Conservando los restos
A los fieles de los países del Plata,
previniéndolos de la próxima gran tribulación,
desde mi destierro, ignominia y noche oscura.
Leonardo Castellani, Captivus Christi, 1946-1951
SECCIÓN TERCERA
EL ADVENIMIENTO
16.- ET APOKALYPSIS ACTUAL
El Apokalypsis se está volviendo un libro muy actual. “Cuando quiero saber las últimas noticias, leo el Apocalipsis», decía con gracia León Bloy.
Hace un siglo, nada más, el renegado Renán se permitía burlarse del apóstol Juan y titear “la imaginación oriental delirante y desmesurada”, tan diferente del sereno equilibrio y elegante mesura de la imaginación griega. ¡Un ejército de doscientos millones de hombres, todos a caballo! —que a lo mejor se refiere a una módica expedición guerrera de los parthos en los confines del Imperio que ni siquiera se verificó…— exclama el apóstata bretón. ¡El sol qué se oscurece, la luna de color de sangre, las estrellas que caen! —que sin duda fueron unos cuantos inofensivos eclipses, cometas y meteoros…— ¡Ciudades enteras que se derrumban en un momento y se convierten en ruinas! ¡La tercera parte de los hombres que perece!…
Renán paladea con gusto estos absurdos, imposibles en la edad del Progreso, de la Civilización y de la Ciencia Moderna. Ignoraba que la Ciencia Moderna estaba ya entonces elaborando la bomba atómica. “Je songe a tout l’enfer qui tient dans un atóme”, decía por aquel entonces Víctor Hugo, sin saber él mismo todo lo que decía; es decir, profetizando la bomba atómica a la manera de la burra de Balaam.
En su Comentario Literal al Apocalipsis (resumen lacunziano publicado con imprimatur en Roma), monseñor Eyzaguirre identifica la sexta tuba del sexto ángel del Apokalypsis con la gran guerra mundial, dividida en dos partes, con veinte años de tregua, de la que hemos sido testigos, y víctimas.
No se puede decir todavía que ésa pueda ser una verificación literal, porque el Profeta habla de un ejército de 200.000.000 de hombres en el frente (caballería, las tropas de choque de la antigüedad) y de bajas que alcanzan a un tercio de la humanidad.
En la presente guerra antinazi ha habido cerca de 200.000.000 de combatientes, pero contando los obreros de las fábricas de armas. Y ha habido una tercera parte de bajas, pero contando mutilados y estropeados; y no de toda la humanidad, sino de una parte de ella.
Pero críticos militares tan autorizados como el capitán B. H. Liddle Hart y el catalán Iturrat prevén como posible y aun probable una Tercera Guerra Mundial, después de una tregua menor que la anterior, y que no será ya guerra de naciones unidas, sino de continentes unificados.
La aviación fulminante, los robots explosivos, la bomba atómica, la conscripción en masa, incluso de mujeres, y la compulsión a entrar en guerra sobre las naciones pequeñas (técnicas de la guerra moderna ya ensayadas con éxito y definitivamente incorporadas al arte bélico), hacen posible un exterminio tres veces más grande que el que hemos presenciado, contando muy por lo bajo.
La herramienta del Anticristo ya ha sido encontrada. Solamente que sea quitado el Obstáculo, y El Que Ha de Venir, vendrá.