
Descenso
El hombre abominó lo sacrosanto
y en su delirio por perder altura
desmanteló su propia arboladura
y acabó naufragando en el espanto.
***
Le cerró a Dios su puerta a cal y canto
y orondo de su propia sepultura
creyó en lo material hallar la cura
y el fin de su tristeza y de su llanto.
***
Renuente a insinuaciones celestiales
trató de construir su paraíso
sobre la lengua de una llamarada.
***
Y al fin, ebrio de instintos animales,
vio estrellarse su alma contra el piso
de un universo que sin Dios no es nada.
