MONSEÑOR LEFEBVRE: LOS ÚLTIMOS TIEMPOS Y ROMA

En el combate de la resistencia

MONSEÑOR LEFEBVRE Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

a) Roma está en tinieblas

Homilía del 29 de junio de 1987

El liberalismo se convirtió en el ídolo de nuestro tiempo moderno, un ídolo que ahora se adora en la mayoría de los países del mundo, incluso en los países católicos.

Es esta libertad del hombre frente a Dios, que desafía a Dios, que quiere hacer su propia religión, de los derechos humanos sus propios mandamientos, con sus asociaciones laicas, con sus Estados laicos, con una enseñanza laica, sin Dios, he aquí el liberalismo.

¿Cómo es posible que las autoridades romanas fomenten y profesen este liberalismo en la declaración de Vaticano II sobre la Libertad Religiosa? Porque no se trata de otra cosa, lo cual, a mi juicio, es muy grave.

Roma está en tinieblas, en las tinieblas del error. Nos es imposible negarlo.

No es un combate humano.

Estamos en la lucha con Satanás.

Debemos ser conscientes de este combate dramático, apocalíptico en el cual vivimos y no minimizarlo.

En la medida en que lo minimizamos, nuestro ardor para el combate disminuye.

Nos volvemos más débiles y no nos atrevemos a declarar más la Verdad.

La apostasía anunciada por la Escritura llega. La llegada del Anticristo se acerca. Es de una evidente claridad.

Ante esta situación totalmente excepcional, debemos tomar medidas excepcionales.

b) El tiempo de tinieblas y de la firmeza en la Fe

Fideliter, N° 59, septiembre-octubre de 1987

Hemos llegado, yo pienso, al tiempo de las tinieblas. Debemos releer la segunda epístola de San Pablo a los tesalonicenses, que nos anuncia y nos describe, sin indicación de duración, la llegada de la apostasía y de una cierta destrucción.

[Cita: «Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios… Porque el ministerio de la iniquidad ya está actuando. Tan sólo con que sea quitado de en medio el que ahora le retiene. Entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida.» (II Tess., II: 1-8).]

Es necesario que un obstáculo desparezca. Los Padres de la Iglesia han pensado que el obstáculo era el imperio romano. Ahora bien, el imperio romano ha sido disuelto y el Anticristo no ha venido.

No se trata, pues, del poder temporal de Roma, sino del poder romano espiritual, el que ha sucedido al poder romano temporal.

Para Santo Tomás de Aquino se trata del poder romano espiritual, que no es otro que el poder del Papa.

Yo pienso que verdaderamente vivimos el tiempo de la preparación a la venida del Anticristo. Es la apostasía, es el desmoronamiento de Nuestro Señor Jesucristo, la nivelación de la Iglesia en igualdad con las falsas religiones.

La Iglesia no es más la Esposa de Cristo, que es el único Dios.

Por el momento, es una apostasía más material que formal, más visible en los hechos que en la proclamación. No puede decirse que el Papa es apóstata, que ha renegado oficialmente de Nuestro Señor Jesucristo; pero en la práctica, se trata de una apostasía.

c) Las dos Bestias – Dos Congresos

Homilía del 19 de noviembre de 1989

Ahora os diré algunas palabras sobre la situación internacional. Me parece que tenemos que reflexionar y sacar una conclusión ante los acontecimientos que vivimos actualmente, que tienen bastante de apocalípticos.

Es algo sorprendente esos movimientos que no siempre comprendemos bien; esas cosas extraordinarias que suceden detrás, y ahora a través, de la cortina de acero.

No debemos olvidar, con ocasión de estos acontecimientos las previsiones que han hecho las sectas masónicas y que han sido publicadas por el Papa Pío IX. Ellas hacen alusión a un gobierno mundial y al sometimiento de Roma a los ideales masónicos; esto hace ya más de cien años.

