
ASCENSIÓN MISTICA DE LA MONTAÑA DE LA PERFECCION
POR EL CAMINO DEL AMOR Y DE LA INFANCIA ESPIRITUAL
CANCIÓN 20
Por sus caídas leves
nunca se vió turbada;
Teresa las publica
doquier con humildad,
Al cuello de su Padre
se arroja confiada,
Y el Padre así la estrecha,
porque es todo bondad.
Ella tuviera, es cierto,
la misma santa audacia
Si mil pecados graves
tuviese que llorar;
El Corazón divino,
sabe que es mar de gracia
Y de perdón, ¡y nadie
vió el fondo de ese mar!

