Deber cristiano
Es cristiano deber –y necesario–
abominar la pérfida herejía
y en nombre de Jesús y de María
impedir su intrusión en el santuario.
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Y como protectores del sagrario,
refutar el error con valentía
para que cuando llegue nuestro día
podamos ser reliquias del osario.
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Que no es de hijos de Dios ser impasibles
ante la despiadada acometida
que aspira a ver la cruz hecha pedazos.
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Las guerras más amargas y terribles
son las que libra el alma descreída
contra un Dios que nos quiere abrir los brazos.
