
ECLIPSE
Frío de altares llenos de inmundicia,
homilías cargadas de veneno,
encíclicas bastardas, herejías
y execrables rituales bajo el cielo.
Sacrilegios, diabólicas agendas
incubadas en cónclaves malditos,
pastores exultantes de anatemas
que carcomen el sacro contenido.
Mentiras, subterfugios, trampas, lazos,
de un corrupto y perverso magisterio
que retiene a su grey bajo el engaño
de un mundano y apócrifo evangelio.
Sínodos de taimados burladores
de Cristo y de Su Iglesia. Viles misas.
Adoración de pan. Consagraciones
y sacramentos vanos como espinas.
Es el hombre elevándose a sí mismo
a un olimpo sincrético y pagano
donde habrá de reinar el Anticristo
mientras Nuestro Señor es humillado.
Roma: nefasto eclipse de la Iglesia,
de la Iglesia de Cristo que hoy perdura
–de acuerdo a Su inviolable y fiel promesa–
en contadas y sacras catacumbas.
¡Salid de en medio de ellos, que ya es hora
de despertar de nuestro amargo sueño!
Y no miréis atrás. Ha muerto Roma.
Que los muertos entierren a sus muertos.
