Sociedad Ecuatoriana Tradición y Acción Pro Cultura Occidental

Oración inicial para todos los días
¡Oh!, Santísima Virgen María, Reina y Madre de El Buen Suceso, que te dignaste en manifestar a través de la Sierva de Dios Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita fundadora del Monasterio de La Inmaculada Concepción de Quito, la incomparable ternura de Vuestro Inmaculado Corazón; dejándonos maternales mensajes de salvación regeneración. Confiados y agradecidos de las inagotables bondades de Vuestra Misericordia, venimos a Vuestras Plantas para rendiros el tributo de nuestro amor y veneración.
Haced que vuestras palabras nos otorguen orientación y seguridad en medio de la actual confusión de los espíritus, para convertirnos en hijos fieles de la Santa Iglesia, dignándote alcanzarnos buenos sucesos para salvación de nuestras almas y de Vuestro querido Ecuador.
Así sea.
Séptimo Día
El Niño de la Cruz
Y Jesús crecía en sabiduría y en edad, y en gracia delante de Dios y de los hombres. (Lucas 2:52)
Capullo hermosísimo y adorable, el Niño Jesús del Pichincha nos presenta a Jesús en los albores de su juventud.
Quiso su Madre, la Reina de El Buen Suceso, que la adolescencia de su Santísimo Hijo sea honrada en el Ecuador; tal vez el primer país en el mundo en tener tal honor.
Porque a Jesús se le había honrado en su infancia, en su apostolado, en su pasión y en su resurrección, pero no en su temprana juventud.
Joven Dios, Rey y Hombre… la tierna sonrisa de su faz embarga de amor y deleita suavísimamente el alma.
Es al Divino Corazón de este hermoso Niño, Quien sobre el monte Pichincha quiso beber el cáliz amargo de la crucifi xión por los pecados del Ecuador. Al que dos siglos después se consagraría nuestra nación, como nuestra Madre de El Buen Suceso nos anunciara.
Amemos al Niño Jesús del Pichincha y amemos a Nuestra Señora de El Buen Suceso, honrémoslos de corazón, pues Ellos, un día no muy lejano, salvarán al Ecuador como nos lo han revelado.
Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V: Santísima Virgen de El Buen Suceso.
R: Ruega por nosotros.
V: Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R: Ruega por nosotros.
Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su Misericordia−como lo había prometido a nuestros padres− en favor de Abraham y su descendencia para siempre.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración Final para todos los días
¡Oh! Señora del Buen Suceso, que con mirada de predilección consideráis al Ecuador atended a la tristeza de los días que atravesamos, caracterizados por la entera confusión de los espíritus.
Nuestros corazones se vuelven hacia el vuestro en la búsqueda de una luz, una ayuda, un aliento.
Que todos nos empeñemos más que nunca en invocaros como Madre de El Buen Suceso, con la esperanza de que así apresuréis para nosotros, perturbados y
confundidos, el camino de luz que nos conduzca, en medio de las tinieblas, a vuestro Divino y Adorado Hijo.
Así sea.
