jorge dore- poesia

Es hora 

Es hora de infinitos y de altos matices,
de cumbres, alboradas y decidido pie,
hora de sacrificios, de profundas raíces
y gigantes crecidas de la más pura fe.

Es hora de valientes y de épicas gestas,
de nobles intenciones y de resuelta voz, 
de renovar corajes y, con la cruz a cuestas,
salirle al frente a todo lo que se opone a Dios. 

Es hora de que el fuego nos pruebe como al oro,
de intrépidas y cruzadas, de honor y verdad,
hora de consagrarnos enfrentando el desdoro
y la apatía de una ruinosa humanidad.

Casi como reliquias quedamos los cristianos
luchando contra el mundo, buscando redención,
mientras el enemigo, montado en sus arcanos,
cabalga hacia su absurda y eterna perdición.

Es hora de enfrentarnos a un poder dominante
que vuelve al hombre enano, patético y servil.
Llevar a Cristo en ristre es lo único importante
en medio de este insólito cortejo de lo vil.

Es hora de arrancarles a todos los indignos
sus máscaras hediondas de inquina y pudrición
sin reclamar milagros ni suplicar más signos
que nuestras tradiciones y nuestra devoción.

Definitivamente, no es hora para tibios
sino para dispuestos a combatir el mal
aunque del propio cielo no caigan más alivios
que astillas, clavos, golpes y puñados de sal.

Ya es hora de que suenen trompetas de victoria,
de que alcen sus pendones los hijos de la luz
y de que Jesucristo vuelva a entrar en la historia
como Rey en su trono, no clavado en la cruz!