P CERIANI: SEGUNDO COMENTARIO A LA DENUNCIA DEL P. MÉRAMO CONTRA MONS. TISSIER

LA INESCRUPULOSA FALACIA

DE MONSEÑOR BERNARD TISSIER

 

La correspondencia del Padre Basilio Méramo con Monseñor Bernard Tissier ha puesto al descubierto una falla importante, no rectificada, en la biografía de Monseñor Marcel Lefebvre.

Agradezco y felicito al Padre Méramo por haber intentado subsanar el error, y por haber hecho púbico ahora el debate epistolar con el inescrupuloso autor de la falacia.

Me he propuesto realizar tres comentarios a esta documentación. Este es el segundo, basado en unas declaraciones del propio fundador de la FSSPX.

En el Seminario de Ecône, la mañana del 15 de septiembre de 1976, Monseñor Marcel Lefebvre concedió dos Conferencias de Prensa muy importantes.

Ellas dan a conocer los pensamientos, la posición exacta de Monseñor Lefebvre, así como un conjunto considerable de información, de revelaciones y de explicaciones.

Ese 15 de septiembre fue tan grande la afluencia de periodistas, que Monseñor Lefebvre se vio obligado a recibirlos en dos turnos: a las 9, los periodistas de radio y televisión; a las 11, los de prensa escrita; estos últimos eran un centenar.

En diciembre de 1976, la revista Itinéraires publicó un número especial, fuera de serie, con todos los documentos de la llamada Condenación Salvaje de Monseñor Lefebvre.

Allí, en el apartado 49, páginas 209 a 240, se encuentra la versión escrita de las preguntas de los periodistas y de las respuestas de Monseñor Lefebvre.

En dos de esas respuestas hallamos lo que cita Monseñor Tissier en la página 346 de su libro [en la nota 2., el autor hace referencia a la reedición de este número especial de Itinéraires, de abril de 1977]:

El propio Monseñor Lefebvre hizo hincapié en el peso de la aprobación pontificia en su conferencia del 15 de septiembre de 1976, en la que reconoció haber firmado muchos textos del Concilio «bajo la presión moral del Santo Padre», pues —decía— «no puedo separarme del Santo Padre: si el Santo Padre firma, estoy moralmente obligado a firmar.»

Pero, en esas respuestas, Monseñor Lefebvre dice mucho más de lo que Monseñor Tissier pretende hacer decir… y no pienso que la supresión de textos haya sido por cuestiones de espacio, pues en la edición castellana queda disponible una página y un cuarto de otra. Para un punto tan importante, y en una obra de 730 páginas, es inadmisible el ahorro de espacio…

¿Qué es lo que ocultó Monseñor Tissier?

Ruego al lector que relea el pasaje citado más arriba.

De entrada, y sin ser muy entendido, se puede juzgar que reconocer haber firmado muchos textos el Concilio no significa, de ninguna manera, haber firmado todos los documentos… Hasta mi abuelita se hubiese dado cuenta del sofisma…

Que muchos obispos sean unos traidores, no me permite afirmar que todos lo sean…

Pero dejemos que las palabras mismas de Monseñor Lefebvre desmientan a quien dice tener por él una escrupulosa piedad filial

En la conferencia de las 9 de la mañana, un periodista le preguntó:

¿… Dos mil quinientos obispos han podido equivocarse de este modo en ruta?

Y Monseñor Lefebvre respondió:

No creo que dos mil quinientos obispos se hayan equivocado. Evidentemente pienso que muchos no se han dado cuenta de lo que estaba sucediendo. Yo mismo firmé muchos de los esquemas del concilio, pero diría que bajo la presión moral del santo padre. Porque me decía: no puedo separarme del santo padre. Si el santo padre firma, moralmente me siento obligado a firmar. Pero fue un poco a regañadientes. Pero hay dos sin embargo que no firmé: el de la «libertad religiosa» y Gaudium et Spes. Por otra parte, el papa me lo recordó.

