RESPUESTA DE LA SEMANA

EN HONOR A LA VERDAD

59340c7698ef7c4bcf4fac13bb311d38

¿Hizo Jesucristo progresos en la ciencia adquirida o experimental?

Respuesta

Por parecer inaceptable que le falte a Cristo una operación natural de la inteligencia

Fundamento doctrinal

Suma teológica

Parte IIIª

Cuestión 12ª

Artículo 2º

Objeciones por las que parece que Cristo no hizo progresos en esta ciencia:

1ª. Así como conoció Cristo todas las cosas por la ciencia beatífica y por la ciencia infusa, así también las conoció mediante la ciencia adquirida, como es claro por lo ya dicho en el artículo 1º. Pero en aquellas ciencias no hizo progresos. Luego tampoco en ésta.

2ª. El progresar es propio de lo imperfecto, porque lo perfecto no admite adición. Pero no cabe suponer en Cristo una ciencia imperfecta. Luego Cristo no hizo progresos en la ciencia adquirida.

3ª. Dice el Damasceno: Los que dicen que Cristo creció en sabiduría y en gracia como recibiendo un incremento de las mismas, no dan muestras de respeto y veneración por la unión hipostática. Pero es impío no venerar tal unión. Luego resulta impío afirmar que su ciencia se acrecentó.

Contra esto: está lo que se lee en Lc., 2, 52: Jesús crecía en sabiduría, y edad, y gracia ante Dios y ante los hombres. Y Ambrosio comenta: Crecía en sabiduría humana. Pero sabiduría humana es la que se adquiere al modo humano, a saber, mediante la luz del entendimiento agente. Luego Cristo hizo progresos en esta ciencia.

Respondo: Existe un doble progreso en la ciencia:

El primero, en cuanto a la esencia, a saber, conforme aumenta el mismo hábito.

El segundo, en cuanto al efecto; si, por ejemplo, uno expone a los demás, mediante un mismo e igual hábito científico, primero lo más fácil, y luego lo más difícil y sutil.

En este segundo sentido es claro que Cristo progresó en ciencia y en gracia, lo mismo que creció en edad, porque, a medida que crecía en edad, realizaba obras mayores, que revelaban una mayor sabiduría y gracia.

Pero, en relación con el propio hábito científico, es evidente que el hábito de la ciencia infusa no aumentó en Él, puesto que, ya desde el principio, tuvo plenamente toda la ciencia infusa. Y mucho menos pudo aumentar en Él la ciencia bienaventurada. Y que la ciencia divina no puede aumentar, ya está dicho con anterioridad en la Primera Parte (q. 14, a. 15, ad 2).

Por consiguiente, en caso de no existir en Cristo, además del hábito de la ciencia infusa, un hábito de la ciencia adquirida, como opinan algunos, y como a mí en otro tiempo me pareció, ninguna ciencia hubiera aumentado en Cristo en cuanto a su esencia, sino sólo por la experiencia, esto es, por comparación entre las especies inteligibles infusas y las imágenes.

Y, en este aspecto, dicen que la ciencia de Cristo progresó mediante la experiencia, es a saber, contrastando las especies inteligibles infusas con los nuevos datos adquiridos a través de los sentidos.

Pero, por parecer inaceptable que le falte a Cristo una operación natural de la inteligencia, como es la de obtener las especies inteligibles partiendo de las imágenes, operación que el hombre realiza naturalmente por medio del entendimiento agente, parece conveniente poner también en Cristo tal operación.

Y de ahí se sigue que en el alma de Cristo hubo algún hábito científico que, a través de esta abstracción de las especies, pudo progresar, ya que el entendimiento agente, después de abstraer las primeras especies inteligibles de las imágenes, podía abstraer otras.

Respuesta a las objeciones:

1ª. Tanto la ciencia infusa del alma de Cristo como la ciencia beatífica fueron efecto de un agente de potencia infinita, que puede realizarlo todo de una sola vez. Y por esto no hizo Cristo progresos en ninguna de esas ciencias, sino que las tuvo plenamente desde el principio. Pero la ciencia adquirida proviene sólo del entendimiento agente, que no lo hace todo de una vez, sino sucesivamente. Y por eso según esta ciencia no conoció Cristo todas las cosas desde el principio, sino paulatinamente y después de cierto tiempo, es a saber, en la edad perfecta. Lo que resulta manifiesto al decir el Evangelista (Lc., 2, 52) que crecía a la vez en sabiduría y edad.

2ª. También esta ciencia experimental fue siempre perfecta en Cristo con relación a su edad, aunque no fuese perfecta en absoluto y esencialmente. Y por eso pudo hacer progresos.

3ª. La afirmación del Damasceno hay que entenderla respecto de quienes afirman, de manera absoluta, que se produjo un aumento de la ciencia de Cristo, es a saber, de la ciencia en todos sus modos, y especialmente respecto de la ciencia infusa, que en el alma de Cristo es causada por su unión con el Verbo. Pero no alude al aumento de la ciencia causada por un agente natural.

 

De un total de 70 respuestas:
35 contestaron SI –  50 %
34  contestaron NO – 48.57 %
1  contestó OTROS – 1.43 %

Según esta estadística la mayoría contestó erroneamente.

Insistimos en la importancia de conocer la doctrina de nuestra Iglesia para conservar intacta nuestra fe como nos ha sido mandado por Nuestro Señor y, de esta manera, no correr el riesgo de ser engañados por los errores, que pueden llevarnos a una eternidad sin Dios.