Ranchera
ALMA DE PIE DE GALLO
Ángel L.M Salvat
La comadre Rosa puede detectar un montón de herejías que muchos [“papas”, obispos] doctores en teología, filósofos, psicólogos, políticos y otros numerosos lobos disfrazados de oveja están tratando de sembrar a los cuatro vientos.
En una época de desorientación como la que vivimos, en la cual todas las ideologías y los utopismos se arrogan el derecho de imponer coactivamente sus esquemas de laboratorio a una realidad que desconocen y que no pueden entender desde el mundo de ficción en que se desenvuelven sus lucubraciones, las reservas de sentido común, lucidez mental y sensato realismo van quedando atrincheradas en la gente sencilla; en quienes, si bien no han tenido mucha escuela, han aprendido los principios fundamentales de la verdadera filosofía, leyendo en la naturaleza, asimilando la experiencia de una vida sana y regida por las elementales normas de moral, justicia y libertad que impregnan nuestra tradición cristiana.
Y es así como hoy, la comadre Rosa, sin poseer ningún título universitario ni ningún estudio especializado, puede detectar, con la fina sensibilidad y la inocente candidez de las almas sencillas, un montón de herejías que muchos doctores en teología, filósofos, psicólogos, políticos y otros numerosos lobos disfrazados de oveja están tratando de sembrar a los cuatro vientos.
¡Cómo toman realidad en este caso las palabras del Evangelio, San Lucas 10, 21: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo y se las has revelado a los humildes y pequeños.”!
Bien haiga comadre Rosa,
Con los curas progresistas,
Se han sacado la sotana,
No usan tonsura ni agua bendita.
Ya no rezan el Rosario
Por las almas pecadoras
Y en lugar de la oración,
Usan ametralladora.
No hablan de los Mandamientos
Ni de que el Demonio exista;
Ya no hay más virginidad,
Se ha inventado la pildorita.
Resulta que Dios no vino
A salvar a las criaturas;
Vino a componer el mundo
Con ese bendito cambio de estructuras.
A la Virgen la arrinconan,
No predican sus virtudes;
Ave María Purísima,
A defendernos por qué no acudes.
Mire mi comadre Rosa,
Esto no es cosa del Cielo;
Esto tiene olor a azufre
Y me tiembla el alma siempre que lo huelo.
El otro día fui a la Iglesia
A rezar diez Padrenuestros,
Los Santos se han disparao
Y hasta el altar ha volao al Cielo.
Dicen que la Confesión
Hoy en día no hace falta,
Un buen arrepentimiento
Le arregla el alma, con eso basta.
A Cristo me lo presentan
Como un hombre cualquiera;
Parece que nuestra Fe
No es la única verdadera.
La Iglesia se llena’e gente
Como si fuera una feria;
Se acabó todo el decoro
Y la indecencia ya es cosa seria.
A Jesús Sacramentado
Lo han dejao en una orilla;
Ahora son más importantes
La subversión junto a la guerrilla.
Mire mi comadre Rosa,
Esto no es cosa del Cielo;
Esto tiene olor a azufre
Y me tiembla el alma siempre que lo huelo.