 

Si, estimado lector, usted ha leído bien… Como figura en las tres últimas líneas de la página 224 de Itinéraires, Monseñor Lefebvre, esa mañana del 15 de septiembre de 1976, dijo: Pero hay dos sin embargo que no firmé: el de la «libertad religiosa» y Gaudium et Spes. Por otra parte, el papa me lo recordó.

Fíjese en el facsímil de la página 224. Allí se lee:

Mais il y en a deux quand même que je n’ai pas signés : celui de la « liberté religieuse » et Gaudium et Spes. Le pape me l’a rappelé d’ailleurs.

No sé cuánto mayor espacio hubiese ocupado esta frase en la biografía de Monseñor Lefebvre…, pero, evidentemente, no se trata de una cuestión de espacio.

Llamo la atención de que aquí también, tal como lo hiciera el Padre Méramo, se menciona la audiencia con Pablo VI, durante la cual, después de haber hecho buscar en los archivos, este reprochó a Monseñor Lefebvre no haber firmado estos documentos.

¿Puede acaso Monseñor Tissier alegar ignorancia o invocar inadvertencia?

Sostenemos que no. Y entonces, ¿a qué se debe la ausencia de un testimonio tan importante? Tal vez se trate de un problema de memoria…

Lamentablemente, no se trata tampoco de esto… En efecto, doscientas páginas más adelante, en la número 545, hace referencia a esa audiencia:


— Porque no quiere aceptar los cambios ni el Concilio.

— ¡Precisamente! Vea los frutos: los seminarios vacíos, mientras que en el mío hay treinta y cinco vocaciones a pesar de las pruebas.

— ¿Por qué no acepta el Concilio? Usted firmó sus decretos.

— Hubo dos que nunca firmé.

— Sí, dos, la libertad religiosa y Gaudium et spes.2

Entonces pensé: «Los demás los firmé por respeto al Santo Padre.»

 

¿Qué dice la nota 2? Textualmente: Pablo VI dice lo que Monseñor Lefebvre había afirmado públicamente en los meses precedentes: que no había firmado esos dos documentos conciliares. En realidad, como hemos dicho antes, el Prelado firmó todas las actas del Concilio.

Que el lector saque sus propias conclusiones.

En todo caso, desmentir al propio Pablo VI, cuando el mismo hizo inquirir en los archivos y ha reprochado a Monseñor Lefebvre no haber firmado esos documentos, abre la puerta para que, en el momento oportuno, en el Vaticano argumenten diciendo que el Atanasio de la Tradición firmó todos los textos del Concilio Vaticano II…

Sobre este punto volveré, Dios mediante, en mi tercer comentario.

 

Sigamos ahora con las conferencias del 15 de septiembre de 1976. En la de las 11, otro periodista volvió sobre el mismo tema:

Si comprendo bien sus palabras, Monseñor, si no traiciono su pensamiento, usted se estima mejor juez de la ortodoxia de la Iglesia católica que el papa actual y los dos mil cien o doscientos padres del concilio que aprobaron textos regularmente (…no se comprende lo que dice…). Entonces, ¿cómo concilia usted esta actitud totalmente personal e individual (…no se comprende lo que dice…) con este hecho paradojal de que usted se encuentra puede ser solo, como usted decía hace un momento, solo y en rebelión contra todos, cuando todos es la totalidad del cuerpo episcopal de la Iglesia católica de hoy? ¿Qué es lo que sucedió para que usted esté solo, o casi sólo, porque usted no está solo, casi solo… (interrumpido por la respuesta).

Monseñor Lefebvre respondió:

No. Pero entonces, lo que ha ocurrido es el concilio y la influencia, yo diría el peso moral, del concilio sobre el espíritu de los obispos. Mirad, yo mismo he firmado todos los actos del concilio excepto dos: salvo el de la «libertad religiosa» y el de Gaudium et Spes.

