Llegó la hora
Llegó la hora inexorable y cruda
de escoger entre Cristo o satanás.
Y ante la acometida de la duda,
¿tú a quién te unes?, ¿qué esperas?, ¿dónde vas?
***
¿Seguirás dormitando encadenado
a los vacuos placeres de una tierra
cargada de maldad y de pecado
o te levantarás en pie de guerra?
***
¿Te irás tras el ejército insolente
de falsos semidioses y de estultos
que rugen contra el cielo cual torrente
y son tan solo muertos insepultos?
***
Sacude pues, el polvo del calzado
contra la iniquidad del enemigo
si no quieres ser vaso malogrado
y sempiterno objeto de castigo.
***
¡Despierta! Ya las hojas de la higuera
prenuncian una lucha encarnizada.
Elige, pues, al punto tu bandera:
¡O es Cristo o es la eterna llamarada!

