ESTEBAN SÁNCHEZ MALAGÓN: A LOS TROMPETEROS DEL ANTICRISTO

Misterios de iniquidad

¡DE DIOS NADIE SE BURLA!

“El agua se aclara sola… al paso de la corriente”, así reza el dicho popular; y, esto es lo que acontece hoy, desde el punto de vista profético apocalíptico: por un lado, Joe Biden, el pasado lunes 21 de marzo, declaró que Estados Unidos debe liderar el Nuevo Orden Mundial (comentarios del presidente Biden, emitidos antes de la reunión trimestral de directores ejecutivos de la Mesa Redonda de Negocios, Business Roundtable’s).

Joe se adjudica para Estados Unidos el liderar el Nuevo Orden Mundial, pero de eso trataremos en otra ocasión.

Por otra parte, el Pseudoprofeta de Santa Martha, embaucando a todo el mundo imbécil, que no se da cuenta que le están dando gato por liebre, y así esperan, no nada más la conversión de Rusia, sino la conversión del mismísimo “che”… (Guevara), tragándose las mentiras disfrazadas de devoción filial pero que, en el fondo contienen una malicia diabólica, dignas de un Pseudoprofeta.

En primer lugar, de ninguna manera Decimejorge realizó una consagración; hacerlo iría en contra de sus principios masóni-co-munistas; aunque algunos imbéciles le adjudican buenas intenciones y piensan que, con tener buenas intenciones (a pesar que no ven su fuero interno, y sí ven el externo, y, según éste, no son buenas sus intenciones), Dios a pesar de ello… derramará sus gracias, dicen; y no se dan cuenta que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios.

Si un hombre pide en un restaurante un platillo y el mesero le trae otro que el comensal no pidió, en automático le hace traer lo que él pidió en un principio.

A mí me pasó algo similar, hace años mandé pintar mi auto y le dije al pintor qué color quería; cuando fui a recogerlo, el auto estaba pintado de otro color; le dije que yo no le pedí ese color, y no le quedó más remedio que pintarlo del color que habíamos acordado; en este caso en detrimento de su utilidad, el pintor no recibió ninguna “gracia” de mi parte, al contrario, él tuvo repercusiones negativas por su desobediencia y negligencia en no atender lo que se le pidió en un principio.

Y estos imbéciles (cual número es infinito) dicen que Dios dará sus gracias, aunque menores, pero que pueden alcanzar un milagro de conversión.

Para cerrar este asunto, ni siquiera hubo como tal una “consagración” de Rusia, el texto que leyó es ambiguo como todo lo que hacen los enemigos de Dios y de su Iglesia, para muestra un botón: el conciliábulo Vaticano II.

Primero dice: “Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania”.

Este binomio encomendar y consagrar de entrada ya le “resta fuerza” a la fórmula, al acto mismo de “consagrar”; incluso si hubiese dicho: “Te consagramos y encomendamos”.

En cambio, más adelante hace y dice propiamente la fórmula de una consagración, pero, ya sin nombrar el Corazón Inmaculado, ni Rusia: “A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo”.

Y no estoy diciendo que dicho de esta manera se hubiese efectuado dicha consagración…

Pero, lo grave no está en esta pseudoconsagración, ni en muchas de las frases que podemos considerar “peccata minuta” y que sonarían mejor en un discurso de la ONU.

Solamente una frase sensata que está acorde con la realidad espiritual que vivimos, dijo: “El Misterio de Iniquidad”: “En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad…, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona”.

Sólo una frase, en doble sentido (porque la pueden forzar para que suene bien) encierra toda la malicia y odio a la Santísima Virgen María.

Analicemos un poco, leamos algunas de las frases de la pretendida consagración:

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales.

Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes.

Nos hemos encerrado en intereses nacionalistas… olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común.

Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra.

Hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas.

Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo.

Nota: Como fiel devoto de la “virgen” desata nudos…

Hoy hemos terminado el vino de la esperanza.

Se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.

Nota: Fraternidad y Armonía dos palabras masónicas.

