Mas sobre la Misa de Mons. Baseotto

Sancionarían a militares que participaron de misa de Antonio Baseotto

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Miembros de la fuerza de frontera, formaron parte de una procesión en Luján que culminó con el oficio del removido obispo castrense. El encuentro fue organizado por el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval. Ese grupo había protestado contra la exposición del artista plástico León Ferrari a fines de 2004.

El Gobierno inició una investigación para averiguar cómo una banda de música de la Gendarmería nacional participó de una procesión en Luján, que fue parte de un encuentro que finalizó con una misa oficiada por el removido obispo castrense Antonio Baseotto.

La misa fue parte del «IX Encuentro de Formación Católica de Buenos Aires» que duró todo el fin de semana, tuvo lugar en la Villa Marista de Luján y fue organizado por el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval, con el lema «Verdad, belleza e ideología en arte y medios de comunicación».

Ese grupo estuvo muy activo a fines de 2004 en las protestas de sectores católicos contra la exposición del artista plástico León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta.

Baseotto no pudo hacer el oficio religioso en la Basílica de Luján, al parecer por no contar con el apoyo del arzobispo de Luján, Rubén Di Monte. Baseotto terminó por dar la misa a puertas cerradas en el Colegio Marista, sede del encuentro. Para una fuente oficial, fue un dato de la «marginalidad» de Baseotto dentro de la propia Iglesia.

Sin embargo, el cuestionado obispo tuvo en los peores momentos de la disputa el aval de importantes sectores del Vaticano. La Santa Sede, por boca del entonces vocero del fallecido papa Juan Pablo II advirtió que, si se impidiese al religioso el ejercicio de su ministerio, se estaría frente a «una violación de la libertad religiosa».

El Gobierno negó que se violara la libertad religiosa y adujo que Baseotto había tenido «expresiones poco felices», por haber dicho que al ministro de Salud debía arrojárselo al mar, por su posición en favor de la despenalización del aborto.

Como consecuencia de esos dichos, el Gobierno anuló el decreto de la designación de Baseotto, de 2002, y le quitó el rango de subsecretario y su sueldo. Para el Estado, Baseotto no es más el obispo castrense, aunque la polémica continúa y las relaciones con el Vaticano siguen frías, tras el fracaso de varias gestiones para alcanzar una solución.