Es la única colección de poesías publicadas como tal por el Padre Leonardo Castellani.
Reúne composiciones que escribió desde su partida a bordo del vapor Naboland hacia Europa, en 1946, hasta su retorno a la Patria y primer año de estadía en ella, en 1950.
Son los años más tempestuosos de su existencia. En ellos se dio el conflicto con sus superiores religiosos, que dejó honda huella en su vida y en su obra.
PARTE SEGUNDA: LAS ORACIONES
Memorare
Acordaos, oh Reina sin pecado
que en el mundo jamás se oyó decir
que ninguno después de requerir
vuestro socorro, fuera abandonado.
Desta confianza tímida animado
también yo traigo al trono de zafir
triste pasado, incierto porvenir
huérfano corazón desamparado.
Virgen Madre de vírgenes y mía
no desechéis mis súplicas, clemente
pía y dulce María.
Antes bien, inclinando amablemente
materno oído a la boca bravía
romped de un golpe fabulosamente
las cadenas de mi melancolía.