La fraternidad masónica está opuesta a la caridad católica. El término de “Armonía” proviene del griego “ἁρμονία”, palabra con la cual se denominaba a la diosa griega de la Harmonía, que es la equivalente a la diosa Concordia de la mitología romana, significando estos términos los conceptos de equilibrio y estabilidad. Entre muchas otras aseveraciones está el nombre del “primer masón” Hiram Abif.

Al ser la Harmonía el resultado del equilibrio y de la estabilidad, se puede decir que de la Harmonía existente depende el fruto o el resultado del trabajo, ya que funde las partes del todo en una sola unidad, siendo el ente que consigue y determina el equilibrio entre la fuerza y la sabiduría, ya que por ello es por lo que desde la antigüedad los grandes eruditos afirmaron que la armonía universal, es la causa primera de la creación del universo. Fin de la nota.

Para muchos esta última “advocación” (tierra del Cielo) no tiene nada de malo, otros la atribuyen a escritos católicos eslavos antiguos, pero, “a otro perro con ese hueso”. Porque en esa frase está contenido todo el plan del socialismo, que más tarde acogerán Marx, Hegel, Kant, Lenin, Stalin, la iglesia conciliar, la ONU, el WEF etc., etc.

Se leyó por allí: Este 25 de marzo el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María con una oración que tiene entre sus frases la expresión “Tú, ‘tierra del Cielo’, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo”, y que ha sido considerada por algunos comentaristas católicos como una alusión a la Pachamama (madre tierra en quechua). La Pachamama, deidad prehispánica de Sudamérica, fue motivo de controversia durante el Sínodo de la Amazonía realizado en el Vaticano en octubre de 2019, y ha vuelto a ser tema en redes sociales a raíz de la oración de consagración que recitará este viernes el Papa. Sin embargo, en un artículo publicado el 23 de marzo por Vatican News, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación, Andrea Tornielli, explicó extractos de la oración, entre estos “tierra del Cielo”: “Tú, ‘tierra del Cielo’, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo”, dice la oración. “La expresión ‘tierra del cielo’ –explicó Tornielli– está tomada de un himno monástico bizantino-eslavo, y significa poéticamente la unión del cielo y la tierra que podemos contemplar en María asunta al cielo con su cuerpo”. (texto de Aciprensa).

“Tierra del Cielo” frase del rito bizantino para fieles de rito latino

Lo que decimos nosotros es que una frase CATÓLICA, una advocación CATÓLICA, un ACTO CATÓLICO no tiene que generar controversia ni polémica entre católicos, si esto ocurriera es porque o porque la cosa no es católica o los controversistas no son católicos; ahí está metida, no diría la cola, diré el diablo entero.

Por el momento, están desesperados los catolicones “ultra conservadores”, encabezados por el infiltrado y pseudo obispo Schneider y compañía, tratando y haciendo peripecias para tratar de justificar que la Pachamama no es lo que está implicada en esta frase.

¡No publiquen babosadas!, dicen… Y es, precisamente, lo que pedimos: ¡No publiquen, no digan y no enseñen babosadas!

Tú, “tierra del Cielo”

En concreto, el texto del masón Bergoglio está plagado de frases conformes a su ideología: humanismo, pacifismo, fraternidad, ecologismo, mundialismo…

Sus tendencias ideológicas ya fueron condenadas por San Pío X en su Encíclica Notre charge apostolique, contra Le Sillon.

De allí entresacamos lo siguiente:

«Le Sillon» se esfuerza por realizar una era de igualdad, que sería, por esto mismo, una era de justicia mejor. ¡Por esto, para él, toda desigualdad de condición es una injusticia o, al menos, una justicia menor! Principio totalmente contrario a la naturaleza de las cosas, productor de envidias y de injusticias y subversivo de todo orden social.

Lo mismo sucede con la noción de la fraternidad, cuya base colocan en el amor de los intereses comunes, o, por encima de todas las filosofías y de todas las religiones en la simple noción de humanidad, englobando así en un mismo amor y en una igual tolerancia a todos los hombres con todas sus miserias, tanto intelectuales y morales como físicas y temporales. Ahora bien, la doctrina católica nos enseña que el primer deber de la caridad no está en la tolerancia de las opiniones erróneas, por muy sinceras que sean, ni en la indiferencia teórica o práctica ante el error o el vicio en que vemos caídos a nuestros hermanos, sino en el celo por su mejoramiento intelectual y moral no menos que en el celo por su bienestar material.

