ofrecemos para solemnizar la fiesta de tus Apóstoles Felipe y Santiago, y aparta de nosotros todos los males que merecemos. Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoración del II Domingo después de Pascua

Que esta santa ofrenda, oh Señor, nos conceda siempre tu bendición sanadora; para que produzca realmente el efecto del misterio que representa. Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

PREFACIO

Prefacio de los Apóstoles

En latín

Vere dignum et iustum est, aequum et salutare: Te, Domine, suppliciter exorare, ut gregem tuum, Pastor aeterne, non deseras: sed per beatos Apostolos tuos, continua protectione custodias. Ut iisdem rectoribus gubernetur, quos operis tui vicarios eidem contulisti praeesse pastores. Et ideo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae cánimus, sine fine dicentes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus, Deus Sabaoth. Pleni sunt cæli et terra glória tua. Hosanna in excelsis. Benedictus, qui venit in nomine Domini. Hosanna in excelsis.

En castellano

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, el suplicarte humildemente, Señor, que no desampares, Pastor eterno, tu rebaño, sino que, por la intercesión de tus Santos Apóstoles, lo guardes con tu continua protección; a fin de que sea gobernado por los mismos directores que estableciste, para que fuesen sus Pastores. Y, por tanto, nos unimos con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial cantando el himno de tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de Sabaoth. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria. Hosanna en lo más alto. Bendito el que viene en el Nombre del Señor. Hosanna en lo más alto.

COMUNIÓN

Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y no me conocéis? Felipe, el que me ve a mí, ve también a mi Padre. ¿No crees que Yo estoy en el Padre y el Padre en Mí? Aleluya, aleluya.

POSTCOMUNIÓN

Saciados con los misterios de la salvación, Te suplicamos, oh Señor, que nos ayuden las oraciones de aquellos cuya fiesta estamos celebrando. Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoración del II Domingo después de Pascua

Concédenos, te suplicamos, Dios todopoderoso, que, habiendo recibido la gracia de una vida nueva, podamos gloriarnos siempre de conservar este don divino. Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.

Evangelio del II Domingo después de Pascua

(Según San Juan, 10:11-16): Yo soy el pastor, el Bueno. El buen pastor pone su vida por las ovejas. Mas el mercenario, el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, viendo venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; porque es mercenario y no tiene interés en las ovejas. Yo soy el pastor bueno, y conozco las mías, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce y Yo conozco al Padre; y pongo mi vida por mis ovejas. Y tengo otras ovejas que no son de este aprisco. A esas también tengo que traer; ellas oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.