CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN
Esta poesía popular viene de la España del Siglo de Oro; y en esa tradición hispano-católica encontramos el fondo mismo del alma nacional, que muy poco debe al barbarismo precolombino, tan reivindicado por los revolucionarios.
Los Cantares son trasunto del alma española de la época colonial; todos ellos revelan una tradición poética nacida al arrullo del romance clásico, que los soldados y misioneros de la España grande de los siglos XVI y XVII trajeron al Nuevo Mundo.
El deber de la hora actual es salvar esa cultura y reanudarla.
Por esta razón, entregamos al pensamiento católico estos florilegios, con el deseo de que muchos jóvenes recojan este tesoro poético, y reanuden la honrosa tradición de cultura bruscamente interrumpida por la irrupción de una civilización tan brutalmente material que ha olvidado el significado esencial de la vida cristiana, e incluso ya de la simplemente humana.
AGUA SEÑOR

Agua señor
la pide el pecador
del azote de la seca
¡Misericordia Señor!
El mejor hijo se ofrece
por el hombre pecador
¡Válganos Señor tu sangre!
¡Misericordia Señor!
La inocencia que te clama
al lado del pecador
padece y llora sus culpas
hambre; tristeza y dolor.
De ti, Señor, la inocencia,
de ti el cordero mejor,
por aquella blanca hostia,
implora vuestro favor.
La tierra y las plantas te esperan,
verde será tu favor.
Abrid Señor tus entrañas
y perdona al pecador.
De vos, soberana Reina,
esperamos el consuelo,
las lágrimas de tus ojos
se vuelvan agua del cielo.
Agua señor
la pide el pecador
del azote de la seca
¡Misericordia Señor!
