Conservando los restos
¿NO LO HACEN TAMBIÉN LOS PAGANOS?
Narrado por Fabián Vázquez (once minutos)
Y si no saludáis a otros que
a vuestros hermanos,
¿qué tiene esto de particular?
Por ventura, ¿NO HACEN
TAMBIÉN ESTO LOS PAGANOS?
(San Mateo, 5, 47)
NONNE ET ETHNICI ?
Señor, no veo por qué no podrían también instruirme los infieles, por qué estarían imposibilitados de trocar mi orgullo de fariseo satisfecho, e ilustrarme acerca de la nada de mis obras.
Estoy muy propenso a hacer converger todas las comparaciones en provecho propio, y cuando pienso en los paganos enumero con cierto reconocimiento, no exento de orgullo, todo cuanto de Ti he recibido, y que me parece que ellos no poseen.
Me imagino que pueden y deben servir de contraste a mi virtud, y los miro por encima del hombro, como el conquistador civilizado mira a los salvajes que coloniza. Y hasta estoy inclinado a creer que tus juicios, Dios mío, son conformes a mis mezquinas apreciaciones, y que reservas todas las gracias y toda tu gloria para aquellos, que te sirven en público y llevan tu nombre por el mundo.
Y, sin embargo, he ahí que nos propones a los paganos como ejemplo, y nos dejas entrever cuán poco se elevan nuestras vidas sobre las suyas.
En las pesas de tus balanzas, no son las pretensiones, sino las acciones las que cuentan, y no está en proporción de nuestras arrogancias personales el derecho que tenemos a tus miradas. En todas las tribus y en todas las razas, tu Espíritu santificador ha escogido sus elegidos.
No me atrevo a decir que sean mejores que yo, todos esos paganos; esto sería hacer injuria a mi bautismo y a tu solícito amor de Redentor siempre alerta. Pero menos aún me atrevería a declarar que soy mejor que ellos, temiendo que tu rayo venga a deshacer mi mentira, acordándome que te apartas de los que se engríen.
Aprenderé, por lo tanto, tu lección, sin glosas ni comentarios, como reciben la luz los ojos, y como el desierto acoge la lluvia.
¿Qué haces más que los paganos? ¿Dónde está el excedente de tus obras? ¿Y qué es lo que en tu vida sobrepasa el límite del deber honrado y va más allá de las virtudes naturales?
¿Qué más? Estas dos palabritas se clavan como dos acicates en el flanco de todas las medianías y de todas las perezas; pueden aguijonear, hasta producir sangre, el orgullo de los satisfechos; y su benéfica influencia no se detendrá más que en la plenitud del término, cuando hayamos llegado hasta Ti.
Escuchar Audio