CONTEMPLATIVOS EN ACCIÓN
Cuando logres extraer de cada instante
una nueva conclusión, otra enseñanza
y defiendas la verdad a capa y lanza
y tu afán por superarte sea incesante;
cuando logres avanzar hacia el futuro
sin dejarte rezagar por el pasado
apacible con la cruz que te ha tocado
a sabiendas que la muerte es sólo un muro;
cuando, lleno del amor que desconoce
el que vive acrecentando su ambición,
guardes siempre tu sereno corazón
impregnado del Señor y de su goce;
cuando seas emisario de la lumbre
y con noble comprensión de buen cristiano
lleves fuego de tu antorcha hasta el hermano
que ha extraviado su camino hacia la cumbre;
cuando envuelto en el pantano del quebranto
no pronuncies más que frases de optimismo,
cuando forjes un respeto por ti mismo
y respetes a los otros en tu canto;
cuando en medio del fragor de la tormenta,
tengas claro que el horror que te amenaza
es que Dios quiere bruñirte la coraza
con el golpe que su prueba representa;
cuando trates de encontrar la solución
de un problema sin quedarte en la protesta
y decidas mantener firme y enhiesta
la bandera de tu credo y tu razón;
cuando envuelto en mil doctrinas atrayentes
que prometen ser mejores que ninguna
las estudies impasible, una a una,
sin dejarte atropellar por sus corrientes;
cuando observes la maldad glorificada
sin que tiemblen los cimientos de tu fe
convencido de que Dios todo lo ve
y te espera cuando acabes tu jornada;
cuando, más que amilanarte la caída,
sea una espuela que te lleve a incorporarte
y retornes a la carga sin quedarte
estancado en el lamento y en la herida;
cuando lleno de un coraje decisivo
te propongas ascender como el incienso,
cuando honres y agradezcas este inmenso
privilegio de existir y de estar vivo;
hallarás que no habrá nada que te asombre
por potencia, dimensión, profundidad
y serás poseedor de la verdad
que une más el hombre a Dios y hace más hombre.
