OSKO: MENCHÉVÊQUES vs. BOLCHÉVÊQUES

Cuidado con confundirse…

700_dettaglio2_Papa-Francesco-Sinodo_1

MENCHÉVÊQUES vs. BOLCHÉVÊQUES *

* ÉVÊQUE: Obispo, en francés.

En el sitio web del Vaticano aparece una novedad que muestra bien claramente que Bergoglio sabe perfectamente lo que hace.

http://press.vatican.va/content/salastampa/en/bollettino/pubblico/2014/10/10/0746/03035.html

Si bien otros dan cuenta de esta información, de la que extractamos el aparte que colocamos a continuación, nosotros propondremos luego otra mirada:

«Los Padres Sinodales eligieron como miembros de la comisión redactora del documento final a un grupo de cardenales y obispos pertenecientes al ala católica, algo que cayó como un balde de agua fría en Santa Marta.
(Imposible resistirse de hacer el siguiente comentario: ¿Ala católica? ¿Y la otra ala qué sería…; el ala apóstata? La apostasía de la apostasía…, o más bien mera praxis revolucionaria. Es como si dijésemos: la Derecha de la Línea Media, o los Extremistas de Derecha de los Extremistas de Centro…).

El primer elegido fue el cardenal Burke, adalid de la posición conservadora. Es notable esta elección porque constituye un claro desafío a Bergoglio. Luego, el cardenal Sarah, de Guinea Ecuatorial y miembro de la Curia Romana; el arzobispo Léonard, primado de Bélgica; el cardenal Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y a quien Bergoglio le nombró el secretario que le boicoteó el cargo, y el cardenal Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara. Todos ellos son conocidos por sus posiciones conservadoras y ratzingerianas, claramente opuestos a los disparates francinquistas.

Bergoglio no se quedó atrás. ¿Qué hizo? Lo mismo que hicieron los Kirchner cuando perdieron el control del Consejo de la Magistratura, órgano indispensable para nombrar jueces adictos: cambiar su composición. Ayer nos enteramos que el Papa Francisco nombró motu proprio como miembros de esa Comisión a personajes fuertemente progresistas: el cardenal Ravasi, el cardenal Wuerl, arzobispo de Washington, Mons. «Trucho» Fernández, Rector de la UCA, Mons. Carlos Aguiar, presidente del CELAM, Mons. Peter Kang u-il, arzobispo de Seul y al P. Adolfo Nicolás, superior general de la Compañía de Jesús. Para mí.»

El anterior comentario es lo suficientemente ilustrativo de la situación y del estado de cosas a que queremos referirnos. Sin embargo no estará de más hacer ver que lo que hemos destacado en negrita en el mismo es de gran importancia, y debe ser meditado.

De todo ello nosotros sacaremos nuestras propias conclusiones que, por otra parte, son inmediatas y accesibles.

obispos-catolicos_655x438

Para nosotros se trata más bien de una guerra entre «orcos» de diferentes facciones; mejor todavía, se trata de bolcheviques versus mencheviques.

Cualquiera que haya leído las novelas «El señor de los anillos» y «La rebelión en la granja» podrá comprender perfectamente a qué nos referimos; pero para aquellos que no las han leído, brevemente aclaramos que en ambas novelas «los malos», es decir los revolucionarios, se pelean entre sí por el control de la guerra revolucionaria.

Es indudable que tal y como aconteciera hace ya más de cincuenta años en el CVII, la «élite» progresista es una minoría; no obstante, en aquella oportunidad y ahora también, manejan los hilos del poder; son astutos con el manejo de la información y tienen un plan que cumplen milimétricamente.

Algunos se rasgan los vestidos ante esta maniobra de Bergoglio; sin embargo no es tan sorprendente. Es más, era esperable.

Bergoglio es astuto y, si es cierto lo que se rumorea, esto es, que la mayoría conservadora logró imponer al «cardenal» Burke, conocido ultra… CONSERVADOR, al frente de la comisión que elaborará el documento final del SINODO, la jugada de Bergoglio se comprende, es perfecta.

Se trata de una jugada política y Bergoglio es un político, no un Papa.

Del mismo modo, hay una lista (como puede verse en la cita) de personas que fungen de lo que no son: Prelados de la Iglesia.

Pseudo-cardenales y pseudo-obispos, además del capo de los jesuitas que como puede verse, Bergoglio tuvo el «buen gusto» de incluir; todo un gesto seguramente para con la Logia de la que proviene…, la jesuítica.