¿Qué quiere decir esto? Sabemos muy bien que el objetivo de las sectas masónicas es la creación un gobierno mundial con los ideales masónicos, es decir los derechos del hombre, la igualdad, la fraternidad y la libertad, comprendidas en un sentido anticristiano, contra Nuestro Señor.

Esos ideales serían defendidos por un gobierno mundial que establecería una especie de socialismo para uso de todos los países y, a continuación, un congreso de las religiones, que las abarcaría a todas, incluida la católica, y que estaría al servicio del gobierno mundial, como los ortodoxos rusos están al servicio del gobierno de los Soviets.

Habría dos congresos: el político universal, que dirigiría el mundo; y el congreso de las religiones, que iría en socorro de este gobierno mundial, y que estaría, evidentemente, a sueldo de este gobierno.

Corremos el riesgo de ver llegar estas cosas. Debemos siempre prepararnos para ello.

MONSEÑOR LEFEBVRE Y ROMA

a) La Roma Anticristo

Carta a los futuros Obispos, del 29 de agosto 1987

A los Padres Williamson, Tissier de Mallerais, Fellay y de Galarreta:

Estando ocupados la Sede de Pedro y los puestos de autoridad de Roma por anticristos, la destrucción del Reino de Nuestro Señor continúa rápidamente en el interior mismo de su Cuerpo Místico aquí abajo…

Esto nos ha valido la persecución de la Roma anticristo. Esta Roma, modernista y liberal, continúa con su obra destructiva del Reino de Nuestro Señor como lo demuestran Asís y la confirmación las tesis liberales del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa…

b) Roma ha perdido la fe y está en la apostasía

Conferencia en el Retiro Sacerdotal, el 4 de septiembre de 1987

Le Sel de la Terre N° 31, Hiver 1999-2000.

Es necesario que sostengamos, absolutamente sostener, mantener contra viento y marea.

Yo digo: Roma ha perdido la fe, mis queridos amigos. Roma está en la apostasía. Estas no son simples palabras, no son palabras vacías las que digo. Es la verdad. Roma está en apostasía. Ya no podemos tener confianza en ese mundo, salió de la Iglesia, salieron de la Iglesia, salen de la Iglesia. Es seguro, seguro, seguro.

c) Roma sede de la iniquidad… etc.

Homilía del 30 de junio de 1988 (del minuto 21:07 al minuto 26:41)

Saben bien, queridos hermanos –seguro que se lo han dicho–, cómo León XIII en una visión profética que tuvo, dijo que un día la Sede de Pedro sería la sede de la iniquidad. Lo dijo en uno de sus exorcismos, en el “exorcismo de León XIII”. ¿Es hoy? ¿Mañana? No sé. En todo caso ha sido anunciado.

No solamente el Papa León XIII ha profetizado estas cosas, sino Nuestra Señora.

Las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso.

Esta Virgen milagrosa profetizó para el siglo XX. Dijo a esta religiosa claramente: «Durante el siglo XIX y la mayor parte del siglo XX, los errores se propagarán cada vez con más fuerza en la Santa Iglesia, y llevarán a la Iglesia a una situación de catástrofe total, ¡de catástrofe! Las costumbres se corromperán y la Fe desaparecerá».

Nuestra impresión es que no podemos dejar de constatarlo.

Además, ustedes conocen las apariciones de La Salette, donde Nuestra Señora dijo que Roma perderá la Fe, que habrá un eclipse en Roma; eclipse, adviertan lo que eso puede significar viniendo de parte de la Santísima Virgen.

Y finalmente el secreto de Fátima, más cercano a nosotros. Sin duda que el tercer secreto de Fátima debía hacer alusión a estas tinieblas que han invadido Roma, estas tinieblas que invaden el mundo desde el Concilio.

Estos son hechos sobre los que, me parece, podemos también apoyarnos.

Nota: al leer estos textos es necesario tener en cuenta que, de aquellos años al presente, la situación, tanto de la sociedad como de Roma, lejos de haber mejorado, ha empeorado… ¡y mucho!…