BIOGRAFÍA DE MONS. LEFEBVRE POR MONS. TISSIER DE MALLERAIS: UNA MENTIRA QUE ENCIERRA UN VUELCO DOCTRINAL

 

 

Un dato mentiroso en la biografía hecha por Mons. Tissier de Mallerais no obtiene reparación.

PRIMERA ENTREGA

SANTA INDIGNACION DEL PADRE BASILIO MERAMO

Cuando vio la luz la biografía de Monseñor Lefebvre escrita por Monseñor Tissier de Mallerais, un sentimiento de santa indignación se elevó en el Padre Basilio Méramo.

Esto motivó un interesante intercambio epistolar con el autor, entre diciembre de 2002 y abril de 2003.

La calma retornó al celoso Padre cuando el Prelado le aseguró que, en una futura reedición de la obra, subsanaría el punto que motivara su justa reacción.

Pero, con motivo de la reciente edición española del libro de Monseñor Tissier de Mallerais, al no haberse corregido la falla, el Padre Basilio Méramo, con el fin de advertir a los fieles, replantea el grave error contenido en esa biografía.

¿De qué se trata? El autor sostiene que Monseñor Lefebvre firmó la Declaración sobre la Libertad Religiosa y la Constitución Gaudium et spes.

Ahora bien, Monseñor Lefebvre siempre sostuvo no haber firmado esos dos documentos.

El Padre Méramo nos ha enviado toda la correspondencia en francés; seis cartas en total. Tres suyas, en las cuales se opone al error; y tres de Monseñor Tissier en sucesivas respuestas, que termina prometiendo una corrección del pasaje en futuras ediciones.

Lo curioso es que tampoco los otros tres Obispos dijeron ni hicieron nada al respecto, como si la cosa fuera de escasa importancia y sin ninguna trascendencia; incluso después que el Padre Méramo les advirtiera, uno por uno, por teléfono.

Presentamos en esta primera parte:

 

  1. Facsimil de la edición francesa, páginas 332-333.
  2. Facsimil de la versión castellana, páginas 346-347.
  3. Texto, señalando los puntos exactos de la cuestión.
  4. Primera carta del Padre Basilio Méramo a Monseñor Tissier de Mallerais.

—————————————————————————

Primera Parte

EDICIÓN FRANCESA DEL LIBRO. PÁGINAS 332 – 333

————————————————————————————

Segunda Parte

EDICIÓN EN ESPAÑOL DEL LIBRO. PÁGINAS 346 – 347

————————————————————————-

Tercera Parte

TEXTO DONDE SE MENCIONAN LOS PUNTOS EXACTOS DE LA CUESTIÓN

EL COMBATIENTE

Capítulo 12

FRENTE A LA TORMENTA CONCILIAR

 

3. El Cœtus Internationalis Patrum

Promulgación de la libertad religiosa (páginas 345-347 [en la edición francesa: 330-335])

Nota Bene: ponemos todas las notas al final, en número correlativo, y no para cada página como están en el libro.

Promulgación de la libertad religiosa 1

Ese día cada Padre firmó, como de costumbre, su ficha individual de asistencia, después el Santo Padre hizo su entrada solemne y, finalmente, el Secretario General leyó los cuatro textos propuestos al sufragio de los Padres. De esa forma la votación final sobre la libertad religiosa fue seguida de otras tres votaciones finales sobre los decretos relativos a la actividad misionera de la Iglesia (Ad gentes), el ministerio y la vida de los sacerdotes (Presbyterorum ordinis), y la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo de hoy (Gaudium et spes). Este último documento se topó con una oposición de setenta y cinco votos, entre ellos el de Monseñor Lefebvre.2

Todos los Padres rellenaban una ficha individual de votación para cada documento conciliar con un lápiz especial de mina magnética que permitía la anotación mecanográfica de los votos, y luego la firmaban. El voto era secreto y personal: si un Padre era procurador de otro ausente, no podía votar por él (así lo exigía el Código de Derecho Canónico, como lo recordó Monseñor Felici); pero podía firmar en nombre del otro el acta una vez promulgada. 3

Después de la Misa Monseñor Pericle Felici se acercó al Papa y anunció los resultados de los cuatro escrutinios. El Papa aprobó entonces los cuatro documentos y los promulgó oralmente en medio de sonoros aplausos.