Todos ellos creerán ser lo que dicen ser y que aparentan ser: hombres de religión, sacerdotes, obispos, cardenales…

Pero todos ellos (progresistas y conservadores), son exactamente lo mismo: MODERNISTAS Y CONCILIARES.

Todos ellos participan de modo PLURAL y DEMOCRÁTICO en estas reyertas internas de la Iglesia Conciliar.

Los conservadores, son nada más que eso, CONSERVADORES.

No hay allí, participando del SÍNODO, ni uno solo que se atreva a cuestionar el Concilio Vaticano II; además, todos ellos celebran el Novus Ordo Misae.

Todos ellos creerán seguramente profesar la Fe Católica. Suponemos que será así.

Ninguno se plantearía seriamente ni tan siquiera la más mínima duda respecto de su propio estado, ni respecto de las Doctrinas Conciliares, ni de Bergoglio.

En definitiva, lo que queremos decir es muy sencillo:

No es posible poner esperanzas en absolutamente ninguno de estos hombres. Se dirá… «En estos hombres no, en Dios que puede hacer que enfrenten a los progresistas de la banda de Bergoglio».

No es agradable tener que ponerse en la posición que necesariamente tenemos que asumir, para decir que se trata de un ENGAÑO.

Un engaño más.

Creemos que prevalecerá, finalmente, la «Banda de Bergoglio».

10-06-IG1801--rt.jpg_88717827

No obstante, aun si eso no ocurriera, si no lograran sus objetivos (yo creo que ya los han logrado, en realidad), solamente se trataría de un mero paliativo de retraso en lo que tiene que ver con el adormecimiento de las conciencias a lo largo y a lo ancho del mundo.

Es decir…, tendrán que avanzar un poco menos rápido de lo que pretendían, y eso será todo.

Pero no nos engañemos esperando que esos conservadores asuman una posición en contra de la reforma de la reforma de la reforma conciliar.

No importa quién sea el vencedor, en lo que bien llamábamos guerra de orcos, la GRAN APOSTASÍA esta consumada; y, si depende de lo humano únicamente, no habrá marcha atrás, porque no es el objetivo de ninguno de los bandos.

Que no nos seduzcan los cantos de sirena de los sectores conservadores que se afanan por sostener su propia posición, y que gritan desgañitándose en favor de estos personajes del conservadurismo conciliar.

Los HOY CONSERVADORES, defienden una posición que hace unos pocos años atrás era tan revolucionaria como lo es ahora. Son revolucionarios, sólo que se les nota un poco menos, por el contraste con Bergoglio y sus secuaces.

Ya se sabe que en el país de los ciegos, el tuerto es rey; y que al lado de la mujer barbuda del circo, cualquier señorita, no obstante sea zafia y medio chirusa, no se verá tan mal…, y menos si, para colmo, hemos tomado algunas copas.

Los del sector progresista, con Bergoglio y Kaspers a la cabeza, defienden una posición coherentemente revolucionaria, que propone mayores cambios. Diríase que se enfrentan las dos hermenéuticas, la de la CONTINUIDAD Ratzinegeriana y la del CAMBIO CONSTANTE y la RUPTURA.

Pero…, ¿cuál es el campo en el cual se enfrentan? Y…, ¿la CONTINUIDAD DE QUÉ defienden los sectores conservadores?

Para dilucidar el engaño baste decir que se enfrentan en el campo de lo PASTORAL. O sea, de la aplicación de las doctrinas. Y esas doctrinas son aquellas antiguas verdades católicas TAMIZADAS a través de Concilio Vaticano II.

Es decir, estas peleas ocurren dentro del esquema revolucionario inaugurado por el Concilio Vaticano II.

Las dos hermenéuticas propugnan lo mismo, con distintos ritmos y distintas profundidades. Una es más «rupturista» que la otra, porque, como ya se ha visto, el sector conservador, o «ala católica» como lo llaman (verdaderamente es esto muy gracioso), es RATZINGERIANO, según admiten los mismos conservadores.

Todo transcurre dentro del proceso DIALÉCTICO propio de la REVOLUCIÓN.

En definitiva, lo que vemos es un enfrentamiento entre sectores que podríamos denominar como mencheviques y bolcheviques, que de hecho de eso creemos se trata.

La revolución continuará, más allá del bando que finalmente prevalezca.

Mientras tanto, esta pelea sinodal posiblemente sea obra de la Providencia.

Es que quizás sirva para que ensimismados en sus batallas internas, los «orcos» se olviden por un tiempo de la Tradición, y haya un pequeño margen para que los que aún están dentro de la FSSPX abran por fin los ojos y puedan pegar el salto a tiempo.