¡CUIDADO! ¡ATENCIÓN!

EL OBISPO DE KENT GIRARÁ A LA IZQUIERDA

Ya he advertido en numerosas oportunidades que cuando el Obispo de Kent “pone el guiño a la derecha” eso indica que girará bruscamente a la izquierda…

Ahora bien, en su Comentario Eleison 415, el Obispo que nunca se retracta incrusta una serie de frases que indicarían una clara intención de conducir su iniciativa hacia la derecha…

Por lo tanto, hay que prevenir su repentino giro a la izquierda, como ya nos tiene acostumbrados.

Leamos dichas frases:

¿Cómo pueden apóstatas brindar tal otorgamiento?

Los Católicos nunca podrán procurarse su vida espiritual de la corrupción de los corruptos oficiales de Iglesia.

Los Católicos que desean mantener la fe deben permanecer bien alejados de estos Romanos.

… para defender la Fe no solamente debería la Fraternidad no estar hablando con los oficiales Conciliares sino que debería, con todo respeto y caridad, estar huyendo de ellos como de la plaga, por miedo a ser infectada ella misma con los peligrosísimos errores infecciosos Conciliares…

Roma conoce exactamente cómo tratar con la Fraternidad: enviar obispos Conciliares dentro de sus seminarios de ella para mostrar a sus futuros sacerdotes cuán agradables son los hombres de la Neo-Iglesia Conciliar. Entonces, sin problema, la Fraternidad fluirá eventualmente dentro de la Neo-Iglesia.

La FSPX no tiene ningún derecho a pedir nada de lo que sea a estos oficiales Romanos, que tienen la autoridad tal vez, pero son apóstatas ciertamente.

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En concreto, el Obispo que nunca se retracta expresa con firmeza que los oficiales Romanos:

Son ciertamente apóstatas.

Tal vez tienen la autoridad (hay que resaltar este“tal vez”, el cual indica una duda).

Pero no pueden brindar el reconocimiento de la Fraternidad, porque son apóstatas.

Hay que permanecer bien alejados de ellos.

Ni siquiera hay que hablar con ellos.

Y mucho menos recibirlos en los Seminarios.

¡Buah! ¡Es claro y neto de que está indicando que doblará hacia la derecha!

Sin embargo, conociendo bien al Obispo de Kent, uno tiene derecho a preguntar:

¿Desde cuándo el señor Obispo tiene la convicción de que los oficiales Romanos son ciertamente apóstatas?

¿Cuándo ha llegado el señor Obispo a la conclusión que esos apóstatas no pueden brindar el reconocimiento de la Fraternidad, latan preciada regularización…?

¿AcasoDecimejorge sí podría brindarle la autorización para fundar una sociedad, a punto tal que, si lo pusiese por escrito, el Obispo de Kent estaría en el próximo avión hacia Roma?

¿Cuándo ha tomado la decisión de permanecer bien alejado de los apóstatas romanos y ni siquiera hablar con ellos?

Insisto en que uno tiene derecho a formular estas preguntas, y muchas otras más, porque la realidad prueba que el Obispo que nunca se retracta, nunca se ha retractado, entre otros tantos errores, de lo siguiente:

Haber llevado a cabo, en cuanto director de un Seminario, las dos cruzadas de Rosarios para presentar a los apóstatas romanos el pedido de la “liberación de la Misa” y el “retiro del Decreto de declaración de la excomunión”.

Haber pedido a los apóstatas romanos el “levantamiento de la excomunión”.

Haber recibido de los apóstatas romanos el Motu proprio y el levantamiento de la excomunión.

Haber agradecido a los apóstatas romanos dichos documentos.

Haber justificado las discusiones doctrinales con los apóstatas romanos.

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Dejo para el final comentar esta frase kentiana:

Roma conoce exactamente cómo tratar con la Fraternidad: enviar obispos Conciliares dentro de sus seminarios de ella para mostrar a sus futuros sacerdotes cuán agradables son los hombres de la Neo-Iglesia Conciliar. Entonces, sin problema, la Fraternidad fluirá eventualmente dentro de la Neo-Iglesia.

Para comprender la importancia de la advertencia del Obispo que nunca se retracta recordemos dos cosas:

1ª) Él ha reconocido haber invitado a un rabino judío para que hablara a los seminaristas de su Seminario de Estados Unidos.

En efecto, el rabino Schiller fue invitado para hablar con sus seminaristas en numerosas ocasiones. Y cada vez fue recibido con la mayor cortesía y respeto. En una ocasión, un seminarista llegó a dirigirse al rabino Schiller como «Padre». Los seminaristas tenían al rabino en tan alta estima que, antes de que el Arzobispo Lefebvre fuera a consagrar a varios sacerdotes de la FSSPX como obispos, buscaron al rabino para pedirle su opinión sobre el asunto.

La Fraternidad San Pío X no debería recibir a los apóstatas romanos en sus Seminarios. ¡Bien! ¡Guiño a la derecha!

Pero el futuro Obispo de Kent recibía a un rabino en su Seminario… ¡Giro a la izquierda!

2ª) Una vez terminada su misión, el 8 de diciembre 1987 Monseñor Lefebvre recibía en Ecône al cardenal Edward Gagnon, enviado por Roma para inspeccionar los lugares de formación y de culto de la Fraternidad San Pío X y sus Comunidades amigas.

Ese mismo día, Fiesta de la Inmaculada Concepción de María Santísima (no del inmaculado nacimiento…), el Director del Seminario de Estados Unidos de la Fraternidad San Pío X, el futuro Obispo de Kent, comprometió a sus seminaristas a rezar insistentemente por la tan preciada regularización canónica. He aquí sus palabras:

¡Recemos por la Fraternidad! Recemos especialmente por el Cardenal Gagnon, quien vuelve hoy al Seminario de la Fraternidad en Suiza, después de completar su visita de un mes en las casas de la Fraternidad en Suiza, Francia y Alemania. Recemos por él, para que cuando él redacte su informe sobre la Fraternidad dirigido al Santo Padre, él presente la verdad de tal modo que obtenga la aprobación del Papa. Recemos por el Papa, para que pueda hacer lo que debiera claramente hacer: dar la jurisdicción y un estatuto a la Fraternidad, la cual lo merece. Esto es absolutamente necesario para el bien de la Iglesia universal, sin hablar de la Fraternidad.