Luego circularon entre los Padres grandes hojas, cada una encabezada con los nombres de los cuatro documentos promulgados, y se invitaba a los Padres a estampar en ellas su firma, precedida de la palabra «Ego», «yo», lo que significaba la unión de cada uno con el acto de promulgación del Papa, cabeza del colegio conciliar. Los representantes de otros Padres podían notificar la aprobación de su mandante añadiendo una nueva firma: «Ego procurator…», «yo, procurador de…», en nombre del Padre a quien representaban.

Así, en una de esas grandes hojas 4 figuran, escritas por una misma mano, las siguientes firmas:

«Ego + Marcellus Lefebvre arch. tit. Synnada in Phrygia,»

«Ego procurator pro Epis. Augustinus Grimault, epis. tit.,»

y en otra:

«Ego Antonius de Castro Mayer, ep. Camposinus, Brasilia.»

De estos hechos innegables se deduce que Monseñor Lefebvre, lo mismo que Monseñor de Castro Mayer, después de haber votado hasta el fin contra la libertad religiosa, firmó finalmente la promulgación de la declaración Dignitatis humanæ.

Lo que puede parecer un cambio repentino de opinión no tiene, sin embargo, nada de sorprendente. Una vez que un esquema había sido promulgado por el Papa ya no era un esquema, sino un acto magisterial, y así cambiaba de naturaleza. El propio Monseñor Lefebvre hizo hincapié en el peso de la aprobación pontificia en su conferencia del 15 de septiembre de 1976, en la que reconoció haber firmado muchos textos del Concilio «bajo la presión moral del Santo Padre», pues —decía— «no puedo separarme del Santo Padre: si el Santo Padre firma, estoy moralmente obligado a firmar.» 5

«Básicamente —escribía Wiltgen—, ésa fue la actitud de todos los Padres conciliares. (…) Aunque cada cual creyese que su postura sobre un punto dado era la correcta, (…) esos hombres formados en el derecho eclesiástico» 6 creían que su deber era «adherir al juicio que había prevalecido en la cabeza». No había deshonra ni inconstancia en esa sumisión.

Después de todo, las cláusulas de Dignitatis humanæ, ya fueran sobre «la religión verdadera» o sobre los «justos límites» de la libertad religiosa, permitían en rigor interpretar las once líneas propiamente declaratorias (nº 2) en sentido católico, aunque no fuera ése el sentido obvio del texto tal como se deducía de todo el resto del documento.

En todo caso, la adhesión de Sus Excelencias Marcel Lefebvre y Antonio de Castro Mayer quedó oficialmente registrada en las Actas del Concilio. 7

Si Monseñor Lefebvre afirmó después, en repetidas ocasiones, que no había firmado la libertad religiosa, como tampoco Gaudium et spes, lo hizo llevado por la lógica de su oposición anterior y posterior a la promulgación de la libertad religiosa, y engañado por su memoria 8 o por algún error.

Al parecer, confundió los votos finales negativos sobre Gaudium et spes y Dignitatis humanæ con una negativa a firmar. Esta confusión resulta de las denegaciones 9 que el Prelado manifestó en 1976 y en 1990.

Eso quiere decir, por un lado, que otorgó su placet final a todos los esquemas conciliares salvo a esos dos, y, por otro, que al haber firmado todos los documentos del Concilio (como dan fe las Acta synodalia), 10 no dio a sus firmas el sentido de una promulgación con el Papa.