Entonces se dice: «¿cómo ha firmado estos actos del concilio y, a continuación, ahora está en contra?» Pero estaba, yo diría, un poco bajo la presión moral, como lo estuvieron muchos obispos diciendo: el papa, − fue al principio del pontificado de Pablo VI, al comienzo de esta transformación, que se convirtió en asombrosa, y que no esperábamos que llegaría a este punto en el momento en que firmamos − entonces, viendo firmar al papa, ¿es que voy, yo, a ponerme fuera de este conjunto que parece estar de acuerdo? Esta presión moral ha hecho que muchos obispos firmasen, pero un poco a regañadientes, sin estar totalmente de acuerdo con los textos, haciendo reservas, se las hacía, pero muchas no han sido aceptadas, se firmó a pesar de todo.

Pero ante el de la «libertad religiosa» y el de Gaudium et Spes, dije no, en conciencia no puedo firmar esto, no me siento capaz de firmar semejante cosa.

 

Tal vez usted no pueda aceptar, estimado lector, la realidad de este texto.

Para usted resulta inadmisible que Monseñor Tissier, que cita esta conferencia y da la referencia de la revista Itinéraires, incluso con el número de página, haya dejado pasar cosa tan importante.

Fíjese en el facsímil de las páginas 230 y 231. Allí se lee:

Voyez, moi-même j’ai signé tous les actes du concile sauf deux : sauf celui de la « liberté religieuse » et celui de Gaudium et Spes (…) Mais devant celui de la « liberté religieuse » et celui de Gaudium et Spes, j’ai dit non, je ne peux pas signer ça en conscience, je ne me sens pas capable de signer une chose pareille.

Recordemos lo que dice en su libro Monseñor Tissier, y comparemos:

El propio Monseñor Lefebvre hizo hincapié en el peso de la aprobación pontificia en su conferencia del 15 de septiembre de 1976, en la que reconoció haber firmado muchos textos del Concilio «bajo la presión moral del Santo Padre», pues —decía— «no puedo separarme del Santo Padre: si el Santo Padre firma, estoy moralmente obligado a firmar.»

Entonces se comprende porqué, un poco bajo la presión moral de Monseñor Tissier o de otro Obispo de la FSSPX, algunos se preguntan, ¿es que voy, yo, a oponerme a todo este conjunto que parece estar de acuerdo?

Sí, esta presión moral ha hecho ya que muchos sacerdotes y feligreses, un poco a regañadientes tal vez, sin estar totalmente de acuerdo con los textos, acepten todo esto, como han aceptado, sin chistar, el Motu proprio de Benedicto XVI y el levantamiento de la excomunión…

 

A veces nos preguntan: ¿realmente es tan grave todo esto?, ¿no hay cosas más importantes de qué ocuparse? ¿vale la pena revelar estas cosas inaccesibles a la mayoría de los feligreses?

Juzgo que es muy necesario, precisamente por eso.

Si usted prefiere vivir en la ignorancia o engañado, puede leer o consultar otros sitios… La mayoría es como el libro de Monseñor Tissier, o como las intenciones de los bouquets de Rosarios de Monseñor Fellay…, simples engaños.

 

Al terminar este acápite de su libro, Monseñor Tissier escribió:

Sin embargo, si se nos prueba que se nos han escapado algunos datos, o se nos proporciona otra interpretación más plausible de los hechos, estamos dispuestos a rectificar.

 

El Padre Méramo le probó que se le habían escapado datos (¿se le escaparon, o los ocultó?) y le proporcionó una interpretación más plausible.

Monseñor Tissier lo reconoció, pero no estuvo dispuesto a rectificar.

 

Por eso, al terminar este segundo comentario, no dudo en calificar la actitud de Monseñor Tissier de inescrupulosa falacia.

¡Sí, Monseñor Bernard Tissier! (sin el de Mallerais, porque esa partícula indica un título de nobleza): usted es un falsario inescrupuloso.

