Esta fábula de Tomás de Iriarte va dedicada a una hipotética habitante de ciudad del siglo XXI que mantiene la fe pero el acoso del modernismo la hace sentirse abandonada por Dios.
¿No debería tener cuidado con el «médico» a elegir?
El médico, el enfermo y la enfermedad.
Batalla el enfermo
con la enfermedad,
él por no morirse
y ella por matar.
Su vigor apuran
a cuál puede más,
sin haber certeza
de quién vencerá.
Un corto de vista
en extremo tal
que apenas los bultos
puede divisar,
con un palo quiere
ponerlos en paz:
garrotazo viene,
garrotazo va.
Si tal vez sacude
a la enfermedad,
se acredita el ciego
de lince sagaz;
Mas si, por desgracia,
al enfermo da,
el ciego no es menos
que un topo brutal.
¿Quién sabe cual fuera
más temeridad,
dejarlos matarse
o ir a meter paz?
Antes que te dejes
sangrar o purgar,
ésta es fabulilla
muy medicinal.
Tomás de Iriarte.