Sea como fuere, la comparación del número de votantes sobre la libertad religiosa (2386) con el de los Padres presentes que firmaron la promulgación (2364) muestra que al menos veintidós Padres, tanto si votaron a favor como en contra, no firmaron los documentos. Monseñor Marcel Lefebvre no fue uno de ellos.

Sin embargo, si se nos prueba que se nos han escapado algunos datos, o se nos proporciona otra interpretación más plausible de los hechos, estamos dispuestos a rectificar. Sin embargo, que el Arzobispo haya firmado Dignitatis humanæ no le quita nada, en nuestra opinión, al valor de su lucha contra la libertad religiosa.

Nos queda por analizar esa lucha en su aspecto más personal, tanto contra la libertad religiosa como contra otros dos temas principales del Concilio: la colegialidad, de la que ya hemos hablado, y el ecumenismo.

 

Notas:

1 – Cfr. Sedes sapientiæ, revista de la Sociedad Santo Tomás de Aquino, nº 31, pp. 41-44; nº 35, pp. 32-45.

2 – Según la relación mecanográfica que se conserva en los archivos del Concilio. Monseñor Lefebvre afirmó haber votado non placet sobre la libertad religiosa y la Iglesia en el mundo de hoy.

3 – CIC de 1917, canon 224, § 2; A. Syn., vol. III, pars VIII, p. 184.

4 – Conservadas en los archivos del Concilio y cuya síntesis figura en los A. Syn., vol. IV, pars VII, pp. 804-859.

5 – Itinéraires, nº especial, abril de 1977, pp. 224 y 231.

6 – WILTGEN, 289.

7 – A. Syn., vol. IV, pars VII, p. 809, 10ª línea, y p. 823, 8ª línea.

8 – Manuscrito II, 32, 33-34.

9 – Le Chardonnet, nº 57, junio de 1990; nº 59, septiembre de 1990; nº 61, diciembre de 1990: Tradi presse, nº 8, 15 de junio de 1990; Fideliter, nº 73, julio-septiembre de 1991, p. 3.

10 – 4 de diciembre de 1963 (A. Syn. vol. II, pars VI, p. 443); 21 de noviembre de 1964 (vol. III, pars VIII, p. 863); 28 de octubre de 1965 (vol. IV, pars V, p. 625); 18 de noviembre de 1965 (vol. IV, pars VI, p. 637); 7 de diciembre de 1965 (vol. IV, pars VII, p. 809).

—————————————————————————————-

Cuarta Parte

PRIMERA CARTA DEL P. BASILIO MÉRAMO A MONS. TISSIER DE MALLERAIS

Bogotá, 11 de diciembre de 2002

Estimado Monseñor Tissier de Mallerais

Con una gran sorpresa he leído en su libro «Marcel Lefebvre, una vida», que él ha firmado la promulgación de los documentos Dignitatis humanae (sobre la libertad religiosa) y Gaudium et spes.

Usted atribuye a una falta de memoria o a un error que él afirma en varias ocasiones no haber firmado.

Pero lo que está en juego no es una simple falta de memoria; se trata de algo que tiene un significado de orden doctrinal, puesto que esto mostraría una contradicción en el juicio que Monseñor Lefebvre habría hecho sobre los documentos del Concilio Vaticano II, que son en sí mismos inadmisibles.

Monseñor Lefebvre ha guardado siempre una inteligencia y una memoria muy lúcidas, incluso hasta su muerte. Siempre distinguió entre la lista de prelados asistentes a la sesión de votación y la votación en sí misma, que no firmó. Monseñor Lefebvre decía que no había firmado dos documentos del Concilio Vaticano II: Dignitatis humanae y Gaudium et spes, pero sin embargo que había firmado el acto como miembro asistente.

Por lo tanto, ningún miembro de la Fraternidad tiene autoridad para afirmar otra cosa y aún menos decir que él ha firmado los dos documentos en cuestión, con la contradicción de apoyarse sobre hechos irrecusables pero que restarían abiertos a otras interpretaciones más plausibles.

