Tú eres
Tú eres, Señor, mi Dios, Tú mi tesoro,
Tú mi perla, mi roca y mi destino,
Tú la luz al final de mi camino,
mi pan de vida y mi altar de oro,
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Tú el que enjuga mi rostro cuando lloro,
Tú el que guía mi andar de peregrino,
Tú la voz que transformas mi agua en vino,
Tú la divinidad a la que adoro.
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Tú eres mi bien, mi dicha y mi ventura,
y la esperanza de llegar a verte
se torna cada día en mí más fuerte
ante el acoso de la sepultura.
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Y eres en mi camino hacia la muerte
Tú mi velamen y yo la arboladura.
