PADRE LEONARDO CASTELLANI: DIRECTORIALES DE JAUJA

N° 1 – Enero de 1967
JAUJA

¡Una nueva revista! — Sí, en verdad, Revista nueva.

Es una empresa como cualquier otra. La hemos aceptado, con temor y temblor, para que puedan escribir muchos que no tienen dónde publicar, y no son lo peor del país, muy al contrario; y que puedan leer los que no tienen en otras revistas dónde leer — algo útil o necesario. Deus faxit — que Dios lo haga.

Tiene muchas dificultades; ellas se superarán gracias a las buenas ideas y ánimo generoso de un paisano mío, D. Amílcar Renna; y a Dios que me dará un año más de vida hasta que se consolide; después…

«forse altri canterà con miglior plettro».

La suscripción corre desde el número de enero 1967 al de enero 1968. Una primera dificultad risible fue la de encontrar nombre. No te aburriré, lector amigo, con la lista de 13 nombres que inventamos para encontrarlos después «registrados». ¿Quién demonios registra en el país todos los nombres buenos? Hasta el nombre guaraní ÑANDEYARA, que yo creía ningún judío había de conocer, estaba «patentado» por una marca de yerba. El que más me gustaba era MI HOJITA, nombre de otra revista que intenté hace dos años y fracasó por faltar entonces un Amílcar Renna.

Copiaré el ex-prólogo, que no viene mal aquí:

MI HOJITA
(Empresa no de lucros)

Es mía y tuya, lector; por eso se llama así.

Es mía porque yo la hago, yo la pago, yo la expendo y yo la vendo; al público por ahora; después se verá si se puede vender al capitalismo internacional; y retirarnos a reposar a Punta del Este con un buen «toco».

Es tuya porque está a tu servicio de un modo más que desinteresado — si se puede decir. Fuera de bromas.

«Al pueblo hay que defenderlo aun contra su voluntad y aun contra sí mismo», —dijo uno— «como a los chicos».

No es verdad. A los pueblos hay que enseñarles en todo caso a no ser chicos.

Parte del pueblo hoy día no desea otra cosa sino que lo dejen no pensar claro, no preocuparse, y «ganar guita». Este sí es un deseo de chico que planea «afanarse» el tarro de jalea. No conseguirá la jalea y le afanarán hasta la camisa. Y terminará cretinizado.

No es política esta hojita: en el sentido vulgar de «política»; o sea, politiquería.

Para eso no servimos. Tendrá dentro o detrás «ciencia política», puede ser: eso hemos estudiado algo.

El primer problema que hay que resolver aquí es el político; de él dependen los otros. Es ahora difícil e intrincado, en las obras; teóricamente, es fácil. Pero del dicho al hecho… hay que tomar el Subte.

Dicen: «Déjenos en paz. El país va adelante. Illia no hará nada; pero el país sigue. Se vive».

El país no sigue; y se vive mal; para no decir sino una sola palabra, la justicia legal claudica, la justicia social no vige, la justicia distributiva no existe y todas las justicias están en quiebra, barridas por una ola de iniquidades y «tolerancias». Un país en ese estado, zozobra; y después naufraga. Sin justicia no hay país.

El reino inexpiable del dinero.

Así que caigo de nuevo a mi vieja profesión, creyendo que Dios lo quiere. Si no lo quiere, ya me hará dar un buen cabezazo contra la pared del Reino Inexpiable.

Nunca fui periodista del todo: el periodismo es una actividad febril, frívola y un poco sucia; aunque nada impide que un hombre honrado, ayudando Dios, pueda ejercerla por un tiempo, vestido de limpiachimeneas, o cloaquero de 3ª clase.

¡Otra vez a la antigua miseria, otra vez tratando de seguir el hilo de los sucesos, aunque más no sea para acabar de convencernos que los sucesos volanderos no nos siguen a nosotros!

Lector, tienes en tus manos una hojita honrada.

Si la ayudas, de cualquier modo que sea, no quedarás sin recompensa.

“Yo os puse para que andéis, y trabajéis, y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”.