
ASCENSIÓN MISTICA DE LA MONTAÑA DE LA PERFECCION
POR EL CAMINO DEL AMOR Y DE LA INFANCIA ESPIRITUAL
CANCIÓN 21
El Maestro divino,
de tal audacia tal prendado
Prodiga sus favores
a la niña gentil;
De otro mayor peligro
su Padre le ha salvado:
¿No veís el negro abismo,
cual boca de cubil?
El corazón más recio
temblará ante el abismo:
Mas, quien se muestra
humilde y pequeño, a la par,
Será siempre llevado
en brazos de Dios mismo
Y así las almas pueden
abismos franquear.

