NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO

Sociedad Ecuatoriana Tradición y Acción Pro Cultura Occidental

Oración inicial para todos los días
¡Oh!, Santísima Virgen María, Reina y Madre de El Buen Suceso, que te dignaste en manifestar a través de la Sierva de Dios Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita fundadora del Monasterio de La Inmaculada Concepción de Quito, la incomparable ternura de Vuestro Inmaculado Corazón; dejándonos maternales mensajes de salvación regeneración. Confiados y agradecidos de las inagotables bondades de Vuestra Misericordia, venimos a Vuestras Plantas para rendiros el tributo de nuestro amor y veneración.
Haced que vuestras palabras nos otorguen orientación y seguridad en medio de la actual confusión de los espíritus, para convertirnos en hijos fieles de la Santa Iglesia, dignándote alcanzarnos buenos sucesos para salvación de nuestras almas y de Vuestro querido Ecuador.

Así sea.

Segundo Día

¡Soy María de EL Buen Suceso!
Un buen suceso se obtiene cada vez que luego de una ardua labor, transformamos las cosas difíciles en los resultados esperados. A lo largo de cuatrocientos años, la Madre de Dios, en su advocación prodigiosísima de Nuestra Señora del Buen Suceso, ha sido fi el refugio en las mayores necesidades y ha obtenido señalados portentos y especiales gracias para el pueblo ecuatoriano.

El Ecuador y el mundo, entregados hoy al banquete de las pasiones, extraviados en la noche oscura del error y navegando en los días trágicos del naufragio de los principios de la Santa Iglesia, tendrán como sustento en la Fe, como último rayo de esperanza, precisamente a la Santísima Virgen del Buen Suceso.
Es Ella, la Reina y Soberana de la República del Ecuador, la cual -regida siempre bajo su cetro y báculo pastoral- se salvará moralmente bajo la égida de tal gobernadora.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V: Santísima Virgen de El Buen Suceso.
R: Ruega por nosotros.
V: Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R: Ruega por nosotros.
Magníficat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su Misericordia−como lo había prometido a nuestros padres− en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amén.


Oración Final para todos los días
¡Oh! Señora del Buen Suceso, que con mirada de predilección consideráis al Ecuador atended a la tristeza de los días que atravesamos, caracterizados por la entera confusión de los espíritus.
Nuestros corazones se vuelven hacia el vuestro en la búsqueda de una luz, una ayuda, un aliento.
Que todos nos empeñemos más que nunca en invocaros como Madre de El Buen Suceso, con la esperanza de que así apresuréis para nosotros, perturbados y
confundidos, el camino de luz que nos conduzca, en medio de las tinieblas, a vuestro Divino y Adorado Hijo.

Así sea.