 

Padre Juan Carlos Ceriani

4 comentarios sobre “P CERIANI: SEGUNDO COMENTARIO A LA DENUNCIA DEL P. MÉRAMO CONTRA MONS. TISSIER

  1. En el libro la Biografía de Monseñor Marcel Lefebvre de Monseñor Bernard Tissier de Mallareais en la Pág. 347 del cap.12 dice textualmente “Sin embargo, si se nos prueba que se nos han escapado algunos datos, o se nos proporcionan otra interpretación mas plausible de los hechos, estamos dispuestos a rectificar. Sin embargo, que el Arzobispo haya firmado dignitatis humance no quita nada, en nuestra opinión, el valor de su lucha contra la libertad religiosa.”
    ANTE TANTA ACLARACION NO SE VE A UN falsario inescrupuloso.

    Nota del Editor:
    ¡Su obsecación obsecuente es prodigiosa! Ante tanta aclaración por parte del P. Méramo y ante tantas pruebas esgrimidas en contra, Mons. Tissier NO HIZO LA NECESARIA RECTIFICACIÓN. ¿O no se dió cuenta?

  2. El comentario del Padre Ceriani concluye con estos párrafos:

    «Al terminar este acápite de su libro, Monseñor Tissier escribió:

    Sin embargo, si se nos prueba que se nos han escapado algunos datos, o se nos proporciona otra interpretación más plausible de los hechos, estamos dispuestos a rectificar.

    El Padre Méramo le probó que se le habían escapado datos (¿se le escaparon, o los ocultó?) y le proporcionó una interpretación más plausible.

    Monseñor Tissier lo reconoció, pero no estuvo dispuesto a rectificar.»

    Hay que leer la tercera carta del Obispo al Padre Méramo:

    «Ciertamente corregiré el pasaje, si una tercera edición es emprendida; pero esto no sucederá sino dentro de muchos años.»

    ¿Habrá que esperar a la tercera edición castellana?
    ¿Cómo figura en las ediciones en inglés y en alemán?

    Tiene mucha razón el Padre Ceriani, es más, se quedó corto al concluir de este modo:

    «Por eso, al terminar este segundo comentario, no dudo en calificar la actitud de Monseñor Tissier de inescrupulosa falacia.

    ¡Sí, Monseñor Bernard Tissier! (sin el de Mallerais, porque esa partícula indica un título de nobleza): usted es un falsario inescrupuloso.»

    Y usted, Ariel, está como los Obispos durante el Concilio, sufre la influencia y el peso moral de estos cuatro falsarios, ¡y por eso firma todo!

    Firma todo lo que le ponen por delante estos cuatro claudicantes…

  3. Ave Maria!

    Ariel:

    Me parece que no leyó bien las entregas del P. Méramo al respecto y los comentarios del P. Ceriani.

    En la relación epistolar entre Mons. Tissier y el P. Méramo, el obispo termina por reconocer la explicación del P. Méramo y promete que se hará la rectificación en la siguiente edición.

    Por supuesto que eso no era suficiente, dada la importancia del tema. Lo correcto es que se hubiera rectificado de inmediato en la medida de las posibilidades. (Se podría haber insertado una hoja a guisa de erratas para explicar lo que en realidad ocurrió y se pudo haber hecho alguna declaración oficial que pudo haberse leído en capillas y centros de Misa).

    Pero ni se rectificó de inmediato ni en las ediciones posteriores.

    ¿No es esto propio de un falsario inescrupuloso?

  4. Que se puede decir de éste nuevo engaño?
    Lo único que tengo a favor es que no despilfarré mi dinero.
    Sí! quiero agregar que es algo que nunca pensé iría a pasar, la traición mas cobarde con el nombre «piedad filial»,evidentemente no se puede dudar más, hay una clara intención,acá, de claudicar, o sea M? Tissier hace TODO lo posible para darle las armas a los enemigos de la tradición,claramente vemos en éste libro la profundidad de la maniobra de la FSSPX para entregarse a Roma Conciliar,ecumenista y modernista,amén de liberal!!!

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