Incluso si se trata de una lista de la promulgación de los documentos indicados, habría que distinguir entre una lista de promulgación (activa de todos juntos) y una lista de prelados invitados a reconocer el hecho de la promulgación ya hecha por el Papa (por lo tanto, firmado por Monseñor Lefebvre á regañadientes por obediencia y sumisión).

Hablar de una falta de memoria o de una confusión, incluso involuntaria, arroja la sombra sobre la imagen de Monseñor Lefebvre en punto doctrinal tan delicado.

Basarse sobre hechos dichos irrecusables, como usted lo señala, permaneciendo abierto a otras interpretaciones más plausibles, es una contradicción.

Debo confesar que no puedo ser sino muy indignado de leer tales cosas proviniendo de Su Excelencia, discípulo tan cercano de Monseñor Lefebvre.

Espero que usted tenga la oportunidad releer esas líneas de su libro para hacer eco de los hechos que acabo de subrayar.

En una unión de oraciones,

Basilio Méramo, Presbítero

 

CONTINUARÁ PRÓXIMAMENTE

3 comentarios sobre “BIOGRAFÍA DE MONS. LEFEBVRE POR MONS. TISSIER DE MALLERAIS: UNA MENTIRA QUE ENCIERRA UN VUELCO DOCTRINAL

  1. Gracias a Dios no gasté en ese libro.
    Es lamentable que este Monseñor haya escrito semejante cosa, y ya ni hablo de que sea cierto( estoy seguro que no!) o no, simplemente por fidelidad a MonseñorO peor aún, que mintió…. no puede dejar entender a los lectores algo dudoso o engañoso,o inducir a creer que M Lefebvre estaba desmemoriado, o no sabía lo que había firmado!! Es indignante, es lamentable,es increible que haya sido un obispo elegido por Moneños Lefebvre,un obispo tan cercano a él.!!..¿Que fines quiere lograr?

  2. Ave Maria!

    Gracias, P. Méramo, por tan interesante aclaración.

    El hecho de la firma de Mons. Lefebvre presentada en este libro ya había sido presentado hace algún tiempo por un forista. (Si mal no recuerdo, fue Eduardo o Sandro, pues el comentario estaba en portugués).

    Dada la importancia del tema, me parece una falta muy grave no haber hecho la aclaración de inmediato y haber esperado hasta una nueva edición. Entiendo que miles de libros ya estaban impresos y muchos incluso ya estarían vendidos. Pero lo correcto hubiera sido agregar una aclaración a guisa de fe de erratas en los libros aun no distribuídos y hacer una declaración formal del error.

    Si en su momento no se hizo nada, no me extraña que tantos años después la situación continúe igual.

  3. La Iglesia fundad por Cristo ha caminado, sigue caminado y seguirá caminando siempre de la mano de Dios, en la Iglesia siempre han habido cambios significativos, a lo largo de la historia de la Iglesia ah habido muchas injusticias y muchos malos momentos para la Iglesia de Cristo, pero ningun problema de esos la hecho desaparecer porque la Iglesia Dios la lleva de su mano, y nos ha dejado como vicario de Cristo al Sumo Pontifce, que con las cualidades o limitaciones que ensu momento cada uno de ellos tenga y vaya que las limitaciones en algunos han sido graves, no obstante Cristo esta con ellos, y con ellos debemos caminar.
    Hay unos pendejos que se han quedado anclados añorando el ambien eclesial preconciliar, a esos les digo, no sean estúpidos, desde los inicios de la Iglesia han habido personajes que por su inteligencia tan lúcida pero estupidos que se han separado de la Iglesia, con un grupito de seguidores estupidos igual que ellos, y a esos les digo, la Iglesia que fundo Cristo es una, y Ha encomendado esa Iglesia al sumo Pontifice al que nos debemos unir y caminar con el aun con los errores posibles que se puedan dar en la Iglesia, no sean estupidos. Que concepto tienes de iglesia?

Los comentarios están cerrados.