Al separar la fraternidad de la caridad cristiana así entendida, la democracia, lejos de ser un progreso, constituiría un retroceso desastroso para la civilización. Porque, si se quiere llegar, y Nos lo deseamos con toda nuestra alma, a la mayor suma de bienestar posible para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio de la fraternidad, o, como también se dice, por medio de la solidaridad universal, es necesaria la unión de los espíritus en la verdad, la unión de las voluntades en la moral, la unión de los corazones en el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo. Esta unión no es realizable más que por medio de la caridad católica, la cual es, por consiguiente, la única que puede conducir a los pueblos en la marcha del progreso hacia el ideal de la civilización.

Pero más extrañas todavía, tremendas y dolorosas a la vez, son la audacia y la ligereza de espíritu de los hombres que se llaman católicos, que sueñan con volver a fundar la sociedad en tales condiciones y con establecer sobre la tierra, por encima de la Iglesia católica, «el reino de la justicia y del amor», con obreros venidos de todas partes, de todas las religiones o sin religión, con o sin creencias, con tal que olviden lo que les divide: sus convicciones filosóficas y religiosas, y que pongan en común lo que les une: un generoso idealismo y fuerzas morales tomadas «donde les sea posible».

¿Qué van a producir? ¿Qué es lo que va a salir de esta colaboración? Una construcción puramente verbal y quimérica, en la que veremos reflejarse desordenadamente y en una confusión seductora las palabras de libertad, justicia, fraternidad y amor, igualdad y exaltación humana, todo basado sobre una dignidad humana mal entendida. Será una agitación tumultuosa, estéril para el fin pretendido y que aprovechará a los agitadores de las masas menos utopistas. Sí verdaderamente se puede afirmar que «Le Sillon se ha hecho compañero de viaje del socialismo, puesta la mirada sobre una quimera.

Nos tememos algo todavía peor. El resultado de esta promiscuidad en el trabajo, el beneficiario de esta acción social cosmopolita no puede ser otro que una democracia que no será ni católica, ni protestante, ni judía; una religión más universal que la Iglesia católica, reuniendo a todos los hombres, convertidos, finalmente, en hermanos y camaradas en «el reino de Dios». «No se trabaja para la Iglesia, se trabaja para la humanidad».

En conclusión, habría que encomendar a Jorge Mario Bergoglio y a su secta conciliar, trompeteros del Anticristo, para que no sigan esparciendo sus errores por el mundo…

¡CUIDADO CON LOS EMBUSTEROS! (Sic)

Fue una de las más poderosas ideas políticas de la historia, UNA NUEVA “FE” para una era escéptica. Prometía un mundo de ARMONÍA y abundancia, sólo si la propiedad era compartida por todos y distribuida equitativamente, la idea se llamó SOCIALISMO.

El Socialismo se extendió lejos y rápido (incluyendo asesinatos masivos), más rápido que cualquier otra falsa religión en la historia. Luego, casi en un abrir y cerrar de ojos, “se derrumbó” una idea que cambiaría al mundo, una idea que prometía un cielo aquí en la tierra.

¿Qué pasó? ¿Qué nos dice la historia?

El inicio del Siglo XIX trajo consigo una “fe” en el ilimitado progreso humano; las “viejas creencias” fundadas en la Religión Católica, la supersticiosa para los comunistas tempranos, fueron abandonadas en favor de otras “nuevas”, supuestamente basadas en la ciencia y en el pensamiento “racional”. Esta idea fue llamada “Socialismo”.

Según ellos, la vida puede ser vivida en paz y fraternidad, sólo si la propiedad es compartida por todos y distribuida por igual, eliminando la fuente de la codicia, la envidia, la pobreza y los conflictos (curiosamente pobreza y conflictos abundan en este mundo socialista).

Esta idea se llamó, pues, «socialismo», y fue el intento más ambicioso del hombre para suplantar a la Religión Católica con una doctrina fundada en la ciencia en lugar de la revelación. Una idea que prometía al mundo un cielo aquí en la tierra.

Continuará con la historia de Robert Owen…