NOVENA DEL GLORIOSO PRÍNCIPE Y ARCÁNGEL SAN RAFAEL – DÍA SEXTO

Médico y medicina de los dolientes,
Guía y Defensor de los caminantes,
Abogado y Protector de los pretendientes,
Consuelo y Alivio de los afligidos.

Por la señal, etc…

ACTO DE CONTRICIÓN

Para todos los días

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, mi poderoso Criador, mi dulce Padre y mi piadosísimo Redentor: aquí tenéis postrado a vuestros pies a este hijo pródigo, que tantas veces ha malogrado el patrimonio de vuestra gracia con enormes pecados.

La confusión cubre mi rostro, Dios mío, y apenas me atrevo a levantar mis ojos para miraros, aterrado con el asombroso número de mis pecados. Mas, ¿a quién iré, bien mío, sino al que me dio el ser y derramó por mi toda su sangre? Sí: me levantaré y me iré al Padre, os digo como aquel pródigo. A Vos, pues, vengo, cierto que me esperáis con los brazos abiertos para abrazarme y regar con dulces lágrimas mi cuello. Si para esto queréis también mi llanto, de sangre viva quisiera yo formarlo, y daros con esto un testimonio de mi verdadero arrepentimiento. Dad Vos Señor firmeza a mis buenos propósitos, para que, dejando ya de ser demonio por los vicios, sea por las virtudes un Ángel puro, semejante a vuestro querido Arcángel San Rafael.

A Vos, pues, me dirijo, Príncipe gloriosísimo y Ángel de la salud Rafael, para que a la vista de vuestras virtudes y excelencias salga con vuestra protección del abismo de mis vicios y miserias, y merezca con esto el favor que solicito en esta novena, y que espero de aquella vuestra gran clemencia y fondo de caridad, que forma vuestro carácter. Amen.

DÍA SEXTO

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SAN RAFAEL CONDUCTOR DE LOS CAMINATES

Pasma verdaderamente la cariñosa solicitud que manifestó el gran San Rafael en ofrecerse por compañero de Tobías, y seguirle en todos los puntos de su famoso viaje y peregrinación.

Disimulando la alta dignidad de su carácter y transformado en un joven viajero con el nombre de Azarías para hacerse más franco y familiar, ¿qué dulzura no usa en su trato?, ¿de qué riesgos no le preserva?, ¿qué bienes no le alcanza?, ¿y qué saludables preceptos y máximas no le inspira?

De esta manera, mientras es su guía y conductor por los caminos de la tierra, es al mismo tiempo un sabio Mentor, que le ilustra e instruye, enseñándole el verdadero camino que lleva a la eterna vida. Y verdaderamente, como dice San Gregorio, mientras vivimos en el mundo estamos como en camino, con que nos dirigimos a la Patria; que por esto somos llamados viadores.

¡Dichoso y afortunado el hombre que, desviándose del camino de la iniquidad y perdición, elige aquel que guía a la morada feliz de los bienaventurados! ¡Y mil veces también dichoso el que logra para esto un conductor tan diestro y artificioso como San Rafael!

Seguro podrá estar con tan buen compañero de no tropezar en los continuos obstáculos que se atraviesan por este camino, y llegar prósperamente al fin de tan crítica e interesante jornada.

Medítese un poco y pídase el favor que se desee alcanzar.

 

COLOQUIO

A Vos invoco, dulcísimo San Rafael, mientras que voy viajando por la peligrosa carrera de esta frágil y deleznable vida. Más tímido e inexperto que el mozo Tobías, preciso será que os dignéis asirme de la mano, para que no dé en algún horrible precipicio.

Por todos los puntos de este camino hay ladrones y asesinos, que están continuamente asechando, para hurtarme el oro de las virtudes y hasta la vestidura de la gracia, y quitarme con esto la vida del alma, que es la única verdadera vida.

Se hallan con frecuencia caminos espaciosos y amenos, cubiertos de flores y de varios hechizos a que se nos llama con mil lisonjeros atractivos de honras, riquezas y placeres.

De otra parte se presentan lugares desiertos, montes escabrosos y ardientes arenales, que ponen miedo y horror de solo verlos.

¡Cuán fácil es atendida nuestra innata propensión a lo agradable, andarse por los caminos deliciosos, y volver las espaldas a los arduos! Y sin embargo estos son, en boca de la Verdad Eterna, los que guían a la vida, mientras que aquellos tienen por remate la muerte en la sombría región del llanto sempiterno.

Tenedme, pues, siempre de la mano,  Santo Ángel conductor, y obligadme, aunque me cueste la vida, a seguir siempre los que tienen por término la eterna vida.

Y para obligaros, unido mi espíritu con las tres Jerarquías de los Ángeles, saludo a la Sacrosanta e individua Trinidad con tres Padre Nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri.

ORACIÓN

(Para todos los días)

Excelentísimo Príncipe del Empíreo San Rafael, Ministro del gran Rey, celador de su honra, protector de la castidad, patrono de la limosna y oración, conductor de los caminantes, libertador en los peligros, auxilio cierto en las necesidades, iluminador de los ciegos, y médico universal de todas las enfermedades, a vos clamo, y a la sombra de vuestro patrocinio acudo, para que os dignéis sostenerme en todos mis peligros, consolarme en todas mis tristezas, dirigirme en todos mis apuros y remediarme en todas mis necesidades.

Vos reunís todas las prerrogativas de los nueve coros angélicos; tenéis la pureza y el candor de los demás Ángeles; sois Embajador de las cosas grandes, como los Arcángeles; sobre Vos descansa Dios como en los Tronos; con las Dominaciones señoreáis los ánimos; con los Principados veláis sobre Reyes y reinos; enfrenáis los demonios con las Potestades; obráis estupendos milagros como las Virtudes; en Vos, finalmente, se ven brillar las luces de los Querubines y arder las amorosas llamas de los espíritus Seráficos.

Ya, pues, que residen en Vos tanta grandeza, poder y gloria, usad de vuestra generosa beneficencia con esta inútil criatura, que aunque frágil, al fin os ama con dulce pasión, para que sea feliz en tiempo y eternidad. Amen.