
SONETO AL PADRE BASILIO MÉRAMO
Padre Méramo, docto y campechano,
moderno Marcel, sacerdote egregio,
aprovechaste bien el privilegio
con que Dios te dotó desde su arcano.
Bienhadado el devoto que en tu mano
caiga. Seguro sonará tu arpegio
con grandes sones de tu saber regio
consejo y lección jamás son en vano.
Confianza infundes al primer momento;
alzas la moral dando siempre aliento
haciéndonos ver que nada detiene.
Cual otro Atanasio siempre te muestras,
con saber profundo y dotes maestras;
¡Dichoso del fiel que hasta ti se viene!
Andrés Carballo
