RADIO CRISTIANDAD: EL FARO

Conservando los restos

SANTA MADRE DE DIOS

Narrado por Fabián Vázquez (once minutos)

¡OH SANTA MADRE DE DIOS!
Aquel a quien no puede contener
todo el orbe, se encerró,
al hacerse hombre,
en tus entrañas.
(Himno antiguo)

¡OH SANTA MADRE DE DIOS!

A los que en la Iglesia se han mostrado fríos o reservados para con la Santísima Virgen, se les ha considerado con razón como sospechosos de algún error.

Los protestantes no se avienen con las «exageraciones mariales» de los católicos, aunque reconocen que se remontan muy atrás en la historia, tanto, que se las encuentra casi en sus albores.

¿Por qué la piedad no debe avergonzarse de su cariño para con María? ¿Cuál es el principio profundo en que esta piedad se inspira? ¿Se mezcla realmente en ella algo de la gazmoñería femenina? ¿Cómo un alma viril y fuerte puede acomodarse a las actitudes casi infantiles que impone y perpetúa la devoción mariana?

Por no ver claro en estas cuestiones, es posible vacilar o extraviarse, y que, no apoyándose la piedad en la verdad, no tarde en convertirse en un fanatismo enfermizo o en una actitud convencional.

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