Vista habitual de la imagen milagrosa
En el calendario católico tradicional, la solemnidad de Nuestra Señora de Luján se celebra el sábado anterior al IVº Domingo de Pascua. Esto se puede ver aquí y aquí.
El 8 de Mayo de 1887 fue la fecha de la solemne coronación de la imagen de la Virgen de Luján por Monseñor León Federico Aneiros, Arzobispo de Buenos Aires, en nombre y representación del Sumo Pontífice León XIII, quien dispusiera esa prerrogativa de Nuestra Patrona a instancias del Padre Jorge María Salvaire, gran promotor de la devoción a la Virgen de Luján, y a cuyas órdenes dieran comienzo las obras de la gran Basílica donde se encuentra la imagen milagrosa.
La fecha referida, que no fue un sábado, sino el IVº Domingo de Pascua del año 1887, según vemos aquí, es la que eligió la iglesia modernista para cambiar la celebración, que dejó de ser siempre en sábado (día mariano por excelencia), para desplazarse a todo lo largo de la semana, según cómo caiga ese día.
Imagen original, despojada del manto con que se la reviste y protege periódicamente
En homenaje a la Patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay, publicamos en este día la payada en su honor, compuesta por el Padre Leonardo Castellani, e interpretada por el Padre Alberto Ignacio Ezcurra Uriburu.
Audio Mp3
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Payada a la Inmaculada Virgen de Luján
Aquí me pongo a cantar,
con cualquiera que se ponga,
la mejor, la gran milonga
que se habrá de perpetuar.
Entre La Pampa y el mar
y el que es mayor de los dos:
Cielo estrellado de Dios
donde sus santos están,
canto a la Flor de Luján,
canto a la Madre de Dios.
Dios hizo el cielo y el rayo,
hizo el sol, hizo la estreya,
hizo la Pampa sin güeya,
hizo al toro y al cabayo;
hizo al hombre, y aquí callo
porque fue su obra mejor.
Pero el Mandinga(1) traidor
conoció que era de barro;
pecó el hombre, rompió un carro
y se le enojó el Creador.
Y lo echaron de la estancia
pa’ la tierra del infiel
a tragar miseria y yel(2)
el que nació en la abundancia.
Pero su mesma inorancia
le dio compasión al Juez;
pensó un momento, y después
exclamó lleno de cencia:
“Se ha de cumplir la sentencia,
pero vuelta de al revés:
la muerte que al hombre aterra,
yo a Mí mesmo me la aplico:
Yo soy grande y me hago chico,
y siendo Dios me hago tierra;
Yo he de vencer esta guerra
con las armas que me dan,
porque vencer de rufián
no es cosa que a Dios le cuadre”;
y eligió para su Madre
a la Virgen de Luján.
Aquí hay misterios muy fieros,
aquí hay un pozo muy hondo;
yo m’ inorancia no escondo
ni me meto en agujeros:
aquí hasta los más matreros(3)
boleados quedarán,
y jamás entenderán,
porque es de cencia infinita:
eligió para Mamita
a la Virgen de Luján.
¡Miren qué humildá, qué empeño
el del Hijo de Dios Padre,
ir a elegir para Madre
en un pago tan pequeño!
El que es de este mundo el dueño
no se guía por las ropas:
pudo ir por la’ Uropas
a elegir las potentadas;
pudo sacar as de espadas
y sacó cuatro de copas.(4)
Y de que Dios la encontró
güena madre y cariñosa,
guapa, limpia, habilidosa,
y su corazón probó,
y al tiempo que la dejó
quiso hacer algo que asombre,
y le dijo: “Por mi nombre
y estando en esta Cruz triste,
Madre de Dios güena fuiste:
yo te hago Madre del hombre.”
Gaucho pampa ¿a dónde irías
si no tuvieras tal madre?;
vos que sos duro de encuadre
y de pocas teologías;
vos que te hayás estos días
guacho(5) en la tierra que hiciste;
te han quitao hasta el alpiste
para darte la instrución,
te han quitao el corazón
y te dan un libro triste.
Reina del Plata, Señora
del pobre criollo olvidado,
techo que nos ha quedado
contra esta yuvia invasora;
Estreyita para la hora
de la tormenta feroz,
mirá que se vuelve a Vos
mi alma que no desconfía,
porque si sos Madre mía,
sos también Madre de Dios.
Madre de Dios, Madre mía,
y no quiero saber más.
Haceme morir en paz
con Vos y con Dios, María,
y al filo de mi agonía
no recordés mis reveses;
recordá, en vez, cuántas veces,
y ya desde muy gauchito,
yo t’i rezao el Bendito,
la Salve y los Cinco Dieces…
Criollismos:

